A estas alturas no creo que haga falta explicar quién es (o era) Excalibur y lo que ha pasado, pero haré un breve resumen por si queda alguien tan desconectado del mundo como para no haberle llegado esta noticia.
Excalibur era el perro de Teresa Romero, primera persona contagiada por el virus del ébola. Teresa es auxiliar de enfermería y participó como voluntaria en el equipo que atendió a los dos misioneros infectados por el virus y trasladados desde África al Hospital Carlos III, donde trabajaba.
Hasta ahí todo “entendido” (vamos a dejar al margen todos los errores cometidos por los que se ha contagiado, todas las veces que ha acudido a los médicos avisando de cómo estaba y se le ha mandado a casa con paracetamol, etc.). Se decide ingresar a Teresa y aislar a su marido por si acaso le ha contagiado. Y, aquí es donde viene “la patata caliente”, se decide sacrificar al perro de la pareja… Tal y como lo leéis… Sin ni siquiera confirmar si el perro ha contraído la enfermedad, sin saber si es posible que el virus pase de personas a perros y viceversa…ale, a matarlo…¡¡¡por si acaso!!!
¿Quiénes toman la decisión de “sacrificar” (para mí, ASESINAR) a Excalibur? Agarraos, que es para reír (por no llorar, claro…). El juez a petición de los políticos, mismos políticos que decidieron traer a España a los dos misioneros infectados con esta enfermedad sin tener ningún hospital preparado con el protocolo necesario para dicho virus…todo ello, con la ministra de Sanidad, Ana Mato, a la cabeza (y de la que ahora se pide la cabeza).
El martes, Javier Limón (marido de la auxiliar infectada por el ébola) denunció que Comunidad de Madrid le ha pedido autorización para sacrificar al perro de la familia como medida preventiva y que, en caso de que se niegue, solicitarán una orden judicial para entrar en la casa y acabar con su vida.
Limón se negó y pidió ayuda a toda la sociedad. Ayer todo el mundo se volcaba en pedir que no se matase a Excalibur: asociaciones animalistas, veterinarios… Incluso el mayor experto mundial en el papel de los perros en los brotes de ébola, Eric Leroy, había pedido que no se sacrificase el animal. “No hay que matar al perro, porque es importante desde el punto de vista científico”, clamaba Eric Leroy, director general del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville, en Gabón. Leroy es el principal autor del único estudio sobre el tema, que analizó a posteriori un brote de ébola en Gabón entre 2001 y 2002. El trabajo, publicado en una revista científica de los Centros Para El Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, sugería que “los perros pueden ser infectados por el virus del ébola y que su presunta infección es asintomática”.
Pero esperad, que hay más porque hoy leo declaraciones del veterinario José Manuel Sánchez Vizcaíno y va y suelta: “al perro había que matarlo, porque no había dónde meterlo”. Sánchez Vizcaíno, catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de su Departamento de Virología explica “había que sacrificar al perro. Lo ideal habría sido trasladarlo en condiciones de bioseguridad, cosa que no tenemos en España, ponerlo en observación, esperar 21 días y darle el alta, pero no tenemos instalaciones apropiadas en España para dejar al animal”. Ole, ole y ole, así nos va el pelo por aquí… Y digo yo: ¿y había algún centro preparado para traer a los misioneros de África contagiados?
Vamos, que MATARON a Excalibur, en resumen, porque era caro hacerle las pruebas que confirmasen que estaba infectado y porque España no tiene ningún centro preparado para tener un animal en esta situación aislado en observación…Plas, plas, plas, plas, plas (aplausos, por si alguien no lo pilla).
De nada sirvió la petición de sus propietarios, las más de 300.000 firmas de la sociedad recogidas en change.org, las decenas de personas sentadas frente al domicilio del animal intentando evitar que entrasen a por él, ni siquiera que el abogado del colectivo Mascoteros Solidarios, Víctor Valladares, recurriese en el juzgado administrativo número 2 de Madrid la decisión de la Comunidad de entrar en el domicilio de la contagiada y sacrificar a Excalibur. Y para que van a hacer caso a las leyes de la propia comunidad de Madrid cuyo artículo 9 dice: “El Servicio de Producción y Sanidad Animal y los Servicios de Vigilancia y Control de los Ayuntamientos, podrán ordenar el aislamiento de los animales de compañía, en caso de que se les hubiera diagnosticado enfermedades transmisibles de significativa trascendencia sanitaria a juicio de informe veterinario, ya sea para someterlos a un tratamiento curativo o para sacrificarlos, si fuera necesario.”
Ahora vecinos de la auxiliar contagiada, ante semejante barbarie, han entrado más aún si cabe en pánico y se empiezan a escuchar rumores de que van a sacrificar voluntariamente a sus perros… Que digo yo: entre los sitios a los que habrá ido Excalibur en estos días, donde habrá orinado, la gente con la que habrá estado Teresa Romero… Yo creo que, para prevenir y evitar riesgos, que hagan un exterminio masivo de todos los seres vivos de España y nos curamos en salud…