Alberto Moyano
La pasarela de Mompás fue motivo de debate anoche, en el estreno de ‘Barra libre’ de Teledonosti, entre el alcalde donostiarra, el arquitecto autor del proyecto, una medioambientalista y un insigne ciudadano opuesto a su construcción.
La primera batalla ya la ha ganado Odón Elorza, desde el momento en el que ha impuesto el símil entre la polémica pasarela y el Peine del Viento. Viene a decir el alcalde que si nos ponemos así, tampoco el proyecto de Chillida y Peña Ganchegui se hubiera podido sacar adelante, aunque es obvio que se trata de dos obras de naturaleza diferente.
Elorza defendió la inocuidad de la pasarela y el arquitecto desveló un extremo cuando menos curioso: en caso de que no guste, la pasarela podría volver a desmontarse y todo quedaría como antes.
La joven medioambientalista apostó por poner en valor el acantilado tal cual está ahora mismo y advirtió de que el tránsito de personas por el paseo conllevaría el vertido de residuos a la zona: colillas, botellas, periódicos, etc… El otro ciudadano lamentó que los catorce millones que ofrece el Ministerio de Medio Ambiente no puedan ser utilizados en prestaciones -a su juicio- más urgentes.
El alcalde intentó sin mucho éxito -y probablemente más allá de los datos reales- desvincular el proyecto de lo que ya se considera un capricho puramente personal y, en este sentido, hizo arqueología para rescatar del pasado otros planes en la misma línea, pero supuestamente mucho más agresivos, defendidos en su día por otras formaciones. Es una causa perdida: pase lo que pase, todo esto será conocido como la pasarela de Odón.