El temporal de la semana pasada nos deleitó con un manto blanco que produjo unas imágenes que probablemente permanezcan durante algún tiempo en nuestras retinas. Debido a las condiciones meteorológicas de los últimos días, es probable que much@s de nuestr@s lector@s hayan pasado una parte importante de este pasado fin de semana en casa. La compañía de un buen libro, una película, algún que otro té o una buena canción constituyen en cualquier caso un placer al que no resulta fácil resistirse de vez en cuando.
Podríamos citar un millar de características que hacen que cada libro, película, canción, etc. sea algo único. Sin embargo, como amante de la música que soy, este fin de semana me he preguntado algo que tal vez algun@s de nuestr@s lector@s se hayan preguntado también en alguna ocasión. ¿Por qué la mayoría de las canciones tienen la misma duración?
Y es que la mayoría de las canciones duran aproximadamente tres minutos. De hecho, como bien sabrán los amantes de Eurovisión, las canciones de dicho certamen no pueden exceder los tres minutos. En el primer festival, en 1956, las canciones podían tener cualquier duración. Sin embargo, en 1957 se sugirió que las canciones duraran tres minutos y medio, y en 1962 se redujo a los tres minutos con carácter obligatorio, un criterio que se ha mantenido hasta la actualidad.
Los entusiastas y coleccionistas de vinilo sabrán que entre 1858 y finales de 1950 los discos eran conocidos como los “78”. Se llamaban así porque el disco giraba a 78 revoluciones por minuto (rpm). “Los 78” venían en dos tamaños: uno de 10 pulgadas que tenía una duración de tres minutos de música y uno de 12 pulgadas que tenía cuatro minutos de duración. En 1949 se introdujeron los discos de 45 rpm que eran más duraderos, fáciles de transportar y más baratos debido a los materiales empleados en su fabricación. A pesar de que “el 45” sustituyera rápidamente “al 78”, también tenía una duración de unos tres minutos.
Estas tecnologías derivaron en la introducción del concepto “single”, que se mantiene hasta nuestros días, y que hacía referencia a que una unidad de disco contenía una única canción (o ‘single’). Los grupos, para poder hacer sonar sus canciones en la radio y darle así una mayor difusión a su música, tuvieron que adaptarse a las tecnologías existentes, por lo que se veían limitados a grabar canciones de tres minutos de duración. Tal vez algún lector conserve aún alguno de los 45 de Elvis, de los Beatles o de los Rolling Stones.
Debido a la evolución del cambio tecnológico, parecería lógico suponer que en la medida en la que las tecnologías han evolucionado, dicha evolución también haya llevado un cambio paralelo en la duración de las canciones. Efectivamente, ha habido grupos que han escrito canciones de más de tres minutos, incluso antes de que se introdujera el CD. Jimi Hendrix por ejemplo grabó canciones de 20 minutos de duración, y otras bandas clásicas como Pink Floyd, Led Zeppelin, Deep Purple y Bob Dylan también tienen canciones de 10 minutos.
Fuente: https://plot.ly/~RhettAllain/131/average-song-length/
Como se puede observar en la figura anterior, la duración de las canciones tuvo su mayor incremento entre las décadas de los 1960s y los 1980s. Sin embargo, desde mediados de los 1980s la duración de las canciones se ha mantenido muy estable y alrededor de los 230-340 segundos, a pesar de los enormes cambios que han ocurrido desde entonces en la industria musical. En la economía este fenómeno se conoce por el concepto de “path-dependence”, o trayectoria histórica. Un fenómeno análogo es el conocido como QWERTY, el cual explica por qué a pesar de que la distribución de las teclas de los ordenadores no es la óptima, ésta se sigue manteniendo constante desde 1868.
Naturalmente, en la actualidad la longitud de las canciones depende de las prioridades de los músicos y los fans de dichos grupos (que deciden si los compran o no). Sin embargo, la industria radiofónica sigue requiriendo que las canciones tengan una cierta duración para facilitar la gestión de su programación. No sé si los lectores preferirán las canciones cortas, las largas o las muy largas, lo que sí sé, es que como bien dijo Nietzsche, “sin música, la vida sería un error”.
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