“Ya está amaneciendo, la noche se va, el sol en el cielo llamándome está y salgo a la calle para comenzar, la lucha diaria en la gran ciudad. Y al final, y al final, cumplo mi jornada y vuelvo al hogar, y al final y al final vuelvo con los míos que felicidad!!!”. Así comenzaba “Menudo es mi padre”, la maravillosa serie que deleitó nuestras tardes a finales de la década de los 90, y que lanzó al estrellato a Jose Luis Cantero (más conocido como ‘El Fary’), quien daba vida a un taxista.
La vida ha cambiado mucho desde que se emitía esta serie. No sólo los programas y las series de televisión han evolucionado, sino que también lo ha hecho el sector del transporte por carretera en general y del taxi en particular. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 1994 había un total de 53.430 turismos de servicio público con taxímetro en España, cifra que ha ido creciendo de forma constante hasta alcanzar en 2012 los 59.250 taxis. Hay que señalar que más del 80% de estos taxis se encuentran concentrados en las capitales de provincia. Según un estudio realizado por el INE el total de asalariados del sector en el año 2006 superaba las 79000 personas. De éstas, el 73,6% tenían estabilidad en su empleo, con un salario medio de 8968,7€ anuales y una tasa de participación femenina del 4,5%. Si atendemos a la distribución de la edad de los trabajadores proporcionada por Consultrans (consultar el informe aquí) aproximadamente el 15% de las personas empleadas en el subsector del taxi tienen menos de 40 años, el 37% está comprendido entre los 40-49 años, el 29% entre los 50-59 años, y el 19% restante contaría con más de 60 años. Finalmente, según el nivel de estudios, el 7% de los trabajadores del taxi no tiene estudios primarios, el 55% cuenta con estudios primarios, el 10% cuenta con estudios de ESO y el 28% restante cuenta con estudios de formación profesional de grado medio.
De forma creciente, no sólo en España, sino globalmente, están apareciendo alternativas tecnológicas, sociales y comerciales a la movilidad en general, y al taxi en particular. Empresas como Uber o Blablacar están teniendo una difusión muy rápida, y están ganando de forma vertiginosa una cuota de mercado que tradicionalmente venía siendo ocupada por el sector del taxi. Este fenómeno de sustitución está, a su vez, teniendo unas graves consecuencias sobre un importante número de trabajadores.
La economía evolucionista nos habla de las necesarias capacidades de adaptación y adaptabilidad. La adaptación se define como aquel conjunto de movimientos, decisiones o estrategias orientadas a retornar a un punto previo en el corto plazo. Para poder retornar a una situación previa deseada (p.e. a una situación de crecimiento continuado) se requerirían de lazos fuertes entre los agentes sociales existentes en una ubicación geográfica. Por su parte, se entiende por adaptabilidad el conjunto de capacidades dinámicas necesarias para poder efectuar y desplegar múltiples trayectorias evolutivas, y que lleven a una diversificación de la economía a medio o largo plazo. En otras palabras, mientras que la adaptación estaría buscando la vuelta a una situación ya conocida, la adaptabilidad estaría persiguiendo la búsqueda de un nuevo objetivo de desarrollo. La economía evolucionista considera que para que ocurran procesos de adaptabilidad son necesarios lazos débiles entre los agentes sociales, ya que la ausencia de una trayectoria histórica en común, mejora la capacidad de respuesta global del sistema a los cambios imprevistos. La adaptación y la adaptabilidad son por lo tanto entendidas como fenómenos complementarios a la hora de explicar cómo los territorios y los sectores pueden sobrevivir a los cambios del entorno.
Uno de los elementos que mayor incidencia está teniendo en el carácter disruptivo de los cambios del entorno que estamos observando en tiempos recientes es sin duda la velocidad del cambio técnico. La globalización de la economía no sólo está conllevando que la velocidad en la que se genera el cambio técnico se haya acelerado, sino que la translación de dicho cambio técnico en amenazas para los sectores tradicionales, así como la difusión global de dichos cambios también se ha visto incrementada de forma excepcional. A modo de ilustración, podemos comentar cómo la empresa Uber se fundó en el año 2009 y a día de hoy se encuentra operativa en 51 países y 231 ciudades distribuidas por los cinco continentes.
Como el lector recordará, Charles Darwin ya dijo allá por 1859 en su obra “El origen de las especies” que “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. El cambio técnico, y las consecuencias del mismo en términos económicos, sociales, legales e incluso morales, no son exclusivos del taxi, sino que también han llegado a un amplio y diverso abanico de actividades como las librerías, la telefonía, los hoteles o la música.
La adaptación a los cambios del entorno y a la velocidad de los mismos se ha convertido en la actualidad en uno de los activos más relevantes que toda organización, sector o país debe tener para poder garantizar su supervivencia. Para ello, no nos queda como sociedad más alternativa que desarrollar nuestro ingenio y nuestra capacidad de innovación para reinventarnos de manera constante. Tal vez el Fary, quien además de cantante, también fue actor, taxista, camarero y jardinero, nos pueda resultar de inspiración para tal fin.
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