Cuentos del mono de oro o un piloto de la II República española en el Pacífico (hacia 1938) | El correo de la historia >

Blogs

Carlos Rilova

El correo de la historia

Cuentos del mono de oro o un piloto de la II República española en el Pacífico (hacia 1938)

Por Carlos Rilova Jericó

Por fin esta semana voy a centrarme en un tema que casa bien -o marida, como se dice ahora- con estas fechas veraniegas en las que seguimos.

El asunto ya se ha tratado en esta edición digital de “El Diario Vasco” hace años. Fue en 2014, en “Series para gourmets”. Y es que el tema de este correo de la Historia de hoy va de eso, precisamente, de una serie que nos remite a nuestra Historia reciente: “Los cuentos del mono de oro”.

Yo, como muchos otros telespectadores, recordaba haberla visto, siendo un chaval, en otro verano: el del año 1984. Así que cuando descubrí que la serie completa estaba disponible en una de mis bibliotecas favoritas -el Koldo Mitxelena de San Sebastián- no dudé en hacerme con ella y verla, con orden y concierto, en este otro verano de 2022.

Momento en el que caí en cuenta de lo vago que era mi recuerdo de esa serie. Aunque no muy diferente, por otra parte, del que podíamos leer en “Series para gourmets” o en otros artículos que rondan por Internet sobre “Los cuentos del mono de oro”.

Recordaba yo que, en efecto, la serie jugaba con la estética a lo Indiana Jones que había sido todo un taquillazo en 1981. Y es que “Los cuentos del mono de oro” también contaban con héroe audaz, de los años treinta, vestido con chaqueta de cuero y metido en aventuras con malvados nazis -precalentando para la que se llamaría “Segunda Guerra Mundial”- de las que, por supuesto, salía siempre con buen acierto.

Pero más allá de eso, de alguna frase memorable -como la muy cuestionable de que el sistema judicial francés no reconocía la inocencia previa del acusado- y de la exuberancia personal de la “mala” de la serie -la princesa nipón-irlandesa Koji- mi recuerdo de “Los cuentos del mono de oro” parece que se había desvaído bastante. Algo extraño, porque de ese mismo verano tengo memoria -con absoluta nitidez- de otros episodios televisivos. Supongo que probablemente presté a la serie menos atención de la que había creído yo pasados los años.

Y la verdad es que “Los cuentos del mono de oro”, sin ser una maravilla, era, como decían en 2014 en “Series para gourmets”, una serie resultona. De hecho descubrí que su productor, Donald P. Bellisario (el rey Midas de las series de Televisión) había tenido la idea de un héroe aventurero, apaleador de nazis y con veterana chaqueta de cuero, ya en los años setenta. Antes de que Spielberg pusiera en marcha su factoría de Indiana Jones.

Y, además, este verano, en el que he visto de nuevo “Los cuentos del mono de oro” con mayor atención y discernimiento -el que va de un chaval de instituto a un doctorado de universidad- he descubierto un interesante asunto de Historia en la serie.

Así, aparte de que me ha parecido que Bellisario le podía haber sacado más jugo histórico al asunto de las tramas y personajes, he comprobado que, acaso, sea una de las pocas producciones hollywoodienses -o cercana a ese mundo- en la que el personaje principal tiene un pasado en la Guerra Civil española.

Y es un asunto curioso. Y el modo en el que se trata más aún. Y es que las referencias a la guerra española de 1936-1939, como preludio o parte de la Segunda Guerra Mundial en el “planeta” Hollywood, son prácticamente tangenciales o inexistentes. Salvo escasas excepciones de las que da buena cuenta el libro de Javier Coma “La Brigada Hollywood” -la más famosa de ellas quizás “Por quién doblan las campanas”- poco más ha habido. Salvo incomprensibles -y más bien fugaces- presencias en películas casi hollywoodienses como “¿Arde París?”, donde vemos desfilar algunos blindados franceses de la División Leclerc con nombres… españoles. Asunto del que ya he hablado yo en otros correos de la Historia, recordando la Liberación de la capital francesa precisamente un 25 de agosto de 1944.

