Alberto Moyano
«Ésta es una ciudad para viejos» se ha convertido en una recurrente
fórmula de descalificación, por más que nadie haya explicado en qué
consiste o cuáles son sus características, algo que ayudaría a
determinar, por oposición, qué es una ciudad para jóvenes.
El programa de Teledonosti ‘Protagonistas Gipuzkoa’ convocó anoche a un
grupo de donostiarras –media docena de mujeres y un hombre de edad
avanzada– para que se dieran un baño otoñal en las aguas de La Concha,
a unos dieciséis grados de temperatura. El presentador, Juan Mari
Mañero, se desplazó veloz del plató a la playa para recoger las
impresiones del grupo de osados, cuyo núcleo duro se baña en el mar a
eso del mediodía desde hace un cuarto de siglo, lo que explica que ya
formente parte del paisaje donostiarra. El periodista estuvo acompañado
de dos facultativos –dermatólogo y neumólogo– que, desde la orilla y
bien abrigados, coincidieron en ponderar las virtudes de esta
actividad, tanto para el cuerpo como para el espíritu.
De vuelta a los estudios de Teledonosti, Mañero entrevistó a Urko,
encarnación viva del cancionero donostiarra de una época. Joxean
Larrañaga tuvo oportunidad de saludar vía telefónica a su guitarrista
Ina, acompañante musical durante treinta años, y a David, del bar
amaratarra La Bella Easo. Salpicado con imágenes de su concierto en la
plaza de la Trinidad ‘Hemen Gaude’, Urko presumió de sus amistades en
todo el arco político, gracias a–o a pesar de– haber hablado siempre
muy claro. Sus vecinos del barrio confirmaron esta impresión personal
del cantautor, que ultima ya un nuevo disco con sus mejores canciones
de amor.