“Aunque os aprecio por igual tanto a Standard como a Poor’s, me dirigiré un año más a Moody’s, que es mi preferido desde que era pequeño (no yo, sino él).

El caso es que como este año he vuelto a ser muy bueno, pese a la perniciosa influencia que los mercados ejercen sobre mi comportamiento matutino, os quiero pedir una lista de regalos al alcance de vuestras posibilidades, que al fin y al cabo, venís de Oriente, como casi todas las economías emergentes.

En primer lugar, me gustaría que me diérais una buena provisión de fondos para, llegado el caso, acudir al rescate de España y Portugal. En realidad, mi intención era rescatar a Grecia e Irlanda, pero la UE -ese otro personaje navideño que os hace la competencia desleal- se me ha adelantado, así que tendré que conformarme.

Además, este año he pensado que también quiero una buena prima de riesgo, no me importa que sea hinchable, pero eso sí, en su modalidad dominátrix, ataviada en látex y cuero, para que nos trate como a sus esclavos y nos imponga sin titubear cuantos recortes sociales se le antojen. No es imprescindible el tacón de aguja hipodérmica, pero sí que no le tiemble el pulso a la hora de manejar el látigo o la porra antidisturbios.

Que no se os olvide el decodificador de la Televisión Digital Terrestre (TDT) para que pueda practicar la espeleología en el subsuelo de las más abismales tertulias políticas y, ya puestos, también deseo el DVD de ‘Aita’ en una edición que contenga los siguientes extras: el ‘cómo se hizo’, el ‘cómo fue posible que se hiciera’, ‘el por qué tuvo que hacerse’ y el ‘por qué nadie lo impidió’.

Y por último, majestades, cansado ya de mi ciberexistencia, os suplico que me proporcionéis una vida real, de al menos 38 pulgadas, en plasma, con pantalla táctil, acceso a internet en banda ancha, aire acondicionado, cierre centralizado y elevalunas eléctrico -que en la familia hay mucho hombre-lobo-.

Si por razones varias nada de esto fuera posible, dejadme junto al árbol una buena cantidad de carbón extraída del subsuelo por los 33 mineros chilenos rescatados el pasado otoño. Dicen que este mineral se subasta en la red por unos precios astronómicos.

Y esto es todo. Para el año que viene ya os adelanto que mi único deseo es que no aparezcáis por aquí. Dejadnos descansar. Ya sé que los Reyes son los padres, pero ya va siendo hora de que sentéis la cabeza, tengáis hijos y fundéis vuestra propia familia, dejando las del resto en paz.

Atentamente.

*PD: no vengáis guiados por una estrella, que la tarifa de la luz se ha puesto este año por las nubes”.