Sin embargo en la aparentemente intrascendente “Los cuentos del mono de oro”, resulta que se habla, y muy claro, y para un público de Televisión (mucho más protegido de ideas complicadas que el del Cine de grandes estrenos) de una guerra civil en España en la que hubo voluntarios norteamericanos.

Ese es el caso del protagonista de la serie, el piloto Jake Cutter. Se trata, como decía, de un aventurero prototípico de los seriales de cómic y de cine de los años 30, que ha acabado recalando en una isla del Pacífico, la ficticia Bora Gora, parte del archipiélago de las no menos ficticias Marivellas, que, se supone, es un protectorado de la III República francesa.

Allí se gana la vida como piloto de un descacharrado hidroavión y se ve metido, con su fiel mecánico Corky y otros personajes al uso -como la agente encubierta Sarah Stickney White, espía de la Marina norteamericana- en aventuras diversas en las que los japoneses militaristas de Tojo y los ya mencionados nazis, van calentando motores para la que será la Segunda Guerra Mundial en ese frente de Asia-Pacífico.

Jake Cutter, el personaje como tal, está perfectamente definido contra ellos. Su icónica chaqueta de cuero de aviador y su gorra recuerdan que ha sido, como él repite varias veces, parte del escuadrón de los “Flying Tigers” del teniente general Chennault, piloto estadounidense que organizó esa fuerza aérea para ayudar a los nacionalistas chinos en su lucha contra los japoneses a partir de 1937.

Si bien ahí “Los cuentos del mono de oro”, como Indiana Jones, parece que se tomaron alguna libertad con la Historia, aunque no demasiada.

Probablemente Bellisario en ese punto se inspiró para su Jake Cutter en la figura de Jim Allison, que, efectivamente, formará, en 1938, parte de los efectivos -más o menos mercenarios- con los que tendrá que contar Chennault en China en los momentos previos a la formación de los “Fliying Tigers” como tales. Cosa que ocurre sólo a partir de 1940, como nos cuenta, por ejemplo, Braxton Eisel en su libro “The Fliying Tigers. Chennault´s American Volunteer Group in China”.

Como Jim Allison, Jake Cutter, el protagonista de “Los cuentos del mono de oro”, ha recorrido mucho mundo -incluyendo la América hispana, en especial Perú- y finalmente también confiesa en alguno de los episodios de la serie haber sido piloto combatiente en España favor de los republicanos…

De ese modo tan curioso, tan indianajonesco, resulta que hace ya cuarenta años la II República española, y su lucha prolegómeno de la Segunda Guerra Mundial, se hacía visible para el público medio norteamericano, que descubría, hacia fecha tan propicia como 1984, que el bando derrotado en España en 1939 habría sido el de los “buenos”.

Cuestión que hoy, en el año 2022, daría para muchas, largas, e interesantes discusiones históricas con el fondo de la épica, entretenida, divertida, a veces algo anacrónica, serie de “Los cuentos del mono de oro”…

Un paseo por el pasado

Sobre el autor

Carlos Rilova Jericó es licenciado en Filosofía y Letras (rama de Historia) por la Universidad Autónoma de Madrid y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad del País Vasco. Desde el año 1996 hasta la actualidad, ha desarrollado una larga carrera como investigador para distintas entidades -diversos Ayuntamientos, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno Vasco, Universidad del País Vasco...- en el campo de la Historia. Ha prestado especial interés a la llamada Historia cultural y social, ahondando en la Historia de los sectores más insignificantes de la sociedad vasca a través de temas como Corso y Piratería, Historia de la Brujería, Historia militar... Ha cultivado también la nueva Historia política y realizado biografías de distintos personajes vascos de cierto relieve, como el mariscal Jauregui, el general Gabriel de Mendizabal, el navegante Manuel de Agote o el astrónomo José Joaquín Ferrer. Es miembro de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza


agosto 2022
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031