MADRE
Título original: Madre
Año: 2019
Duración: 129 minutos
País: España
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Guion: Rodrigo Sorogoyen y Isabel Peña
Música: Olivier Arson
Fotografía: Álex de Pablo
Reparto: Marta Nieto, Àlex Brendemühl, Anne Consigny, Frédéric Pierrot, Jules Porier, Raúl Prieto, Álvaro Balas, Blanca Apilánez
Productora: Amalur Pictures / Arcadia Motion Pictures / Caballo Films / Malvalanda / Noodles Production / Le Pacte / TVE / Movistar+ / Canal+
Género: Drama
Sinopsis: Elena perdió a su hijo Iván, de seis años, en una playa de Francia. Ahora Elena vive en esa playa y está empezando a salir de ese oscuro túnel donde ha permanecido anclada todo este tiempo. (FilmAffinity)
Es muy posible que ‘Madre’ sea una película decepcionante para mucha gente. Tras el corto ‘Madre’ llegamos a la película, que incluye también el corto, y no tenemos la continuación esperada por todos. Es un caso extraño donde el espectador espera buscar lo inmediatamente posterior al corto y el director nos ofrece algo totalmente distinto. Pero así es el cine, y así lo ha querido Rodrigo Sorogoyen.
En ‘Madre’ nos vamos 10 años después de la desaparición de Iván. Estamos en Vieux-Boucau, pueblito costero de Las Landas donde el niño fue visto por última vez. Allí, Elena, lleva 10 años viviendo esperando encontrar algo que le lleve a su hijo. Esa sufridora madre que lleva 10 años estancada en un trágico día. Un día se topará en la playa con un muchacho que podría tener la edad de su hijo, desencadenando una relación entre ellos.
La cinta de Sorogoyen nos plantea adentrarnos en la psicología de Elena. Esta mujer no ha podido superar el episodio de su vida donde perdió a su hijo. ¿Acaso se puede superar? Ella sigue culpando a su expareja de la desaparición. Y personalmente no puede dar la vuelta a la situación. Se despierta, va a trabajar, da una vuelta por la playa, vuelve a trabajar y va a su apartamento. Nada más, una vida esperando una buena noticia tras 10 años de angustia.
La aparición del joven Jean (Jules Porier) pone patas arriba su “ordenada” vida. Ella cree ver en él a su hijo desaparecido, mientras que él comienza a enamorarse de la mujer que un día le siguió hasta su casa. El director de ‘Que Dios nos perdone‘ nos plantea una relación complicada para lidiar con los prejuicios del espectador. Una relación extraña donde los tabúes sociales se enfrentan a un hecho incuestionable: entre ellos dos hay amor. ¿Qué tipo de amor? Cada uno lo entenderá a su manera.
Decía que ‘Madre’ es decepcionante porque a cierto nivel esperábamos encontrar la búsqueda del hijo tras la angustiosa llamada. Pero en lugar de eso vivimos las secuelas de la llamada. La destrucción interna de Elena le ha llevado a quedarse estancada en un día concreto de hace 10 años. Una situación terrible que Marta Nieto explora con un acierto que le valió el premio a la mejor actriz en Venecia. No sería de extrañar que la viéramos pelear por el Goya dentro de unos meses. Merecido lo tendría.
Destacan también un solvente Àlex Brendemühl, como la actual pareja de Elena, y un inquietante Jules Porier, como el supuesto hijo de Elena. El primero convincente da forma al ancla que esperamos que Elena agarre en algún momento. En cambio, el segundo es ese punto de riesgo que añade chispa a la película.
En ‘Madre’ no vamos a encontrar respuestas claras. Rodrigo Sorogoyen vuelve a jugar con el espectador y deja en sus manos la interpretación de muchas de las decisiones que toma. Esa llamada final o la escena en el coche entre Nieto y Porier están abiertos a muchas teorías, que cada uno decida. Lo que sí está claro es que ha entendido como pocos ese vacío existencial que deja algo tan desgarrador como la desaparición de un hijo. Incluso 10 años después.
‘Madre’ es una buena película. Sorprende por el rumbo que toma, alejándose de lo que el espectador espera. Una nueva forma de adentrarse en la angustia vital de una madre devastada e interpretada a las mil maravillas por Marta Nieto. Una cinta pausada, sin un rumbo demasiado fijo y que confía en el juicio del espectador.
Lo mejor: La interpretación de Marta Nieto y el rumbo libre de la cinta.
Lo peor: Ver el corto al principio de la película choca con el camino que sigue después.