Alberto Moyano

Seguro que hay negros idiotas de remate, igual que hay blancos que votan a Bush, pero extraer generalizaciones de datos aislados parece un disparate.

Es lo que ha hecho el ‘padre’ del ADN y Premio Nobel, James Watson, al asegurar que los blancos son más inteligentes que los negros. Animado probablemente por la necesidad de promocionar su libro ‘Evite aburrir a la gente: lecciones de una vida en la ciencia’, el elemental aunque no querido Watson cree que “no hay razón firme para anticipar que las capacidades intelectuales de personas geográficamente separadas en su evolución se hayan desarrollado de manera idéntica”.

El científico eleva esta hipótesis a dogma resuelto, aunque no aclara en qué estadio de esta evolución se situarían los blancos anglosajones y protestantes. Por acercar el asunto geográficamente y recuperando lo que decía Iñaki(2) en el anterior post, la inquebrantable fidelidad de los vascos a programas como ‘Escenas de matrimonio’ o ‘Aquí hay tomate’ revelaría -en el contexto europeo- una discapacidad intelectual fronteriza con la postración mental, pura y dura.

A juicio de Watson, “la gente que tiene que tratar con empleados negros” sabe que esta raza es menos inteligente que la blanca. Quizás debería formular la misma pregunta a la gente que tiene que tratar con empresarios blancos.