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Carlos Rilova

El correo de la historia

La vida curiosa de William Dampier: corsario, pirata, explorador, circunnavegador (1652-1715)

Por Carlos Rilova Jericó

Este próximo miércoles tendré ocasión de hablar, a las 7 de la tarde, en el Museo San Telmo de San Sebastián, sobre un personaje realmente curioso: William Dampier. Alguien en quien hay que pensar cuando nos interrogamos sobre si los piratas que vemos en las películas o series de Televisión, existieron alguna vez o son nada más que otro febril producto de unos guionistas ansiosos por conquistar y acaparar tanto público como sea posible.

Lo cierto es que Dampier es, como señalan los que han escrito antes sobre él, un personaje muy poco conocido y aún menos divulgado. Incluso en su Inglaterra natal que, como ya sabemos, no suele dejar pasar de largo oportunidades como esas.

Yo me enteré de su existencia casi por casualidad, leyendo un reciente libro de divulgación histórica de título tan sugerente en España como “Un pirata contra el capital” y firmado por el periodista Steven Johnson. Si bien debe tenerse en cuenta que el título original es, digamos, menos militante, pues su traducción literal sería: “Enemigo de toda la Humanidad. Un relato verdadero de piratería, poder y la Historia de la primera caza del hombre a nivel mundial”.

El pirata en cuestión en ese libro es Henry Every o Avery, al que se achaca nada menos que ser uno de los primeros en navegar, abordar, saquear y matar bajo la famosa bandera negra -o roja en su caso- con la calavera y las tibias cruzadas. Afirmación impresionante pero, según parece, falsa, pues no ha sido correctamente documentada.

Dicen que Every, o Avery, sí se hizo famoso por conseguir eludir a sus perseguidores y ser un pirata con la cabeza tan fría como para retirarse y disfrutar del botín obtenido. Algo que, sin embargo, no hace justicia a su predecesor en tales aventuras: Henry Morgan, que de corsario oficial -pero con ribetes y acusaciones de ejercer la Piratería- pasa a ser gobernador en nombre del rey Carlos II de Inglaterra en Jamaica en 1674…

El caso es que el libro de Johnson habla en alguna de sus páginas del comienzo de las malandanzas de Henry Every a bordo de un barco de regio nombre: el Charles II, así llamado en honor, precisamente, al restaurado rey Carlos II Estuardo. Barco que pertenecía a una compañía comercial -ahí es donde entra el capital contra el que se supone lucha ese pirata- llamada Spanish Expedition Shipping. Una empresa que quería dedicarse a rescatar tesoros supuestamente alijados bajo las cubiertas de barcos españoles a los que no hacía falta tomarse la molestia de abordar a sangre y fuego, pues estaban en el fondo del Mar, en las Antillas, vencidos por un arrecife o un huracán. Empeño comercial donde, precisamente, coincidieron Henry Every y William Dampier, que era su segundo oficial en el Charles II

Al parecer eso de sacar beneficio sin abordaje fue demasiado para la paciencia de Every, que se lanzará a la carrera de pirata tras amotinarse durante una de esas expediciones al Caribe, al filo del año 1694. La carrera de Dampier, sin embargo, fue algo divergente de la del posteriormente famoso pirata Every.

Así es, algunos de sus biógrafos, caso de Diana Preston, han calificado a William Dampier de “pirata de mente exquisita”. ¿Por qué? Pues sencillamente porque Dampier fue una especie de Doctor Jekyll y Mister Hyde de la Historia de la Piratería.

Como Every, había nacido en la Inglaterra bajo control de la dictadura puritana de Oliver Cromwell, en 1652, y había llegado a su juventud y madurez bajo el reinado de Carlos II que, coincidiendo en esto con el régimen de Cromwell, se esforzó mucho por hacer de Inglaterra una potencia marítima. O al menos un país que fuera capaz de defender sus extensas fronteras marítimas y su comercio ultramarino con una buena flota de guerra.

Ese fomento tanto del comercio marítimo como de la fuerza naval de Inglaterra, forja a hombres como Dampier, que pasará por casi todas las categorías de gente que Inglaterra necesita en esos momentos en los que, sus largos años de guerra civil, la han reducido a presa fácil para holandeses, españoles, franceses y otras potencias que se miden con puño de hierro en el Mar…

Así Dampier será pirata, corsario, oficial de la Marina de guerra inglesa y también explorador bajo los auspicios del Almirantazgo inglés.

En compañía de notorios piratas saqueará posesiones españolas en Sudamérica como Portobelo. Pero también explorará costas desconocidas como las de un paraje llamado entonces “Nueva Holanda”, que resulta ser Australia…

William Dampier publicará muchas de esas andanzas en un libro de título tan ambicioso como “Nuevo viaje alrededor del Mundo”… Aunque según todos los indicios Dampier bien podía decir que había dado la vuelta al Mundo, pues su vida -que acabaría en el año 1715- le alcanza para llevar a cabo esa hazaña hasta tres veces. La última de ellas de nuevo como un corsario que, al calor de la Guerra de Sucesión española, obtendría un fabuloso botín de 20 millones de libras. Uno que, sin embargo, no llega a cobrar en vida porque acaba en un largo litigio.

Como vemos Dampier tuvo una aventurera vida que, en efecto, le autoriza a escribir ese libro fascinante que fue “Nuevo viaje alrededor del Mundo”, en el que cuenta toda clase de curiosidades y recoge toda clase de datos sobre un Pacífico apenas conocido aún. Lleno de costumbres humanas sorprendentes, una fauna no menos sorprendente y plantas desconocidas para la mayor parte de europeos y más aún para los ingleses.

Un buen resumen ese libro de lo que fue, finalmente, la vida de este hombre que tan pronto saltaba sobre la cubierta de un galeón con una pistola en cada mano y un sable de abordaje en la cintura, como tomaba los instrumentos de navegación, papel, tinta y pluma para dar cuenta exacta y minuciosa de lo que iba descubriendo en sus viajes.

Todo ello con un llamativo propósito final que haríamos bien en no olvidar en este ya inminente año 2022, en el que se cumplen 500 de la primera vuelta al Mundo por Juan Sebastián Elcano.

Sencillamente que Dampier, aunque no da muchas señales en su libro de conocer (o reconocer) el viaje de Elcano, trató de sacar, para él y su país, todo el provecho posible de esos descubrimientos del año 1522 tras cuyas huellas giró toda esa curiosa vida.

De eso hablaré precisamente yo este miércoles próximo en el Museo San Telmo. Para que no caiga en el olvido ese importante detalle sobre las muy buenas razones por las que un inglés de la segunda mitad del siglo XVII dedicó toda su vida a dar tres veces una vuelta al Mundo que ya estaba dada por primera vez desde el año 1522…

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Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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