Los agentes de la Policía Municipal donostiarra cumplirán hoy sus turnos de trabajo encerrados en la comisaría de la calle Easo, de la que sólo saldrán para atender “casos urgentes”.
Frente a la opinión del alcalde, que considera que “no es momento de reinvindicaciones”, los policías creen que sí lo es y, en consecuencia, exigen la subida salarial del IPC más un punto, la consiguiente repercusión económica al incremento de categoría de la Ley de Policía y mayores aportaciones al fondo de pensiones.
El riesgo en el que incurren este tipo de movilizaciones es que sirvan para poner de manifiesto el carácter profundamente irrelevante de buena parte de los servicio que prestan habitualmente. Por ejemplo, los agentes confiesan mantener una huelga de brazos caídos desde el pasado mes de diciembre que, a la postre, ha resultado imperceptible hasta para el observador más atento.
Así las cosas, la previsión para hoy anuncia tráfico fluido, calles despejadas, pequeños cirros de magrebíes que irán despejando a lo largo de la tarde y densidad de uniformes en puntos localizados de la citada calle Easo.
Por cierto, si a lo largo de la jornada no se producen en el interior de la comisaría detenciones varias, identificación de sospechosos, retiradas de puntos, multas por estacionamiento indebido y controles de alcoholemia habrá que empezar a sospechar que los agentes municipales han dado un paso más en su protesta y se han declarado en huelga.