“Aquel fue el año en el que la fiesta de San Sebastián experimentó la gran revitalización que habitualmente recompensa el esfuerzo innovador. Y como todos los grandes hitos, fueron los acontecimientos inesperados e imprevisibles los que desataron el engendro. Todo empezó cuando, en una decisión sin precedentes, el Tambor de Oro recayó en un jugador de fútbol […]