Apoteósico, histórico y todos esos superlativos que casi siempre se utilizan con demasiada ligereza es lo único que se le ocurre a uno, poco rato después de salir del concierto de Kris Kristofferson y Elvis Costello que ha clausurado el Jazzaldia de manera inmejorable. Lo de histórico está más que justificado: por primera vez cantaban juntos en directo Kris Kristofferson y Elvis Costello. Lo habían hecho, acompañados además por Rosanne Cash, en el programa televisivo The Costello Show. Pero ayer el Jazzaldia consiguió que se cruzaran los caminos de dos músicos ya legendarios y aparecieran juntos en un escenario. Cada uno lleva su gira, y sólo en San Sebastián han coincidido.
El primer bis ya empezó con la sorpresa de que Costello interpretó ‘She’, que no la había cantado en ninguno de los 19 conciertos anteriores de esta gira. Y entonces Elvis anunció “el momento que he estado esperando”, y presentó a Kris Kristofferson. Dos canciones del propio Kristofferson, ‘This Old Road’ y ‘Pilgrim’ y sobre todo una emocionantísima ‘April 5th’ (compuesta por Kristofferson, Costello y Rosanna Cash), sellaron el encuentro, con Costello chivándole un trozo de letra que se le había olvidado al septuagenario. Por la tarde, en un informal encuentro con la prensa (http://www.diariovasco.com/v/20100726/cultura/adoro-sebastian-desde-vine-20100726.html), el encantador Kristofferson ya nos había transmitido su miedo a meter la pata en escena, pero la anécdota sólo contribuyó a hacer más cálido aún el encuentro.
Kris Kristofferson, en su set inicial, se dedicó en solitario a sus baladas country, que a algunos parecieron demasiado monótonas, pero que hizo con convicción y honestidad. Su carácter al contar todas esas historias se sobrepone por completo a las posibles carencias de la voz o el primitivismo de su forma de tocar la guitarra. Versiones desnudas pero recias de buena parte de sus mejores canciones, de ‘Me and Bobby McGee’ a la preciosa ‘For the Good Times’ para una hora que el público siguió con atención y veneración por el legendario cantante, actor y compositor.
Y lo de Costello es ya milagroso. Cada vez que le hemos visto ha sido distinta de la anterior y todas ellas extraordinarias. Con The Sugarcanes, otro de sus grupos de músicos espléndidos, en la Trinidad no sólo hizo varios temas de su último ‘Secret, Profane and Sugarcane’, sino que se descolgó con algunas canciones de su pasado reconvertidas de arriba a abajo: ‘Blame It On Cain’ y ‘(The Angels Wanna Wear My) Red Shoes’ aún fueron reconocibles, pero ‘The Delivery Man’ y la originalmente soulera ‘Everyday I Write The Book’ estaban transformadas por completo al country. Inlcuso la muy campestre ‘Good Year For the Roses’ tenía arreglos muy distintos de la grabación original. Costello, como siempre, mantuvo una entrega total en cada canción, esa forma de salir al escenario como un toro y a por todas, sin desfallecer un momento. Y qué voz tan gloriosa. Tocó la eléctrica en una sola canción, ‘The Delivery Man’ y lo hizo con verdadera furia. Además cantó ‘Alison’, como en la anterior visita a la Trinidad, y cerró con el ‘Happy’ de los Rolling Stones, que en este blog estuvimos viendo en un post anterior, así que nos hizo eso, felices. Grandioso, fabuloso, arrebatador…y seguimos con los superlativos.
Todo se alió para que el colofón del Jazzaldia fuera inmejorable. No llovió, a pesar del tremendo chaparrón que había caído dos horas antes. Y ni siquiera hubo casi charloteo entre el público, a diferencia de otros días. O el técnico aplicó mayor volumen para acabar con ellos.
Y aún tenemos que hablar aquí de la noche previa, también estupenda, con The Divine Comedy y The Pains of Being Pure At Heart…
Foto buena: El Humilde Fotero del Pánico. Foto mala: Mon Oncle.