No puedo tener una personalidad definida si no existe un ego.
¿Qué es el ego? Todo aquello que caracteriza mi forma de ser.
Lo que me agrada, lo que me desagrada y los límites que pongo.
Si voy a un restaurante y no sé qué pedir, carezco de ego.
Si me conformo con cualquier pareja a mi lado, no tengo ego.
Si acepto una sobrecarga excesiva de trabajo, el ego no existe.
El ego es necesario para expresarme como soy, si no carezco de identidad.
Tengo que tener claro el tipo de amistades que quiero a mi lado, de lo contrario, me sentiré insatisfecho de mi círculo de relaciones.
Tengo que sentir claro las faltas de respeto que no estoy dispuesto a tolerar, si no sentiré mi autoestima cada vez más mermada.
Tengo que poner límites cuando me dejo llevar y acabo saliendo del trabajo más tarde de mi horario habitual.
Para todo esto hace falta un ego.
Si no sé quién soy yo y cómo me siento mejor conmigo mismo, carezco de ego.
Hace falta conocerse a uno mismo y hacer caso a lo que uno siente para tener una autoestima saneada.
Tan negativo es la ausencia de ego como la existencia de un ego rígido y endurecido.
Tener una forma de ser rígida e inflexible es fuente de malestar y conflicto.
Pero no pretendas vivir sin ego porque entonces tu personalidad no está construída.
Lo necesitas para vivir.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com