Por Carlos Rilova Jericó
El domingo de esta semana será un nuevo aniversario del 6 de junio de 1944. Una fecha que, probablemente, no pasará desapercibida en los Medios de Comunicación, si es que la anomalía en la que todavía vivimos lo permite.
Así es posible que ese próximo domingo veamos alguna que otra noticia relacionada con el famoso desembarco en cinco playas de Normandía un 6 de junio de 1944.
De ese tema ya se ha hablado varias veces, con esa ocasión, en el correo de la Historia. Y también, por supuesto, de la aportación de efectivos militares españoles al mismo.
Sin embargo este nuevo artículo trae noticias nuevas al respecto. Y, para variar, son noticias que podríamos calificar como buenas.
Así es. En ocasiones anteriores en el correo de la Historia se ha señalado -creo que incluso de manera bastante incisiva- que, el recuerdo histórico de esos españoles que combatieron en el bando aliado en la Segunda Guerra Mundial, ha sido torpe o deliberadamente olvidado o eclipsado.
Pues bien, parece que algo está cambiando cuando una documentadísima serie de cómics históricos, titulada “Airborne 44”, escrita y dibujada por el artista belga Philippe Jarbinet, ha tenido presente a cierto contingente español que tuvo el honor de desembarcar en Normandía en una de las sucesivas oleadas que siguieron a las de 6 de junio de 1944. Bien recordadas desde hace años. Y especialmente la más sangrienta de todas, la de la Playa Omaha, que a punto estuvo de ser una catástrofe, ya intuida por el alto mando aliado que diversificó el ataque en otras cuatro playas normandas -Juno, Sword, Utah y Gold- para asegurarse de que el dispositivo no fallaría y una o varias de esas cabezas de playa permitirían quebrar las líneas de defensa nazis.
En “Airborne 44” se vuelve a hablar de todo eso. De hecho, el mismo título de esa serie de cómics históricos es un homenaje a los paracaidistas norteamericanos que serán la punta de lanza del ataque en la noche del 5 al 6 de junio de 1944, para envolver la retaguardia nazi mientras llegaban las oleadas de tropas de tierra a las cinco playas.
En efecto, en la serie aparecen como protagonistas soldados americanos de unidades aerotransportadas como la AA y la 101 que abrirán brecha en las líneas nazis, aguantando toda una noche hasta que pueden converger con las tropas desembarcadas en la costa.
Sin embargo el cuidadoso relato de “Airborne 44” introduce en él un tema que rara vez se ha tratado más allá de unas pocas publicaciones -la mayoría de ellas españolas- como “Los españoles de Churchill” de Daniel Arasa, “Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial” de Eduardo Pons Prades, que conoció el asunto tanto de segunda como de primera mano, o, sin salir de los dominios del Noveno Arte, “Los surcos del azar” del dibujante Paco Roca.
¿Cuál es la diferencia de la serie “Airborne 44” con respecto a esas obras ya mencionadas, reseñadas y citadas varias veces en el correo de la Historia?
Pues sencillamente que en “Airborne 44” un autor no español da protagonismo durante varias páginas de una serie (basada en una exhaustiva documentación extraída de museos y centros de interpretación) tanto a los extranjeros que combaten en las filas republicanas españolas en 1937 (y después se ven involucrados en la Segunda Guerra Mundial incluso en el bando nazi) como a la ya cada vez más famosa “Compañía 9”.
Ésta aparece en el segundo volumen de la serie, cuando una de las protagonistas femeninas, que está actuando como cirujano de campaña en los hospitales norteamericanos de Normandía, se reencuentra con un viejo amigo que conoce a integrantes de la Compañía 9 desde la época de la Guerra Civil española.
En una de las viñetas aparece así el famoso jeep del capitán Dronne, adornado con la consigna “Mort aux cons!” (traducida como “¡Muerte a los gilipollas!”). Esa que, según versiones, dio pie al general Leclerc -jefe de toda esa división blindada en la que hubo hasta 3000 españoles- a hacer un original chiste, señalando a beneficio de Dronne -y probablemente del teniente español Amado Granell que compartía el mando en ese jeep- si con eso querían decir que los hombres de la compañía española iban a matar a todo el Mundo… A lo que De Gaulle, según se dice, añadiría posteriormente que cumplir con esa consigna implicaría un “vasto programa”, ya que el número de los aludidos, en efecto, podía ser infinito…
“Airborne 44” da, quizás, un excesivo protagonismo a los comunistas en esa compañía donde principalmente abundaban simples republicanos de Izquierda y libertarios. De hecho, no alude a personajes históricos bien conocidos e integrados en ella como el propio Amado Granell, convirtiendo a los que protagonizan varias viñetas del segundo volumen de “Airborne 44” en personajes más genéricos. Como un comunista español de apellido Martínez…
Sin embargo, no deja de ser una buena noticia, en términos de divulgación de Historia española, que en una serie de la extraordinaria calidad de “Airborne 44” no se haya olvidado, una vez más, a los españoles que participaron -en cantidad de muchos miles- en la Liberación de Francia y de buena parte de Europa Occidental -España y Portugal paradójicamente exceptuadas- entre 1944 y 1945.
Parece que estamos en un buen camino en el que nuestra Historia general, no sólo española, se va a ir viendo enriquecida con un retrato más realista y ajustado de lo que implicó la Guerra Civil española como antesala de la Segunda Guerra Mundial.
Un asunto que, como ya se ha dicho varias veces en este correo de la Historia, está lejos de acabar en 1939 y que, de hecho, se prolonga hasta los últimos núcleos de resistencia nazis contra los que combatieron bastantes de aquellos españoles. Testigos y protagonistas del horror de aquella convulsión que estuvo a punto de destrozar a Europa (una de las áreas más avanzadas política y económicamente del Mundo) y que, sin embargo, facilitó la creación de décadas de prosperidad y libertad que han durado hasta hoy al menos…
Por todo eso, sin duda, puede ser una muy buena idea, a partir de este próximo domingo, leer la serie “Airborne 44”, que, esperemos, sea tan sólo la punta de lanza que abra el camino a posteriores trabajos en esa misma línea. Tanto españoles como, sobre todo, de otra procedencia.