Es obvio que en opinión del Partido Popular, los socialistas se encuentran involucrados de alguna forma inconcreta en el peor atentado terrorista registrado en Europa, han negociado a escondidas con ETA, se han chivado a los terroristas de detenciones en vísperas de que se efectuaran y, en definitiva, han traicionado a los muertos en repetidas ocasiones.
Nada de esto ha impedido a los conservadores apoyar la desginación del candidato del PSE a la Lehendakaritza, ni brindarle su apoyo para gobernar, aún siendo evidente que el presidente de los socialistas vascos mantuvo frecuentes reuniones con el ‘terrorista’ Arnaldo Otegi, incluso ya en tiempos en los que su partido aún ocupaba la oposición y no había tregua alguna por medio.
No obstante, el PP nunca nos había pedido perdón por someternos a los rigores de semejantes vesanías. Lógicamente, tampoco lo hace con motivo de las recurrentes declaraciones de su eurodiputado de cabecera sobre las bondados de sobrevivir bajo un régimen nacional-católico que encabezó el general Franco, ese hombre. Al contrario, los dislates de Mayor Oreja se reciben con sonrisas de complicidad, cuando no con indisimulado alborozo.
Ahora, Esteban González Pons pide perdón -quién sabe si bajo el influjo que ejerce la proximidad del Papa- por una foto en la que aparecen concejales donostiarras de su propio partido -unos inconscientes advenedizos que apenas llevan tres lustros escoltados- brindando con el alcalde de Bildu, Juan Karlos Izagirre, a la salud de la Semana Grande.
En lo que al País Vasco se refiere, Génova desprecia las actitudes cívicas porque adora a los héroes agónicos. Madrid está plagado de valientes por persona interpuesta que aspiraban a ser José Tomás, pero nunca pasaron del ‘toro de fuego’.
La única fotografía que el PP esperaba de Ramón Gómez Ugalde era aquélla en la que se le viera metiéndole el dedo en el ojo a Izagirre y, en cambio, ahora se encuentran con una imagen decepcionante que, en coherencia con la doctrina ‘popular’, debería hacer acreedor al PP vasco a dos legislaturas de ilegalización y una posterior cuarentena democrática.
En las pasadas elecciones del 22-M. la lista que encabezaba Ramón Gómez consiguió la proeza de obtener seis concejales, a pesar de contar con el apoyo público y explícito de Mariano Rajoy, Esteban González Pons y María Dolores de Cospedal. Que sepan los tres que, de haber tenido que cargar con tamaño lastre, Izagirre jamás hubiera resultado el candidato más votado.