1) En la estación de autobuses: sin paredes, sin techos, sin estructura digna de tal nombre, se ajusta a la perfección a lo establecido en la ley antitabaco en lo que se refiere a espacios para fumadores.

2) En el confesionario: la conciencia se descarga el doble si se desgranan uno a uno los pecados cometidos mientras se fuma placenteramente un cigarrillo. Uno sale la mar de relajado y no hay riesgo de ser delatado ya que el párroco está sujeto al secreto de confesión.

3) En el minuto noventa: vea tranquilamente los partidos de la Real en el bar de la esquina y cuando esté a punto de acabar el encuentro, desenfunde un pitillo de su marca favorita y enciéndalo. Nadie de entre los presentes se percatará del humo, absortos como estarán en no perderse el gol de última hora de certificará la enésima derrota injusta y cruel del equipo blanquiazul.

4) En las pistas de Anoeta: hágase recogepelotas en el Estadio de Anoeta y fume sin recato a lo largo y ancho de las pistas de atletismo, uno de los pocos espacios liberados que quedan en el territorio. Con un  poco de suerte, saldrá en la tele echando humo, un privilegio al alcance tan sólo de políticos y sindicalistas.

5) La Cabalgata: camúflese entre los Reyes Magos, escóndase entre los pajes y si al final le descubren, eche toda la culpa a los camellos, que gozan de impunidad en esta sociedad hipócrita.

6) En el entorno de ETA: está demostrado que se puede fumar cuanto se quiera en el entorno e incluso en el seno de cualquier formación ilegalizada -herriko tabernas, sociedades gastronómicas de la cuerda…-, por cuanto su detención armado hasta los dientes de colillas difícilmente empeorará su situación. Explíceles luego que estaba preparando los estatutos para crear una nueva formación que cumplirá escrupulosamente lo establecido en la ley antitabaco…

7) En comisaría: este punto puede ser considerado una ‘spin off’ del anterior. Una vez detenido, antes o después tendrá que soportar el ritual del poli bueno y el poli malo, y así como éste podrá ofrecerle yogures con bífidus activos, el primero deberá tentarle con un cigarrillo que, lógicamente, no le permitirá fumarse en el exterior del edificio.