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Asier Manrique

El fotograma

'Exodus: Dioses y reyes', cuando la imagen supera a la historia

EXODUS: DIOSES Y REYES

Título original: Exodus: Gods and Kings

Año: 2014

Duración: 151 minutos

País: Estados Unidos

Director: Ridley Scott

Guion: Steve Zaillian

Música: Alberto Iglesias

Fotografía: Dariusz Wolski

Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturro, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshifteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet,Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco y Ghassan Massoud

Productora: Scott Free Productions / 20th Century Fox

Género: Aventuras / Drama

Narrar una historia bíblica puede ser un arma de doble filo. Siempre te encontrarás con la oposición de grupos religiosos integristas que no ven con buenos ojos el tono de la historia. Por otra parte está la pereza que despiertan en los que no sentimos inquietudes religiosas. Aunque el caso de ‘Exodus’ no está en lo segundo, puesto que la historia que trata cuenta con la épica suficiente para que trascienda más allá del relato religioso y sea un producto consumible por todo el público, algo que ha tratado de cuidar Ridley Scott.

Aventura épica que narra la historia de Moisés un hombre cuyo coraje desafió a un imperio cuando se rebeló contra el todopoderoso faraón Ramsés, liberando a 600.000 esclavos en una épica huida a través de Egipto, llena de peligros y mortíferas plagas, en busca de la Tierra Prometida. (FilmAffinity)

Christian Bale (‘El caballero oscuro’) se pone al frente de un reparto donde únicamente dos actores tienen suficientes minutos para destacar. El trabajo de Bale es correcto, pero siempre se espera más de un actor de su talla. Aquí está desdibujado, no transmite la épica y carga emotiva necesarias de su personaje. Cierto que su trabajo es el mejor de todo el reparto, pero se echa en falta cierta humanización en sus reacciones, puesto que se mantiene frío como el hielo durante todo el metraje.

Joel Edgerton (‘Animal Kingdom’) se mete en la piel de Ramsés, hermano de Moisés (Christian Bale). Su interpretación del rey egipcio se puede resumir en adecuada, puesto que en ningún momento logra destacar. A pesar de que cuenta con una parte final algo mejor, el comienzo de la película transcurre con gesto de pasmado y sin aportar nada en especial.

Al tener una historia centrada en Moisés y Ramsés perdemos la oportunidad de disfrutar más de Ben Kingsley (‘Shutter Island’) y Sigourney Weaver (‘Alien, el octavo pasajero’), actores más que capacitados para haber levantado el nivel medio de la cinta. María Valverde, metida en la piel de Séfora, esposa de Moisés, no una conocida franquicia de tiendas, tampoco es que brille especialmente, aunque en sus escenas podemos ver que consigue sacar al Bale más humano, cuando está con ella.

Dirige la cinta Ridley Scott. La carrera del cineasta estadounidense está plagada de éxitos como ‘Alien, el octavo pasajero’, ‘Blade Runner‘, ‘Thelma y Louise’, ‘1492: La conquista del paraíso’, ‘Gladiator’ ‘Hannibal’. Scott optó por rodar en España, en Alicante, Almería y las islas Canarias, y es probablemente su mayor acierto en la película.

La película es larga, aburrida, tediosa y previsible, vale, la historia la conocemos todos, pero no hay factor que sorprenda al espectador en ningún momento. El nivel técnico/visual supera con creces al actoral y por eso podemos disfrutar de secuencias espectaculares visualmente como las siete plagas de Egipto o el tsunami en el Mar Rojo cuando los hebreos cruzan de Egipto a Israel. Han leído bien, tsunami, aquí no está Charlton Heston abriendo las aguas.

Hay varios momentos que podrán despertar polémica. El diálogo que mantiene Josué con Moisés donde se preguntan si serán bien recibidos en su tierra, en clara alusión a la situación entre Israel y Palestina. El otro momento, o momentos, es con la presencia de Dios, que ya no es una simple zarza ardiendo que habla a Moisés. El Dios bélico y vengativo del filme adquiere una forma que o le dibujará una sonrisa o le indignará como espectador, no hay término medio. Para no estropear la sorpresa, única del filme, no diré en forma de qué se aparece Dios a Moisés.

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