Cuando estamos recordando las ofensas recibidas sin ser conscientes de las que nosotros pudimos hacer, cuando seguimos haciendo las cosas de la misma mala manera y nos sorprendemos del rechazo de los demás, cuando nos ponemos en situaciones en las que sabemos que vamos a salir mal parados, vamos de víctimas.
Si estás recordando el mal trago que te hicieron pasar y repites tu historia una y otra vez volviendo a revivir las emociones de dolor y rechazo, es que has asumido en esta historia el papel de “pobrecita víctima”. Deja de hablar de lo que te hace daño y no te lleva a ninguna parte.
Si sigues teniendo el mismo tipo de relación con personas que se quejan de tu forma de ser sin darte cuenta de las repercusiones que tiene tu conducta sobre los demás entonces es que vas de “victima que no rompe un plato”, como si la historia no fuera contigo y tú fueras una pobre víctima de la incomprensión de los demás. Date cuenta de la responsabilidad que tienes sobre lo que haces con todas las consecuencias que ello conlleve en la relación con los demás. Si tomas decisiones en tu pareja sin contar con ella, como a dónde ir el fin de semana juntos, no te sorprendas del enfado que aquella te muestre ni te escudes en que lo has hecho con buena intención para así evitar cambiar lo que molesta. Vas de víctima cuando justificas tus acciones mientras siguen causando malestar.
Si quieres caer bien siendo demasiado amable o queriendo agradar a todas horas y percibes que, hagas lo que hagas, no acabas sintiéndote a gusto sino incómodo porque percibes rechazo, entonces te expones a ti mismo a sufrir, a ser una víctima tipo: “que he hecho yo para merecer esto”, porque los demás no tienen ganas de estar pendientes de ti o de sentirse en deuda contigo. No te metas en situaciones que sabes que incomodan a los demás, como sacar conversaciones que no apetecen, y en las que tú te acabas sintiendo mal.
Ahora bien, si te han hecho una ofensa, intenta ver qué puedes aprender de esa situación para no volverla a sufrir. Procura aprender de tus errores, si tienes que contar menos tus cosas personales, por ej. Pon distancia de la persona que te hirió, si te hace falta, si crees que esta no va a cambiar y puedes volver a pasar por la misma dolorosa situación.
Pero no asumas el papel de víctima porque eso sólo te hace creer que no puedes cambiar lo que te ocurre. Los demás pueden hacer daño por inconsciencia o ignorancia pero no tienes por qué acostumbrarte a sufrir.
Caminamos …Belén Casado Mendiluze