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Carlos Rilova

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Televisión, Historia y misterios versallescos: la máscara de hierro (1669-1703)

Por Carlos Rilova Jericó

Los historiadores, como cualquier otro ciudadano común de este mundo tan atravesado de redes telemáticas, emisiones vía satélite y demás avances tecnológicos, nos interesamos por las series de Televisión. Es más: confieso que yo soy un entusiasta del género. Y cada vez más a medida que la oferta televisiva general -o generalista, como gustan de llamarla los puristas- se degrada más y más. Sobre todo en su nivel informativo que, últimamente, se parece, cada vez más, a los sermones de un pastor protestante -o de un cura católico- de la Guerra de los Treinta Años recitando a las tropas en formación el Apocalipsis de San Juan.

Naturalmente las series que más me interesan, son las que tiene algún viso de ser históricas. Con un mínimo de rigor, claro. Lo cual excluye cuentos de hadas políticamente correctos como “Los Bridgerton” de la que sólo he visto un tráiler que me ha bastado para salir huyendo rumbo a mi biblioteca y convencerme a mí mismo de que el mundo no se ha vuelto loco -todavía- y que la época napoleónica en la que dicha serie se inspira -más bien vagamente- sigue siendo la época napoleónica tal cual yo la he leído, investigado y hasta escrito y no tal y cual se refleja en esa serie casi completamente alejada de cualquier cosa que pueda llamarse Historia de ese período que -vía Jane Austen- tantas alegrías económicas ha dado a tantos productores.

La serie de la que voy a hablar aquí hoy, “Versalles”, tiene también algunos tics de ese orden, pero debo reconocer que no en el grado extremo de “Los Bridgerton”.

“Versalles” es, en efecto, un producto mucho más serio, mucho menos ideado por el sombrerero loco de “Alicia en el País de las Maravillas”. Y es que hay importantes empresas culturales europeas detrás de esa producción. Como Canal + por ejemplo.

Esa serie, “Versalles”, daría -y espero que dé- mucho de qué hablar en una sección como ésta, pero hoy voy a centrarme en cómo trata un asunto que ha hecho verter litros de tinta y metros y más metros de celuloide para las grandes o pequeñas pantallas.

No otro, como ya habrán adivinado por el título de este nuevo correo de la Historia, que el llamado “asunto de la máscara de hierro”.

En la serie, en “Versalles”, el “tour de force” sobre él gira en torno a una subtrama de su trama general -es decir: la construcción de Versalles como instrumento del poder absoluto de Luis XIV, hecho totalmente cierto- que lleva al controvertido hermano del Rey Sol a descubrir que en las cárceles del soberano de Francia y de Navarra (que así se titulan los reyes franceses desde Enrique IV hasta Luis XVI) hay un hombre oculto tras una máscara de hierro.

De ese modo, durante varios episodios, Monsieur, el hermano del rey, Felipe de Orleans… sigue la pista a ese asunto en el que acaban estando involucrados hasta agentes del Vaticano que desean utilizar a ese misterioso personaje para contener las apetencias de poder absoluto de Luis XIV.

Como corresponde a una buena intriga de ficción, esta subtrama tiene toda clase de golpes novelescos, persecuciones, combates a daga y espada y hasta intentos de hacer creer seriamente a Felipe de Orleans que tal prisionero no existe y es todo una alucinación suya. Nada raro dada la vida de disipación y coqueteo con la Química digamos “recreativa” -vía alcohol y otras sustancias- de Felipe de Orleans. Algo que la serie “Versalles” también refleja con bastante exactitud para el caso de Monsieur y otros muchos habitantes de la bullente corte versallesca.

No desvelaré el desenlace, claro. Sólo diré que finalmente el caso se resuelve en “Versalles” de un modo que me ha parecido bastante innovador por no darle otro nombre: Luis XIV y su hermano tienen que tomar una dura decisión, verdaderamente cruel, en la que se sacrifican los más tiernos afectos humanos a la razón de estado. La misma que, en efecto, fue la guía, y el resumen, de todo el largo reinado de Luis XIV.

