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Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

Cuentos de Primavera: Vive el presente

 

 

La mujer analizaba todas las situaciones, los pros y los contras, queriendo que

no se le escapara nada importante. En el trabajo, era muy considerada por su

eficacia pero, en su casa, resultaba agobiante su excesivo control.

 

Un día, su hijo le dijo que se marchaba de casa porque no aguantaba más su

obsesión de preocuparse por todo y el poco afecto, en realidad, que le daba.

Su madre, sorprendida, le dijo:

 

-“¿Qué te doy poco afecto, dices? ¡Si no paro de preocuparme por ti!”

 

Pero, una vez que se quedó sola, decidió tomarse unas vacaciones en un país

tropical para olvidarse de todo ya que no entendía nada de lo que le había

pasado.

 

Estaba tumbada en la playa tomando el sol cuando empezó a pensar en las

consecuencias de vivir sola: “y si le pasaba algo, ¿quién le atendería?, si se

ponía enferma ¿quién le cuidaría?…”

 

Estaba tan absorta en sus preocupaciones, que no se dio cuenta de que se

estaba quemando la piel. Corriendo se fue al médico del pueblo, que tenía

fama de sabio, el cual le preguntó:

 

-“¿Cómo se le ocurre pasarse tanto tiempo al sol?

 

-“Estaba pensando en mis cosas y no me dí cuenta de que pasaban las horas”-

respondió la mujer.

 

-“Más le valdría haber pensado menos porque ahora ya no podrá pisar la playa

lo que le quedan de vacaciones”. –le dijo el médico.

 

-“Pero, ¡si acabo de llegar y no he disfrutado de nada!”- le inquirió la mujer

 

-“Así es como se pierde usted la vida, señora, pensando sin darse cuenta de

dónde está. Sus preocupaciones no le han dejado vivir el presente porque está

usted viviendo desde la cabeza sin tener en cuenta su cuerpo…hasta que se

ha quemado. Váyase a su habitación y medite lo que le he dicho” –le dijo el

médico.

 

La mujer tuvo que quedarse el resto de sus vacaciones en su habitación. Le

resonaban las palabras del médico en su corazón…hasta que entendió. Llamó

a su hijo para pedirle perdón y se reconcilió con él. En verdad, quedarse sin

vacaciones era lo mejor que le había podido pasar.

 

Autora: Belén Casado Mendiluce

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

.

 

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Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


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