Recientemente se ha publicado la III edición de los “Rankings ISSUE” (ISSUE se refiere a “Indicadores Sintéticos del Sistema Universitario Español”), que lo elaboran la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) bajo la dirección de Francisco Pérez y Joaquín Aldás (pincha aquí para acceder a su página web). La novedad de esta edición es que incluye a 11 universidades privadas (hay 33 en total), entre las cuáles están la Universidad de Deusto, Mondragon Unibertsitatea, y la Universidad de Navarra.
Este ranking, como señalamos en un post anterior hace tiempo (pincha aquí), analiza los resultados obtenidos por las universidades en tres grandes áreas, la docencia, la investigación y la innovación y el desarrollo tecnológico. Los pesos que recibe cada área (basado en el juicio de expertos) para elaborar el ranking son los siguientes:
En cada una de las áreas se miden los recursos utilizados, la producción obtenida, la calidad (de los resultados, procesos, etc.) y la internacionalización. En el caso de la docencia, por ejemplo, se valoran:
En los apartados de investigación e innovación y desarrollo tecnológico los indicadores analizados son, por ejemplo, la financiación lograda en proyectos competitivos, los artículos publicados con referencia ISI (que engloba a las revistas de mayor prestigio), etc. En suma, se incluyen 25 variables en estas tres facetas. El trabajo realizado es, sin duda, muy valioso.
Sin embargo, sorprendentemente, no hay indicadores relacionados con la incorporación de los alumnos al mercado de trabajo. Por ejemplo, ¿qué porcentaje de alumnos trabaja en una actividad relacionada con sus estudios al año de finalizar los estudios? ¿Cuál es el sueldo inicial? Tampoco se hace mención alguna, justificando su ausencia por falta de datos, por ejemplo. Entre otras razones, ¿no es para eso para lo que estudian los alumnos? ¿no es eso justamente lo que hay que pedirles a las universidades? De hecho, uno de los objetivos del proyecto es elaborar rankings personalizados para “servir de orientación a los estudiantes, sus familias y los orientadores vocacionales a la hora de elegir la universidad en la que cursar estudios” (p. 9). La falta de indicadores en este apartado es una falla fundamental en este ranking, en mi opinión.
Los resultados del ranking se muestran de dos maneras, por el volumen de los resultados y por la productividad, ajustando los resultados obtenidos por el tamaño. El Cuadro 1 muestra el ranking de productividad a partir del índice sintético que engloba los 25 indicadores (ISSUE-P). La primera universidad del ranking es la Universitat Pompeu Fabra, seguida por la Universidad Carlos III, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat Politècnica de Catalunya y la Universitat Politècnica de València. La Universidad de Navarra se halla muy cerca. En la parte baja del primer cuartil se halla la Universidad Pública de Navarra. En el segundo cuartil de las universidades se sitúan la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea, y en el tercer cuartil Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco.
Cuadro 1. Ranking de productividad (ISSUE-P)
Fuente: “Proyecto U-Ranking”.
La aportación más valiosa se halla en el Gráfico 1, que relaciona el ranking de volumen de resultados (ISSUE-V, en el eje de ordenadas) con el ranking de productividad (ISSUE-P, en el eje de abscisas). Es importante tener en cuenta que los resultados del Gráfico 1 son ordinales, lo que, a veces, puede inducir a confusión. Es evidente que la situación de las universidades españolas es muy desigual. En la parte superior derecha se encuentran en la zona sombreada las universidades con mejores resultados en volumen de resultados-productividad: Universidad Complutense de Madrid (UCM), Universitat de Barcelona (UB), Universitat de València (UV), Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Universitat Politècnica de València (UPV), Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Universidad de Granada (UGR), Universidad de Sevilla (US), Universidad Carlos III (UC3M) y Universitat Pompeu Fabra (UPF). Desde la primera edición del ranking apenas ha cambiado esta configuración. Arriba e izquierda se hallan las universidades con gran volumen de resultados pero reducido grado de productividad, UPV-EHU entre ellas. Abajo y derecha se encuentran las universidades con menor volumen de resultados pero mayor grado de productividad. El resto de universidades vascas y navarras se hallan cerca de esta zona con productividad media-alta.
Gráfico 1. Ranking de volumen de resultados (ISSUE-V) y ranking de productividades (ISSUE-P).
Fuente: “Proyecto U-Ranking”.
Finalmente, como señalan en el propio informe (p. 58), “El interés por los rankings se centra en la docencia más claramente cuando los estudiantes quieren consultarlos para elegir la universidad en la que cursar sus titulaciones. En ese caso es probable que el estudiante esté interesado sobre todo en la calidad de determinados estudios, más que en la investigación o en la calidad general de la docencia en una universidad.” El Cuadro 2 muestra el ranking ISSUE-P para la docencia. “Barriendo para casa”, las primeras universidades del ranking son mi universidad, Deusto, y Navarra. Además, se observa que las universidades privadas se colocan en las primeras posiciones del ranking.
Cuadro 2. Índice ISSUE-P para docencia.
Fuente: “Proyecto U-Ranking”.
En general, los resultados obtenidos confirman buena parte de mis propias percepciones sobre las universidades. No obstante, los rankings ni son perfectos ni son únicos. Por ejemplo, existe el más conocido de Shanghai, el elaborado por Times Higher Education (THE), el QS-Rankingo el más reciente de U-Multirank (apoyado éste por la Comisión Europea).
Creo que los rankings son herramientas útiles que deben servirnos para mejorar, y tenemos camino para recorrer …