Me gusta observar a la gente. El otro día, sin más, cruzaba un semáforo y vi a un hombre que andaba con dificultad debido a una cojera que padecía. De repente, vio caerse al suelo un botón, sí ¡un botón! y después de agacharse a cogerlo, ahí le vi yo acelerando el paso para encontrar a los posibles dueños del susodicho botón. Yo me quedé parada en la acera a contemplar la escena.
¡Pues sí que hay gente sencilla y buena por el mundo!, pensé. Porque yo soy de las que cree que el ser humano es bueno por naturaleza, aunque nos encarguemos por el camino de ir torciendo y retorciendo nuestra inclinación.
“¡Qué fácil es pensar eso cuando la vida no te da palos!”, puedes pensar. Pero, todos, en un momento u otro de nuestra vida, hemos sufrido, así que palos hemos recibido todos, aunque algunos los sufran con mayor intensidad.
En general, confío en las personas y pienso que nacemos a este mundo desnudos físicamente sí pero con la necesidad de que nos toquen y nos den afecto para sobrevivir. Ya se hicieron estudios en el pasado en los que se comprobó que si a un bebé se le da lo necesario para vivir como comida, limpieza y abrigo, pero no se le proporciona contacto físico cercano y cálido, su desarrollo posterior se veía seriamente afectado.
Así que si necesitamos amor para sobrevivir será porque ese amor forma parte de nuestra naturaleza, como necesitamos beber agua de la que nuestro cuerpo tiene un gran porcentaje.
Confío en las personas. El otro día, también sin más, llamaron a mi puerta insistentemente y como mi primer impulso es abrirla, me encontré con un hombre que me pedía dinero. Le contesté que lo sentía pero que no suelo dar dinero. Entonces, el hombre levantando la voz me contestó: “¡Pues vete a tomar por culo!” Tengo que decir que le contesté al improperio con otro igual: “¡Pues vete a tomar por culo tú!”
Sé que esa persona reaccionó así porque está desestructurada, y la sociedad en que vivimos hace que cada vez resulte más difícil mantener un equilibrio interior. No voy a juzgarla por ello como tampoco me reprimo yo si no quiero que me falten al respeto.
Nacemos con necesidad de que otro ser humano nos de amor, sin él no podemos desarrollarnos como personas sanas. Y sigo pensando que a lo largo de toda nuestra vida nos sentimos mejor con nosotros mismos cuando expresamos bondad y amor a nuestro alrededor. Así de sencillo.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce