Hola Belén, ¿Cómo estás?
“En primer lugar presentarme, soy una chica de dieciséis años. Hace un par de días descubrí tu blog, y sinceramente, me sirvió de mucha ayuda. Haces un papel digno de admirar, para ayudar a las personas.
Pero verás, a mi me gustaría contarte una historia que estoy viviendo, y sé que tu ayuda en este mismo momento me vendría muy bien…
Hace exactamente dos meses mi Padre falleció, y es una sensación tan extraña la que estoy viviendo…que no he sido capaz de contársela a nadie.
Echo de menos a mi Padre, pero como yo sé todo lo que él ha sufrido en sus últimos días de vida debido a un cáncer muy grave, pues estoy tranquila porque sé que donde quiera que esté, estará descansando y cuidándonos desde allí arriba.
La cuestión es que no puedo asumirlo, yo sé que se ha ido, pero no sé que pasa…Son pocas las lágrimas que he derramado por él, porque lo siento tan cerca, que creo que todo esto es mentira, y que sólo es un sueño, que esto no puede estar pasando…
La sensación que tengo es como si tuviera un nudo en el estómago que me impide expresar mi dolor por él, que no me deja sacar mis lágrimas…y otra parte de mi quiere seguir hacía delante como si nada hubiera ocurrido, e intento seguir…pero es imposible seguir hacía adelante como si nada hubiera ocurrido…
Es imposible resumirte aquí todo lo que estoy sintiendo y viviendo, porque me siento muy vacía…
En definitiva, me gustaría escuchar algún consejo tuyo, y lo que más me preocupa, ¿Porqué no puedo expresar el dolor que siento? no lo entiendo…”
Muchísimas gracias de antemano. ¡Un saludo!
Estimada lectora:
Cuando se vive una pérdida tan cercana como la tuya surgen sentimientos difíciles de explicar, incluso contrapuestos entre sí. Aunque me parece que con la edad que tienes manifiestas una madurez fuera de lo normal.
Probablemente, por la intensidad con la que hayas vivido los últimos momentos de la vida de tu padre, haya pasado poco tiempo como para que te des cuenta siquiera de que ya no está a tu lado.
Efectivamente, no puedes seguir como si nada hubiera ocurrido porque tu vida ha experimentado un cambio importante, pero necesitas tiempo para sentir y reaccionar.
Me parece muy importante la tranquilidad que manifiestas sabiendo que tu padre está mejor dondequiera que esté que pasando dolores aquí por su enfermedad. En este sentido, le “has dejado marchar” a tu padre, no hay una rabia en tu interior por haberlo perdido y eso implica gran madurez por tu parte.
Pero existe la enorme pena y tristeza que tu cuerpo todavía no expresa. Ese nudo en el estómago evidencia que hay sentimientos que pugnan por salir. Y necesitas encontrar la manera más afín a ti para sacarlos a la luz.
Si tienes facilidad para escribir, como creo que así es, escríbele una carta a tu padre en la que le digas todo lo que sientas sin pensarlo mucho. Lo que has sentido estando a su lado durante la enfermedad y lo que sentiste cuando se fue. Déjate llevar, al escribir, por lo que te surja sin pensar si tiene lógica o sentido. Te ayudará a conectar con tus sentimientos y liberarte de ellos.
O, si lo prefieres, busca hablar con alguien de tu confianza de lo que has vivido en los últimos días de tu padre. Aunque no sepas por dónde empezar, habla de lo que hacías atendiéndole, de cómo os relacionabais tu padre y tú, de lo que hablabais y compartíais juntos. Te ayudará a ser consciente de lo vivido y expresar el dolor y la pena.
No te olvides de que sientes que a tu padre no lo has perdido sino que te sigue cuidando allá donde esté. Sólo necesitas encontrar la forma adecuada de poner palabras a tus vivencias para no llevarlas en silencio desde la soledad.
Te deseo que te ayuden mis consejos en estos momentos duros de tu vida.
Un fuerte abrazo.
*Este consultorio ha sido realizado previa autorización expresa del paciente, debidamente modificados algunos datos para preservar su anonimato.
Caminamos…Belén Casado Mendiluze