En ocasiones, hay personas que, con sus actitudes, te tratan mal. No se trata de arremeter contra ellas, pero tampoco de callarse.
Alguien te dice: “Pareces tonta” y tú, entre que no esperas esa respuesta y que te consideras una persona educada que evita el enfrentamiento, te quedas callada.
Ser educado no es aguantar
Ni quedarte sin capacidad de respuesta
Con la misma tranquilidad con que el otro te interpela, tú puedes contestar: “Prefiero parecer tonto que ir de listo”.
Da la respuesta que te haga sentirte bien, porque tu ánimo es el de defenderte y hacerte valer.
Se trata de que la agresión vuelva a quien te la envió, no que se quede dentro de ti, convirtiéndose en malestar.
Para ello, es útil utilizar la ironía, como una forma de expresión en la que aprovechas el mensaje que te ha dicho el otro para utilizarlo en su contra.
Cuentan que un profesor que tenía inquina a Gandhi le preguntó con doblez: “Si usted se encontrara dos bolsas en la calle, una de sabiduría y otra de dinero, ¿con cuál se quedaría? Con la de dinero, respondió Gandhi. Pues yo creo que hubiera sido mejor coger la de sabiduría, ¿no le parece?, respondió el profesor. Pues no profesor, porque cada uno coge lo que no tiene, le dijo Gandhi.”
Cuando no te quedas con la ofensa dentro de ti, entonces utilizas las palabras ofensivas para dirigirlas contra el que te las envió, por medio de la ironía.
Que cada cual pruebe de su propia medicina
Tu objetivo no es agredir al otro, sino proteger tu autoestima
Tienes derecho a defenderte de la ofensa recibida, no a hacer como si no hubiera pasado nada, porque sí pasa, y el grado de malestar que sientas dentro de ti es el reflejo de lo que se quedó por expresar.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce