La lucha contra los símbolos identitarios es un combate sin descanso. Cada símbolo obedece a su contexto y éste no es intercambiable con otros. Por ejemplo, la bandera española puede colgar flácidamente en el Salón de Plenos, pero el retrato del rey no puede reaparecer pendiendo del mástil de la fachada del Ayuntamiento, justo ahí […]