Alberto Moyano

1) Que no hay ejemplo de conducta más pernicioso para los niños que el
que ofrece el deporte. Por ejemplo: uno puede tirarse todo el curso
rascándose la ‘zona cero’ porque un leve esfuerzo final ofrece el mismo
resultado que el trabajo sostenido durante todo el año escolar. Ésta es
en resumen la teoría que la Real se empeña ahora en demostrar de forma
empírica y además con éxito, si el fútbol no lo remedia. Y otra más:
que ningún ungüento es comparable a la hora de aliviar las carencias
propias como comprobar el tamaño de las ajenas: «Cuanto peor (los
demás), mejor (yo).
2) Que ser un echado pa’alante, lucir cutis moreno y exhibir una
simpatía arrolladora en el trato social también tiene sus límites. Sin
ir más lejos, el Bruesa ya ha descendido de categoría mientras la Real
del lívido Miguel Fuentes anuncia la próxima resurrección de los
muertos.
3) Que cuando los problemas no tienen solución es inútil empeñarse en
arreglarlos y más si uno está en disposición de realizar ejercicios de
ilusionismo. Nicolás Sarkozy y Ségolène Royal se disponen a demostrar
esta noche cómo el paro, la construcción europea y la seguridad
ciudadana son cuestiones aplazables cuando lo que está en juego es
–nada más y nada menos– dilucidar qué significa «grandeur» en un mundo
«biggest» o qué tiene que ver Bonaparte con la «banlieu».