¿Qué hay de Historia y qué hay de simple ficción en la serie “Versalles” sobre este asunto de la máscara de hierro?

Para responder a esa pregunta naturalmente hay que ver la serie tras recurrir a los libros de Historia. Los hay en relativa abundancia. Sobre todo desde que Alejandro Dumas populariza la cuestión en el siglo XIX, dando a entender que la máscara ocultaba a un heredero al trono de Francia que podía desbancar a Luis XIV. Para los lectores en español está, por ejemplo, la que escribió el siempre ameno Néstor Luján: “El enigma de la máscara de hierro”. Para quienes leen en otros idiomas y buscan obras más sesudas está la monumental obra del profesor Michel Vergé-Franceschi: “Le masque de fer”, publicada por la veterana editorial francesa Fayard en 2009 y que, claro está, voy a espigar aquí para que sepamos qué pudo ser realmente el asunto de la máscara de hierro.

Para empezar Vergé-Franceschi deja claro que el asunto, tal vez, tuvo menos misterio del que se cree. O tal vez no… Todo depende de cómo nos tomemos la lapidaria frase de Luis XV con la que el profesor Vergé-Franceschi abre su libro. Según ésta, Luis XV habría dicho sobre ese asunto, a su propio hijo, el Delfín, lo siguiente: “¿la máscara de hierro? Si vuestra merced supiera lo que es, vería que es algo muy poco interesante”. Lo mismo, nos dice Vergé-Franceschi, le ocurre a uno de los ministros de mayor confianza de ese rey: el duque de Choiseul al que, cuando quiso averiguar algo más sobre el tema, el rey le respondió que no se había escrito una sola palabra de verdad acerca de ese asunto de la máscara de hierro…

¿Echaba tierra Luis XV sobre el asunto, una cortina de humo para ocultar algo que realmente era no sólo interesante, sino muy importante para el trono de Francia?

La opinión, más que bien informada, de Michel Vergé-Franceschi, desarrollada en todos sus matices en un documentado libro de Historia de más de 400 páginas, es que hubo al menos hasta 50 personajes diferentes candidatos a ser quienes llenaron el vacío bajo la terrible máscara que en el siglo XVII se dijo era de hierro y en el más refinado XVIII se transformó en un más liviano antifaz de terciopelo…

De entre toda esa broza histórica el profesor Vergé-Franceschi llega a la siguiente conclusión: nada parece haber de cierto en la tesis más aceptada de que la máscara escondía a un hermano gemelo de Luis XIV que podría disputarle el trono. Teoría urdida por Voltaire, que sólo tenía nueve años cuando el hombre bajo la máscara de hierro muere, en 1703, y que después inspiraría la tercera de las tres novelas que Dumas dedicó a sus famosos mosqueteros: “El vizconde de Bragelonne”.

El prisionero que morirá bajo la máscara de hierro en el año 1703, habría sido, según el profesor Vergé-Franceschi, un joven magrebí sirviente de Francisco de Vêndome, duque de Beaufort. Asesinado durante el asedio a Candía en 1669. Razón por la cual este joven criado, de unos 15 a 16 años, habría sido hecho prisionero de estado y ocultado tras la máscara -para esconder sobre todo su origen extraeuropeo- por haber sido testigo del asesinato, con fines políticos, sufrido por su amo…

La conclusión final del profesor Michel Vergé-Franceschi, más allá de esta identificación, es que desde Voltaire y Dumas, cada época ha querido, en realidad, conjurar bajo la ignominia de la máscara de hierro su propia propaganda política: en el Siglo de las Luces volteriano y en el de las revoluciones en el que vive Dumas, toda una campaña de descrédito de la monarquía en la que se mezclaba el adulterio de Ana de Austria con candidatos tan diversos como el duque de Buckingham, Rochefort, el cardenal Richelieu, el cardenal Mazarino… En la actualidad, acaso, los derechos de las minorías raciales y de otro orden… que es en lo que podría derivar, nos advierte veladamente Vergé-Franceschi, el caso del joven magrebí prisionero bajo esa máscara tan traída y tan llevada de los Libros de Historia a la novela y al Cine y de allí de vuelta a los libros de Historia…

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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