>

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

Mejor darse cariño ante la evidencia que cabezazos contra la pared de impotencia

 

Seguro que, en algún momento, has descubierto algo de ti que no te gusta: una conducta excesivamente complaciente con alguien al que quieres agradar, un silencio cómplice por tu parte para no tener que comprometerte o definirte, una respuesta con soberbia hacia alguien que no te entiende…

Y no te resulta agradable constatar en ti un defecto: primero, porque te hace sentirte mal contigo mismo y segundo, porque te hace mostrarte a los demás de una manera que no te agrada.

Pero una vez que te has dado cuenta, mejor no te martirices con ello. “¿Cómo he podido comportarme así?, ¿Es que me creo más que los demás?, ¿No me atrevo a decir lo que pienso?, pueden ser preguntas que te pasan por la cabeza y que no puedes evitar hacértelas.

Pero no insistas en dar vueltas y en analizar lo que has hecho mal. No te des “cabezazos contra la pared” por haber metido la pata, por haberte equivocado  una vez más en lo mismo que intentabas mejorar. Es normal que sientas impotencia cuando no te salen las cosas como te gustaría, pero deja de recordarte tus equivocaciones constantemente.

Entonces, pasa a tener una actitud comprensiva y cariñosa contigo mismo. No te digo que seas complaciente contigo y “te dores la píldora” diciéndote: “Otros también hacen lo mismo”, “Total, lo que he hecho no va a ningún lado”. Eso no.

Te pido que te tiendas la mano para que el malestar interior que has sentido por tu equivocación se suavice. “Qué mal me he sentido por haber actuado así pero en el momento no pude actuar de otra manera”, “No me gusta nada lo que he hecho pero comprendo que he estado como mejor he podido”.

Eso es lo mejor que puedes hacer por ti mismo y por los demás. Ser comprensivo contigo mismo, tratarte como tratarías a un amigo que lo está pasando mal en este momento. Y si procuras estar bien contigo mismo, la relación con los demás también será mejor, tendrás más que ofrecer.

Para irte calmando necesitas también paciencia porque durante un tiempo te durará el malestar por tu actuación. No pretendas que por ser comprensivo contigo vas a estar bien en seguida como si aquí no hubiera pasado nada. Tu comprensión y tu cariño te ayudan a pasar el mal trago con otro temple, a ir contigo de la mano aunque se te revuelvan todavía las tripas.

La impotencia es un sentimiento natural pero incidir en él te hace un flaco favor. El cariño siempre “suma”, nunca “resta”. Date la mano y sigue caminando.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


marzo 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31