Contra viento y marea. La Historia detrás de las palabras. De Felipe II al almirante Gaztañeta (1588-1699) | El correo de la historia >

Blogs

Carlos Rilova

El correo de la historia

Contra viento y marea. La Historia detrás de las palabras. De Felipe II al almirante Gaztañeta (1588-1699)

Por Carlos Rilova Jericó

Este invierno, iniciado en diciembre de 2021, parece estar saliendo bastante lluvioso, como suele ocurrir cada cierto tiempo en la Costa Vasca, alternando con inviernos más fríos, pero más secos.

Lo cierto es que temporales como el que estamos viviendo por estas latitudes entre este viernes y este segundo lunes de 2022, están resultando de lo más oportunos. Al menos a mí me están ayudando a situar algo mejor la vida de un marino sobre el que estoy escribiendo y que tuvo que desafiar muchas veces esos temporales en condiciones mucho peores y bueno es recordar esas condiciones. Aunque sea en un atisbo. Desde la relativa seguridad de la costa.

Ese marino, más concretamente, es el almirante Antonio de Gaztañeta e Iturribalzaga. No soy el primero que escribe sobre él. Ni voy a ser el último, naturalmente, así que es bastante sencillo, ahora mismo, escribir unas cuantas páginas coherentes sobre él para este nuevo correo de la Historia.

Gaztañeta nació en una fecha no bien identificada que dos de sus más recientes biógrafos -Gabriel Pintos e Itsaso Ibáñez- han descuadrado al publicar un interesante trabajo sobre un documento inédito del Archivo General de Indias que atañía al almirante.

La mayor parte de los biógrafos de Gaztañeta señalan como su fecha de nacimiento el año 1656. Es el caso de la que podemos considerar biografía actualizada más canónica, al ser parte del Diccionario de Biografías de la Real Academia de la Historia, en la entrada firmada por el coronel de Máquinas José Antonio Ocampo Aneiros, quien cuenta con una sólida trayectoria como historiador naval.

El trabajo de Pintos e Ibáñez, sin embargo, retrotrae la fecha de nacimiento de Gaztañeta a años anteriores a 1656. Ambos autores especulan con un error de transcripción de documentos o bien una deliberada enmienda a la fecha original para que el joven Gaztañeta pudiera acceder al título de piloto examinado en la Casa de Contratación desde 1684…

Fuera como fuese, el caso es que Antonio de Gaztañeta, venido al mundo en la villa guipuzcoana de Motrico (hoy Mutriku) a mediados del siglo XVII, desarrollará una vida como navegante a la que parecía predestinado por haber nacido en esa localidad que dará en ese mismo siglo hasta tres almirantes contándole a él.

Entre los méritos de esa vida de marino que se prolonga hasta el año 1728 (esta fecha ya sin duda alguna) Gaztañeta puede contar el haber diseñado como ingeniero naval barcos que hoy día desafían nuestra imaginación y lo que creemos saber sobre una Armada, la de Carlos II -“el hechizado”- tan poco estudiada como el resto de ese reinado tan maltratado.

Lo hizo, entre otros, en el astillero cántabro de Colindres, por orden de ese mismo rey, desde el año 1687, retirándose del servicio activo en las flotas españolas de altura.

En general quienes han tratado esa faceta de Gaztañeta como ingeniero (o constructor) naval, como Francisco Fernández González -en un volumen colectivo publicado por el antiguo Museo Naval de San Sebastián- consideran que sus diseños son los de un marino que no innova ni revoluciona. Pero en conjunto tanto ese autor como Cruz Apestegui, que también colabora en el mismo libro, indican que los sucesivos tratados de Gaztañeta crean unos navíos con notables avances. Como por ejemplo poder navegar sin lastre.

Más allá de toda diatriba sobre el alcance de esas innovaciones debidas a Antonio de Gaztañeta, lo que es claro es que el almirante mutrikuarra facilitará la construcción de navíos que, una y otra vez, demostraron ser capaces de vencer a los elementos de los que, se dice, tanto se lamentó Felipe II al recibir la noticia del descalabro de su Felicísima Armada en el año 1588.

En efecto, si en algo están de acuerdo los autores que han tratado, y con mucho detalle, los tratados de construcción naval redactados por Antonio de Gaztañeta, es que sus barcos son capaces de navegar con bastante éxito contra viento y marea.

Se trata de un mérito no pequeño, pues, como nos recuerda una comparativa de Cruz Apestegui, la Capitana Real que Gaztañeta elabora para la Armada del Mar Océano de Carlos II (llamada Nuestra Señora de la Concepción y de las Ánimas, botada en 1687 y puesta en son de mar en 1690 en Cádiz) alcanzaba con sus palos casi la altura de la actual catedral del Buen Pastor de San Sebastián y su casco casi la mitad de la nave principal de esa gran construcción.

Es decir, los barcos diseñados por Gaztañeta eran auténticas moles de roble, cargadas de velamen y de decenas de piezas de Artillería que debían navegar por el Atlántico hasta el Caribe, desafiando temporales que en tierra son molestas ráfagas de lluvia fría, pero que en esas aguas se traducen en gigantescas olas de varios metros que forman montañas y valles por donde debían discurrir esos prodigios técnicos, cargados con casi mil hombres -como era el caso de esta capitana- dedicados a mantenerlos a flote en medio de esas circunstancias o en un combate con moles enemigas semejantes. Andanada a andanada, disparando de penol a penol enormes masas de hierro…

Ese, ni más ni menos, seria el verdadero significado de la expresión “contra viento y marea” que hoy utilizamos de manera mucho más liviana, para demostrar que estamos dispuestos a llegar hasta el fondo de un asunto que, a decir verdad, comparado con un navío del porte de esa Capitana Real desafiando temporales en medio del Atlántico, parece cosa de poca monta.

El almirante Gaztañeta demostró esa pericia numerosas veces. Y no sólo como ingeniero o constructor naval que dejó un legado perdurable y ambicionado por las potencias rivales de aquella a la que él sirvió.

Sus anteriores biógrafos dicen que el almirante, como navegante, encargado de marcar como piloto la derrota de las flotas a su cargo, logró burlar nada menos que al mariscal Tourville -reputado almirante francés del que hablé en otro correo de la Historia- durante la Guerra de los Nueve Años en el Mediterráneo, escamoteándole -entre 1694 y 1695- la flota que iba a España desde las posesiones italianas de Carlos II.

Otro tanto demostraría en 1699 al conducir las fuerzas navales necesarias para desalojar a los colonos escoceses ilegalmente instalados en el Darién (tema del que ya hablé, también, en otros correos de la Historia).

Son sólo dos hechos de una larga biografía, la de este almirante Gaztañeta, que la inversión de alianzas del año 1700 llevará de combatir contra el pabellón francés en 1699, a defenderlo con la misma pericia desde 1700 y a volver a combatirlo en el año 1718.

Una vida de ingeniero naval, navegante y marino de guerra que demostró, durante largos años, cómo afrontar los adversos elementos que costaron a Felipe II una derrota naval en 1588 -casi tan dura como la de los ingleses en 1589- y cómo salir bien librado de tempestades en las que había que sacar la proa de gigantescos barcos -como la Capitana Real- de entre ráfagas de viento y lluvia y olas gigantescas que amenazaban con hundirlos, haciéndolos vencer contra viento y marea…

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


enero 2022
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31