SÉPTIMO
Título original: Séptimo
Año: 2013
Duración: 88 minutos
País: España
Director: Patxi Amezcua
Guion: Patxi Amezcua y Alejo Flah
Música: Roque Baños
Fotografía: Lucio Bonelli
Reparto: Ricardo Darín, Belén Rueda, Luis Ziembrowski, Osvaldo Santoro, Guillermo Arengo,Jorge D’Elía y Andrea Carballo
Productora: CEPA Audiovisual / El Toro Productions / Ikiru Films / K&S Films / Telecinco Cinema
Género: Thriller
Un padre y sus dos hijos juegan a ver quién llega primero a la calle desde un séptimo piso: si el padre en el ascensor o los niños por las escaleras. Cuando el padre llega a la planta baja, resulta que los niños no aparecen, no hay ni rastro de ellos. Empieza entonces una búsqueda frenética por parte del padre y la madre. (FilmAffinity)
Protagoniza la cinta Ricardo Darín (‘Relatos Salvajes’). El actor argentino, considerado como el actor latinoamericano más influyente, consigue convencer en el papel de padre que lucha por encontrar a sus hijos. Su actuación está muy por encima de la media del reparto de la cinta. El espectador llega a identificarse con él y acompañarle en el dolor y tormento por el que pasa.
Belén Rueda (‘El cuerpo’) interpreta a la mujer de Darín. Se trata de una mujer fría, distante y dura. Rueda imprime una barrera que nos evita poder entrar dentro de sus pensamientos y de su dolor, y sentir esa identificación que sí sentimos hacia el personaje de Darín.
Dirige la cinta Patxi Amezcua. El guionista de ‘Bruc’ y ‘El viaje de Arián’, o el director de ’25 kilates’, nos presenta un relato que consigue interesar, pero no llega a convencer en ningún momento. El cineasta acierta con la elección de los escenarios y las panorámicas de la ciudad de Buenos Aires.
El filme hace aguas por sustentarse únicamente en dos ejes, la intriga de la búsqueda de los hijos y el talento de Ricardo Darín. El primero de los ejes resulta incluso frágil, ya que el espectador descubre la intriga bastante antes del final de la cinta, al contrario que en‘El cuerpo’, donde también intervenía Rueda, donde el espectador no ve venir el giro final, algo necesario para que un thriller termine de cuajar.
La historia transcurre, en un tono ágil, pero nunca trepidante. No hay lugar a la sorpresa, los giros argumentales se suceden sin brillo y el final resulta un pasaje más, que podemos ver venir desde mucho antes. La actuación de los hijos quita toda la magia posible al giro final, pero tampoco podemos pedir un talento desbordante en dos niños tan jóvenes y sin experiencia en el cine.