Encabezado por la leyenda anónima de autoría nunca reivindicada “para cinéfilos, tvadictos y culturmaníacos” y que permanece aún ahí arriba por desidia del autor -un servidor-, este blog cumple hoy siete años y 1910 entradas. He escrito cada una de ellas con el objetivo de no tener que pensar en mis cosas y la esperanza de que al lector le sirviera para lo mismo. La de hoy, por ejemplo, nace bajo el poderoso influjo de las innumerables propiedades que la Wikipedia atribuye al número siete y ahora debería poner aquí un enlace, no obstante, siguiendo una ancestral tradición, no lo haré: sostengo que la ausencia de vínculos, hipervínculos, fotografías y vídeos otorga a los textos un aspecto lozano que, de tan frágil, sucumbiría bajo el peso de la quincalla audiovisual. Concebido para entregarse a su lectura durante el horario laboral de oficina de forma que contribuya, así fuera mínimamente, a lastrar la productividad, me daré por satisfecho si lo escrito hasta hoy no ha servido para nada, aunque sólo sea un poquito. Por lo demás, todo son agradecimientos a quienes a lo largo de este tiempo lo han leído y no digamos nada comentado. Ahora tocaría soplar las velas, pero ya disculparan que me salte el trámite: el Gobierno ha advertido que cada palo tiene que aguantar la suya y me faltan manos, así como presencia de ánimo.