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Carlos Rilova

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Una sorprendente historia: los últimos de Filipinas y el Gobierno Vasco (1898-2019)

Por Carlos Rilova Jericó

Como ya he dicho en alguna ocasión en otros correos de la Historia, el pasar, a menudo, por las bibliotecas suele dar como resultado -aparte de estar mejor informado que la media- el descubrimiento de cosas bastante sorprendentes. Y esas sorpresas pueden ser unas veces desagradables, en algunas ocasiones divertidas y en otras -como podría ser el caso del que voy a hablar aquí- bastante productivas.

En efecto, he de confesar que la lectura del cómic “Vergüenza y olvido” me ha sido bastante instructiva.

Paso a explicarme. El cómic en cuestión está producido en la Comunidad Autónoma vasca, firmado por personas de larga trayectoria en ese ámbito como el editor y guionista Harriet y otras menos conocidas, de momento, como el dibujante Alex Macho y el colorista Garluk Aguirre.

Por eso resulta sorprendente el tema de “Vergüenza y olvido”. Se trata de otra vuelta de tuerca, una más, al mal llamado “Desastre” del 98. En este caso concreto el escenario elegido -de los dos posibles- es el de Filipinas.

La sorpresa no se detiene ahí. Reconocido el origen y ficha técnica del cómic, pensé que “Vergüenza y olvido” sería entonces todo un alegato contra el decadente imperialismo español. Al fin y al cabo -y es un detalle importante- “Vergüenza y olvido”, además de ser un producto 100% “Made in Euskadi”, es una publicación que ha sido financiada con una subvención -supongo que generosa- del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco. Una entidad hoy -como es sabido- en manos de funcionarios de libre designación elegidos por el Partido Nacionalista Vasco y, por esa misma razón -es de suponer también- afines y fieles a dicho partido y sus intereses políticos.

De acuerdo a la lógica ideológica de esa formación -de fuerte tinte antiespañol- era, pues, también lógico, suponer que “Vergüenza y olvido” fuera un cómic destinado a adoctrinar al público vasco acerca de lo odiosa que es España, de lo igualmente odioso que era su imperialismo y -de rechazo y como pieza fundamental en ese desarrollo ideológico tan propio del Nacionalismo vasco- que si algún vasco participó en tales eventos fue, por supuesto, por ser del tipo “traidor a la patria”. O, quién sabe (cosas más extrañas he visto escritas bajo el nombre de “Historia del País Vasco”), obligado -de algún modo- a compartir con andaluces, gallegos, extremeños, castellanos, montañeses… los miles de doblones de oro y plata producidos -por poner algún ejemplo- en las minas de Potosí o las explotaciones de mitas y plantaciones con mano de obra esclava o semiesclava y otros grandes beneficios -para los españoles, claro- producidos por aquel vasto imperio colonial hoy tan odioso para el Nacionalismo vasco.

Pues no, no encontré nada de eso en esas páginas y ahí vino la gran sorpresa con “Vergüenza y olvido”. Este cómic sobre los últimos de Filipinas -subvencionado por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco- con muy escasas variantes, lo único que hacía era repetir -casi punto por punto- el guion de un epítome de Cine de corte fascista como “Los últimos de Filipinas”. Urdido, rodado, producido y promocionado por lo más rancio del Franquismo para justificar propagandísticamente aquella dictadura en la que el PNV fue una de las principales víctimas propiciatorias…

Por supuesto en “Vergüenza y olvido” hay notables variaciones con respecto a “Los últimos de Filipinas”. Así nos encontramos con claras escenas de sexo explícito que, naturalmente, en la película franquista quedaban piadosamente sublimadas con algún que otro casto beso y poco más. Igualmente hay notables avances en la narración de “Vergüenza y olvido” que la distancian de “Los últimos de Filipinas”. Por ejemplo, las escenas de batallas navales están documentadas hasta la extenuación y a un nivel digno del mejor cómic francés de ese género. Como el que produce el dibujante oficial de la Marina francesa, Jean-Yves Delitte, de quien ya hemos hablado en otros correos de la Historia.

Es también, desde luego, evidente que los autores de “Vergüenza y olvido” se han basado en serios estudios históricos como “Yo te diré… La verdadera historia de los últimos de Filipinas” de Manuel Leguineche o “La Guerra del 98. Las campañas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas” de Agustín R. Rodríguez González. Una obra esta última que, en el centenario del “Desastre”, en 1998, hizo un notable esfuerzo por documentar exhaustivamente aquella guerra y debelar mitos tan absurdos como el de que la Marina española estaba compuesta por barcos de madera o que fue incapaz siquiera de alcanzar a la del comodoro Dewey ante Manila. Cuando la realidad -como se ve tanto en el libro de Rodríguez González, como en el cómic- es que la flota yankee quedó muy dañada y a punto estuvo de perder el combate, teniendo que refugiarse en el puerto neutral de Hong-Kong.

Pero, quitados detalles como esos (o la actitud sanguinaria y cruel del teniente Cerezo, al mando final de la guarnición de Baler), lo cierto es que “Vergüenza y olvido”, sorprendentemente -para un trabajo financiado por el actual Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco- no es más que una especie de reedición de ese Cine de propaganda del Franquismo que dio a luz productos hoy tan dudosos (para cualquier demócrata) como el de “Los últimos de Filipinas”. De hecho su narrativa es más exaltadora de esa hazaña española que, incluso, la película “1898”, financiada por Televisión Española hace muy pocos años…

Sin duda, llegados a este punto -y recomendando la lectura casi simultánea de “Vergüenza y olvido” y el visionado de “Los últimos de Filipinas“ y “1898”- cabe preguntarse si el Euzkadi Buru Batzar no debería hacer una seria reflexión sobre si sus propios funcionarios no se la están jugando por detrás.

Quién sabe si, quizás, para hacer méritos ante un futuro gobierno panhispánico de VOX -antes de que llegue la hora del “sálvese quien pueda”- con esta sorprendente financiación de productos -culturales en este caso- que parecen (y algo más que parecen) remar en dirección no a las bases ideológicas irrenunciables del Nacionalismo vasco, si no más bien en la del quejumbroso Nacionalismo español de ultraderecha basado en una Leyenda rosa.

Lo cual no deja de ser, como decía al principio de este artículo, verdaderamente sorprendente. De hecho, divertidamente sorprendente para los que no tenemos interés político alguno en cuestiones como éstas y sólo pretendemos escribir Historia y no leyendas negras o rosas y adornadas con la bandera rojigualda. Es decir, justo lo contrario de lo que se puede ver en “Los últimos de Filipinas” o productos actuales que parecen querer emular, de algún extraño y sorprendente modo, a aquella indigestión intelectual franquista. Como el cómic “Vergüenza y olvido”…

 

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


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