ANIQUILACIÓN
Título original: Annihilation
Año: 2018
Duración: 115 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Alex Garland
Guion: Alex Garland (Novela: Jeff VanderMeer)
Música: Geoff Barrow y Ben Salisbury
Fotografía: Rob Hardy
Reparto: Natalie Portman, Óscar Isaac, Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez,Tessa Thompson, David Gyasi, Sonoya Mizuno, Crystal Clarke, Kumud Pant,Tuva Novotny, Cosmo Jarvis y Mairead Armstrong
Productora: DNA Films / Paramount Pictures / Scott Rudin Productions / Skydance Productions. Distribuida por Netflix
Género: Ciencia ficción / Thriller
Cuando su marido desaparece durante una misión secreta para regresar sin recordar nada, la bióloga Lena se une a una expedición a una misteriosa región acordonada por el gobierno de los Estados Unidos. El grupo, compuesto por 5 mujeres científicas, investiga la zona X, un intrigante lugar controlado por una poderosa fuerza alienígena. La zona X es un lugar al que han ido otras expediciones, pero del que ninguna ha vuelto. (FilmAffinity)
Dudar de que el último filme de éxito de Netflix, ‘Aniquilación’, bebe directamente de Denis Villeneuve y su redonda ‘La llegada‘ sería demasiado inocente. Se nota la clarísima influencia que tiene en el ritmo, en la forma y en el fondo la película del director canadiense. En esta ocasión, siguiendo las fórmulas más actuales del cine de ciencia ficción, además de imágenes llamativas, se mezcla todo con cuestiones vitales, metafísicas, para dotar al conjunto de cuerpo.
‘Aniquilación’ es una más que correcta cinta de ciencia ficción, bien interpretada, bien dirigida, bien rodada y bien vendida, algo que Netflix hace de lujo. Pero no deja de ser un producto de marketing que llega directamente al espectador gracias a esa campaña de marketing. Se trata de una película que por su ritmo no está pensada para el público más amplio, mucho más acostumbrado a un cine de ciencia ficción más veloz, con mayores dosis de acción y más palomitas. La película protagonizada por Natalie Portman nos ofrece parte de lo que es el cine de ciencia ficción convencional, pero pretendiendo vendernos un argumento típico como algo revolucionario. Y el gato por liebre no funciona del todo bien.
Es cuando sale de los corsés más habituales del género, un lugar desconocido, criaturas, experimentos, los desconocido… que el conjunto adquiere más fuerza y llega mejor al espectador. Precisamente, cuando lo menos común, lo que echa al espectador medio atrás, se adueña del conjunto. Así, será imposible que llegado el final no te asalten miles de dudas y cuestiones, no termines de entenderlo todo y no dudes con qué ha querido decir realmente.
Ahora bien, ¿todo funciona bien? No. La película peca de lenta y excesivamente larga. Acierta en crear el ambiente, en introducirte en la historia y en los personajes, pero falla estrepitosamente en hacerla interesante. Es importantísimo que una película que interese de principio a fin, pero fuera de un inicio prometedor y alguna que otra escena suelta, el conjunto no deja de pecar de pesada.
Se atreve en plantear preguntas filosóficas, a plantearnos cuestiones como la mutación genética o la autodestrucción, principal leitmotiv de la cinta. La película habla de ideas finales, de terminar llegando hasta el final y de cómo la obsesión personal puede terminar por aniquilarte. La metáfora del campo, que no deja de jugar con lo que hay en su interior, modificarlo y destruirlo, funciona igualmente en los personajes de Natalie Portman y Oscar Isaac.
La banda sonora está bien, resulta agradable cuando tiene que serlo y molesta al final, como toca. Visualmente mola, es fuerte y atractiva, pero sin dejar de ser aterradora y oscura. Las actuaciones están bien. El ritmo es pesado, pero sabes que estás viendo algo que está bien.
Lo mejor: Es imposible que salgas igual que has entrado en ella.
Lo peor: Es pesada y no apta para todos los públicos.