Como todos nuestros lectores sabrán a estas alturas, el País Vasco acogió la Grand Départ del Tour de Francia 2023, en tres etapas para el recuerdo, tanto deportiva como socialmente. Gracias al el éxito de la marca ‘Tour de France’ (TdF), ciudades y regiones de todo el mundo muestran año a año su interés en albergar una etapa (bien como ciudad de salida o de llegada) de este acontecimiento deportivo mundial. El argumento que se esgrima para acoger el TdF es que se espera que los beneficios promocionales, de marketing y turísticos empleados superarán con creces la carga financiera de los costes de organización, los servicios técnicos y las tasas de acogida. En el caso de la Grand Départ de Euskadi, como se recogió en las páginas de Diario Vasco, la inversión realizada por el Gobierno Vasco como tasa de acogida del TdF ascendió a 12 millones de Euros, con la esperanza de obtener un retorno positivo de más de 100 millones en los tres territorios (i.e. un multiplicador de casi 10 veces la inversión realizada).
No se han publicado cifras oficiales, debido a la dificultad de poder obtener evidencias empíricas rigurosas que cuantifiquen el impacto económico de este tipo de eventos, cuyo efecto directo de atribución es difícil. Sin embargo, un artículo reciente ofrece un análisis en profundidad de los beneficios económicos derivados del incremento en el número de turistas como consecuencia de acoger una etapa del TdF, empleando datos turísticos mensuales detallados de 96 departamentos franceses (equivalentes a las provincias) durante el periodo 2011-2020. Hay que indicar este tipo de análisis no abundan debido a la dificultad de encontrar datos con suficiente nivel de detalle, como para evitar el problema de la atribución. A su vez, este tipo de estudios, en ocasiones no han sido considerados como creíbles, porque las entidades que encargan este tipo de análisis suelen ser los principales interesados en que el resultado sea positivo.
Como era de esperar, los resultados del artículo concluyen que acoger una etapa del TdF se asocia a un aumento significativo del número total de llegadas de turistas y del número de pernoctaciones en el departamento con respecto a un grupo de comparación de departamentos similares que no acogen una etapa del TdF en el mismo mes. Los efectos directos positivos se deben principalmente a la afluencia turística a los departamentos que acogen varias etapas, regiones con características topográficas atractivas, como los Alpes o los Pirineos, y/o a departamentos que forman parte del TdF de manera reiterada, y que por tanto, han desarrollado su propia imagen y marca, siendo el ejemplo más representativo París con su final en los Campos Elíseos.
En cuanto a la importancia económica, se observa que la organización de una etapa del TdF se traduce en un aumento del 2% de las llegadas de turistas. En término medio, los departamentos franceses que no acogieron una etapa del TdF acogieron a unas 170.000 personas al mes. Por lo tanto, el efecto estimado de participar en el TdF apunta a un aumento del número medio de llegadas de turistas de unas 3.400 personas adicionales al mes. Este efecto, recoge el artículo, puede sin embargo aumentar hasta 9.400 llegadas de turistas adicionales al mes (un 5.5% adicional) durante el TdF en regiones con etapas especialmente atractivas. El artículo estima que un turista medio gasta aproximadamente 270 euros por estancia en Francia. Por tanto, acoger una etapa de la TdF podría, según los cálculos conservadores ofrecidos en el artículo, tener un impacto económico de entre 0,918 millones de euros al mes en los departamentos franceses (270€ * 3.400 turistas adicionales). En el mejor de los casos, si se llegara a atraer a 9.400 turistas adicionales, el impacto económico podría llegar hasta los 2,538 millones de euros al mes.
En el caso de Euskadi no se conoce con detalle la afluencia de turistas en el mes de Julio (mes en el que se celebra el TdF) de 2023. Sin embargo, Eustat sí ofrece una estadística acerca del número de turistas y del gasto realizado (euros) para el año 2021. Si atendemos a las cifras publicadas, en el mes de Julio de 2021 visitaron Euskadi un total de 543.057 personas (405.129 nacionales y 137.928 extranjeros). En relación con el gasto realizado, los valores varían notablemente en función de si el alojamiento se produjo en hoteles o en alojamientos de no mercado. Haciendo una media aritmética, se puede concluir que el gasto medio por persona y día puede ser de unos 133,95 €. Si acorde con los resultados del estudio, se puede esperar que la cantidad de turistas adicionales derivados de la organización de la Grand Départ es como mínimo del 2%, ello implicaría que en Julio de 2023 nos habrían visitado 10.861 personas más (en el mejor de los casos la cantidad de turistas adicionales podría llegar a ser del 5.5%, a saber, 29.868 personas). Por lo tanto, en el escenario más conservador el impacto económico podría ser de aproximadamente 1.454.830 € (133,95€ * 10.861 turistas adicionales), una cifra similar a la concluída por el artículo para los departamentos franceses. Por su parte, en el mejor escenario, dicho impacto podría llegar a los 4.000.818 € (133,95€ * 29.868 turistas adicionales). Estos resultados habrá que contrastarlos, naturalmente, una vez que se publiquen las estadísticas oficiales del número de visitantes que hayan venido a Euskadi en Julio de 2023, pero el análisis realizado parece apuntar a que el multiplicador de la inversión realizada está lejos del *10 que se esperaba inicialmente. Lo que si refleja este análisis muy preliminar, por el contrario, es que la marca TdF sí realiza una excelente valoración del valor de mercado de su “producto”.
El artículo también encuentra resultados positivos en aquellos departamentos vecinos a los que acogen una etapa del TdF, lo que amplifica el efecto turístico global del TdF desde una perspectiva territorial. Sin embargo, en cuanto a los efectos a medio y largo plazo, el artículo no encuentra evidencias estadísticamente significativas de efectos positivos un año después de acoger una etapa del TdF.
En 2021 los organizadores del TdF lanzaron una red internacional de ciudades amigables con el ciclismo bajo la etiqueta “Ciudad ciclista del Tour de Francia” (Ville à Vélo du Tour de France). La candidatura a la etiqueta está abierta a todas las ciudades/regiones que hayan albergado una etapa del TdF al menos una vez desde su creación en 1903. Esta etiqueta introduce cuatro niveles de certificación que reflejan los avances en las estrategias de desarrollo de infraestructuras ciclistas, las acciones de apoyo al ciclismo (p.e. a través de actividades escolares y campañas de concienciación), y el apoyo a clubes y asociaciones dedicados al ciclismo. Esta marca puede incentivar a ciudades y regiones a formar parte de la familia del TdF y/o a emplear dicho sello para atraer un tipo de turismo no necesariamente vinculado con el TdF (léase, ver y disfrutar de la carrera) sino orientado a disfrutar del ejercicio y de la cultura locales de manera sostenida en el tiempo.
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