Asier Minondo
El pasado 27 de noviembre, la fábrica de Opel Stellantis en Figueruelas tuvo que detener la fabricación de automóviles durante tres días debido a la falta de semiconductores. Esta noticia es un ejemplo más del riesgo que una disrupción en las cadenas de suministro puede tener para una empresa.
Aunque acontecimientos como con el tsunami en Japón y las inundaciones en Tailandia de 2011 ya pusieron de manifiesto los riesgos de las cadenas de suministro, fue durante la pandemia cuando esta preocupación se extendió a la mayoría de los sectores económicos. Además, un trabajo reciente de Lucas Kitzmüller, Beata Javorcik y Helena Schweiger muestra que esta preocupación ha seguido creciendo después de la pandemia.
Estos autores utilizan las transcripciones de 194.000 conferencias convocadas por empresas que cotizan en bolsa para presentar sus resultados trimestrales entre 2013 y 2022. En ellas identifican cuántas veces, cuando se menciona el término “riesgo”, éste viene seguido por el término “cadena de suministro”. Como se puede ver en la figura, entre 2013 y 2019, en muy pocas ocasiones el término “riesgo” venía acompañado del término “cadena de suministro” (la franja morada). En ese periodo, era mucho más probable que el término riesgo viniese acompañado por el término “medioambiente” o “cambio climático” (la franja verde).
Fuente: Informe de Transición 2022-2023 del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.
Como era de esperar, a partir de 2020, “riesgo” viene asociado a “Covid-19”. Sin embargo, también observamos un aumento en el término “cadena de suministro”. Esta asociación se modera en el tercer y cuarto trimestre de 2020. Sin embargo, el aumento de la demanda de bienes, las disrupciones en el transporte marítimo, la política de Covid cero en China y la invasión rusa de Ucrania han provocado un crecimiento muy notable de los riesgos de las cadenas de suministro a lo largo de 2021 y la primera mitad de 2022. Como se puede comprobar en la barra de la derecha, el riesgo ligado a las cadenas de suministro ocupa ya el segundo lugar en las preocupaciones de las empresas, por delante de la invasión rusa de Ucrania o el cambio climático.
Los autores muestran también que el aumento del riesgo en las cadenas de suministro afecta a los resultados empresariales. En concreto, las empresas que operan en los sectores más afectados por las disrupciones en las cadenas de suministro realizan menos inversiones y obtienen una menor rentabilidad. Como señalan los autores, este resultado sugiere que las empresas deben protegerse ante los riesgos ligados a las cadenas de suministro. Entre las acciones que pueden tomar, destacan la diversificación de sus suministradores y el aumento de sus stocks, aun cuando estas medidas aumenten sus costes.
Postdata: con este post cerramos Ekonomiaren Plaza hasta después de las Fiestas de Navidad. Para todos nuestros lectores, nuestros mejores deseos para estas fiestas y para el próximo año. ZORIONAK ETA URTE BERRI ON!