LOLO, EL HIJO DE MI NOVIA
Título original: Lolo
Año: 2015
Duración: 99 minutos
País: Francia
Dirección: Julie Delpy
Guion: Julie Delpy y Eugénie Grandval
Música: Mathieu Lamboley
Fotografía: Thierry Arbogast
Reparto: Julie Delpy, Dany Boon, Vincent Lacoste, Karin Viard, Georges Corraface,Christophe Vandevelde y Antoine Lounguine
Productora: The Film / France 2 Cinéma / Mars Films / Tempête Sous un Crâne / Sofica Manon 5
Género: Comedia
Durante sus vacaciones en el sur de Francia, Violette, una sofisticada parisina, conoce a Jean-René, un freak informático, y contra todo pronóstico se enamoran. Pero los problemas empiezan cuando Jean-René se traslada a París y conoce a Lolo, el muy posesivo hijo de 19 años de Violette, que está decidido a librarse de él cueste lo que cueste. (FilmAffinity)
El cine de comedia francesa tiene un punto de interés por ser un cine inteligente y sin apenas complejos. No suelen tener miedo a resultar políticamente incorrectas, a tocar palos complicados o utilizar un lenguaje directo, como es el caso de ‘Lolo, el hijo de mi novia’. En esta película se nos presenta la historia de una mujer de mediana edad cuyo hijo es el dueño de su vida haciéndole la ídem imposible a las parejas de su madre y alejándolas de ella.
Digamos que no es la típica comedia de carcajada continua, pero ‘Lolo, el hijo de mi novia’ es un entretenimiento de altura. Especialmente potente por las actuaciones de su trío principal: Julie Delpy, Dany Boon y Vincent Lacoste. La primera, la madre de la cinta, también es la directora de la película. Ella sirve de eje y de nexo de unión de los diferentes personajes, pero es el hijo (Vincent Lacoste) quien se adueña de la función al tener el papel más agradecido de todos. Lo hace tan bien que es imposible que te caiga bien, por muy divertidas que puedan ser algunas putadas que le hace a la pareja de turno.
El joven Lacoste se enfrenta a un todoterreno de la comedia en Francia, Dany Boon. La versatilidad del actor y su falta de prejuicios nos permite disfrutar de un personaje que podríamos definir como una montaña rusa, pasando de la seriedad absoluta al ridículo más flagrante. Consigue meterse tanto en el papel que es imposible no sentir empatía hacia él, sentir pena por lo que pasa o reírte por lo mismo. Ambos actores, el joven y el veterano, hacen una pareja perfecta, se complementan y se vuelven lo más interesante de toda la película.
La directora y protagonista, Julie Delpy, es la que queda más oculta de los tres. Su papel es más bien testimonial, tiene que estar ahí porque de lo contrario no habría pareja o hijo, pero exceptuando el inicio y el final, su papel no pasa de ser secundario. Está bien que su protagonismo quede limitado a lo estrictamente necesario, ya que así no se carga el potencial de los dos roles principales. Además, aparece justo cuando su presencia es necesaria para dotar de una nueva dimensión al filme. Bien medido y planteado por parte de Delpy.
Ahora bien, no todo es perfecto. La película, si bien funciona como comedia, fracasa en su efecto sorpresa. Desde el momento en el que los tres personajes principales están presentados podemos adelantarnos a todos y cada uno de sus movimientos. Esto no lastra en demasía el efecto final, pero sí que impide que la película trascienda mucho más allá y se vuelva una de las comedias favoritas de los espectadores.
En definitiva, con sus luces y sus sombras, ‘Lolo, el hijo de mi novia’, no deja de ser una correcta comedia para pasarse un rato divertido con ella. Interesante propuesta francesa, más brillante por sus actores que por su premisa.
Lo mejor: Las interpretaciones de Julie Delpy, Dany Boon y Vincent Lacoste.
Lo peor: No tiene efecto sorpresa en ningún momento.