En el cartel de la retrospectiva que el Festival de Cine de San Sebastián va a dedicar a Don Siegel, el director aparece en una foto junto a Clint Eastwood. Mucha gente identifica a Siegel como el director, y amigo, que dio al actor uno de los papeles de su vida, Harry el Sucio. Pero antes que a Clint Eastwood, Don Siegel dirigió a Elvis Presley en ‘Estrella de fuego’, en 1960. Era la primera película de gran presupuesto que Siegel hacía después de una quincena de títulos de serie B, una etapa fascinante con algunas películas excelentes que merecerá la pena rastrear en el Festival. Y era la primera gran estrella que dirigía, con permiso de Carmen Sevilla (protagonista tres años antes de ‘Una aventura para dos’).

El caso es que Elvis Presley ya era estrella en 1960 como cantante, había hecho unas cuantas películas como actor, ‘El rock de la cárcel’ y ‘King Creole’ entre otras, y haría después bastantes más. Pero el Elvis del cine ha quedado sellado como un mediocre actor en películas más o menos al servicio de sus canciones y de su imagen de pop star. Sin embargo ‘Estrella de fuego’ es otra cosa. Los primeros cinco minutos podrían pertenecer a ‘Siete novias para siete hermanos’ en pequeño, pero en la segunda secuencia un hachazo cambia el curso de la película hacia una tragedia casi asfixiante sobre la difícil convivencia entre indios y blancos, el mestizaje, la defensa de la propia familia o comunidad y el racismo. Elvis hace de hijo de un blanco y una india que después de más de veinte años de matrimonio ven cómo su feliz convivencia es amenazada, tanto por los blancos vecinos como por los indios. Y Elvis, que solo tiene esos cinco minutos iniciales para cantar, hace un excelente papel como actor, en un película implacable, desoladora, de cruda violencia y con un plano final tremendo. ‘Estrella de fuego’ es un western inusual, con maneras de tragedia negra, que estará entre lo más interesante de la retrospectiva de Don Siegel en el próximo Festival de San Sebastián.