Alberto Moyano

‘La noria’ sustituyó anoche en Telecinco al habitual programa de
corazón y lo hizo con una rocambolesca entrevista a los padres de
Madeleine, que no aportó nada nuevo, salvo el amarillismo hepatítico
del presentador, Jordi González. «Sabe usted que es muy probable que su
hija se encuentre en mi país. Si nos estuviera esuchando alguna de las
personas que la ha visto o está con ella, ¿qué le diría?», espetó a los
padres el periodista, situándose en los márgenes del periodismo en
general y de la investigación policial en particular.
Previamente, el programa había puesto en escena una mesa redonda en
torno a la publicación de los anuncios de prostitución en la prensa
española. Estos debates comienzan con las cartas marcadas, por cuanto
ningún contertulio se presta a ejercer el papel de consumidor de estos
servicios. Así, los papeles a repartirse oscilan entre los partidarios
de prohibir la prostitución y los defensores del liberalismo, pasando
por todas las posibles opiniones intermedias.
El argumento último, una vez más, fue la protección de la infancia,
pero antes se habló de las redes que traen a España a mujeres engañadas
–como si no hubiera muchas que saben a qué vienen– y por las mafias
–como si su proliferación no fueran inevitables en cualquier actividad
sin regularizar por el Estado–.
Para ilustrar el tema, la cámara mostró una cuidada selección de los
anuncios más explícitos hallados en una minuciosa lectura de los
Anuncios por Palabras de media prensa española. Un malpensado
sospecharía que los responsables del programa se deleitaron en la
exhibición de estos textos.