Cuando el miedo te atenaza, cuando tu cabeza busca mil razones para tenerte encogido y temeroso, es hora de parar para devolverte la confianza en ti mismo.
El miedo es envolvente
Perseguidor,
Te sigue hasta los momentos en que te comienzas a despertar en la cama
Estoy aquí
Y no me vas a quitar de encima
Voy a ser tu sombra de día y de noche
Cuanto más luches contra mí, más permanezco
Cuanto más miedo me tienes, más te ensombrezco
Me nutro de la energía de tu desesperación
Para hacerme más grande y asfixiante
Intentas darte razones para no tenerme
Pero la cabeza no puede encontrar una solución
Porque ella misma forma parte del problema
Pero no estoy preparado para un cambio de tu actitud
No estoy preparado para que dejes de luchar contra mí
Y me acojas
Me dejes estar a tu lado aunque te desagrade
La única forma en que te doy un respiro
Es darme un abrazo cariñoso
Decirme: sé que estás a mi lado
Y te dejo que vengas conmigo en mi vida diaria
A hacer la compra o a trabajar
Aunque no me gustes
Aunque preferiría que no estuvieras
Pero estás
Entonces, tú no gastas energía luchando contra mí
Dejas de alimentarme con tu lucha
Como miedo me dejas tranquilo
Y entonces, te dejo descansar
Como miedo no tengo en ti a un enemigo
Sino a un amigo que me comprende
Y me deja estar en paz.
Sólo así nos reconciliamos
El miedo y yo
Sólo así dejamos de estar enfrentados
Y vamos de la mano
Acogiéndome
Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com