Nunca había oído hablar de alimentos irradiados hasta que este fin de semana vi un documental que hablaba sobre el tema. Determinados alimentos, éstos dependen de las políticas de cada país se someten a un proceso de radiación. El uso de esta técnica se apoya en que de esta manera se consigue eliminar todos los microorganismos presentes en los alimentos y alargan así la vida útil de los mismos, se pueden exportar y consumir de una manera más segura se alega.

Para llevar a cabo el proceso, los alimentos se introducen en un cajón hermético metálico que sumerge en una piscina. Una vez dentro el irradiador nucrlear se pega al contenedor y manda los rayos que atraviesan los alimentos durante un tiempo muy concreto ya que menos podría no hacer el efecto esperado y más….bueno eso aún no está claro. El proceso es como el que se realiza en los hospitales al aplicar radioterapia a los pacientes con cáncer.

¿Cómo que no está claro?

La verdad es que no hay casi nada estudiado sobre las consecuencias del consumo de estos alimentos para la salud. Solo se conoce un estudio que Eric Marchioni hizo con seis ratas enfermas de cáncer. A unas se les alimentaba con pienso irradiado y a otras con pienso sin irradiar. El resultado fue que las ratas alimentadas con pienso irradiado presentaron tres veces más tumores que las otras. Lo único que consiguió con el estudio es hacerse muchas preguntas sobre los posibles efectos de estos alimentos en la salud. Todos los alimentos irradiados presentan una molécula, la alquil-ciclobutanona que pretende estudiar. Se le abría una clara línea de investigación pero se le cortó de un plumazo. Hasta el momento no ha encontrado apoyos para seguir con sus estudios. Así que no, a día de hoy no está ni mucho menos claro si estos alimentos son o no seguros.

La ley europea permite la compra-venta de alimentos irradiados pero exige que en el etiquetado se refleje. Y es aquí donde surge el fraude, hay muchos alimentos que bajo estas circunstancias circulan por los comercios españoles y los consumidores no podemos saberlo porque no aparece en la etiqueta. Alegan una vez más las ganas de ignorancia del consumidor con frases del tipo“el consumidor no quiere saber nada acerca de procesos de conservasción, basta con que disfrute de los productos”. Pues perdónenme, pero sería tan sencillo como controlar más y exigir que se utilice el logotipo que tiene más de 50 años de antigüedad.

¿Y entonces qué hacemos?

Lejos de crear alarmas mi propósito es simplemente informar que esta práctica se realiza desde hace décadas y se sabe poco o nada sobre el tema, me da la impresión de que se prefiere mirar para otro lado, es decir, mientras las frutas que vienen de la otra punta del mundo estén bonitas todo genial… Todo genial pero mi mensaje no cambia y cada día estoy más convencido de él. Si consumimos alimentos locales y de temporada no va a hacer falta irradiarlos y vamos a cuidar un modelo de producción más justo y sostenible. Como consumidor que soy voto por lo local y de temporada!!!

Os dejo descansar hasta después de reyes….Felices fiestas!!