Crematorio es una de las mejores series nacionales jamás hecha. De hecho, no parece española. Esta afirmación, de entrada, ya es un piropo de primera teniendo en cuenta los productos televisivos que, por lo general, engendra este país. Pero Crematorio es otra cosa y esa diferencia se aprecia desde el primer episodio. La calidad narrativa, su excelente reparto (en el que brilla con luz propia un inconmensurable José Sancho) y la complejidad de la trama le aportan, salvando las distancias, un aire a las series americanas de mayor prestigio. En Crematorio las cosas no se explican diecisiete veces, no hace falta, y el espectador deberá estar atento a lo que se enseña y a lo que no para ir atando cabos. Huelga decir que aquí la corrupción es rutina y esta serie lo muestra a la perfección. Lo que vemos se asemeja a un documental de la costa levantina.
Ficha: Crematorio fue dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo (Madrid, 1972) y está basada en la novela homónima de Rafael Chirbes. Consta de una única temporada de ocho capítulos (2011). Producción propia de Canal + que hace unos meses fue emitida en abierto por La Sexta.
Sinopsis: Se describe la vida de Rubén Bertomeu (José Sancho), un ambicioso constructor que acumula una fortuna recurriendo a todo tipo de métodos oscuros. La trama está ambientada en Misent, una imaginaria localidad de la costa levantina que sirve de pretexto para trazar una despiadada radiografía de la España del siglo XXI.
La trama: Cada capítulo está compuesto de varios flashbacks en los que se van enseñando varios de los pasajes más importantes de la vida de Rubén. Conoceremos sus inicios en el mundo agrícola, con un importante papel de su madre y su hermano, y su imparable ascenso en la construcción, donde colaborará codo con codo con una serie de personajes siniestros y oscuros del mundo de la política, la justicia, el hampa y la construcción. Pero un día y sin avisar, como ocurre en la vida, todo se desmorona y su estatus privilegiado comienza a verse en peligro. A partir de ahí, Rubén y la gente que le rodea deberá poner toda la carne en el asador para conseguir lo único importante: la supervivencia.
Crematorio tiene varias virtudes y, en mi opinión, una de las más destacables es el acierto en el uso de las elipsis. Es por eso, entre cosas, por lo que varios espectadores la han comparado con el aroma que desprenden las series de la HBO, la productora estadounidense. El tono pálido e incluso frío de la imagen (calidad HD) casa muy bien con la doble cara de los personajes, que casi siempre tienen algo que esconder. Con todo, no hay que olvidarse de los matices. Ni el malo es malo, malísimo, ni el bueno, un santo. Todos están manchados por la plaga de la hipocresía pero guardan algún aspecto que les puede redimir.
Aquí les dejo el tráiler:
Los personajes: Todos los actores rayan la perfección, aunque José Sancho se lleva la palma con una interpretación sobresaliente. Sobrecoge su frialdad y su magnetismo, porque hay que decir que cuando Rubén aparece se come la pantalla. Tal cual. Desprende autoridad a raudales y sabe seducir a sus socios y compañeros de mesa con trucos del mejor prestidigitador. A nadie se le escapa que sabe persuadir. Crematorio es una serie con muchos personajes, pero Rubén es el más importante.
Su hija Alicia, interpretada por Alicia Borrachero, una gran actriz a la que recordarán seguramente por su papel en la añorada serie de los años noventa ‘Periodistas’, es su piedra en el zapato. Ella está ocupada en la gestión de una galería de arte, pero no vacila en discutir abiertamente con su padre acerca de su fisolofía de vida y la manera en la que ha hecho negocio. Además, su estabilidad familiar saltará por los aires y se verá obligada a buscar fuera lo que no encuentra en casa. Alicia también borda su papel, está de sobresaliente.
La novia de Rubén es Mónica (Juana Acosta), una mujer joven que utiliza su físico para progresar en la vida y escalar socialmente. De todas maneras, a lo largo de la obra demuestra una inteligencia fuera de lo común y posee una de las mejores frases de la serie: “No sé si tiene dinero, pero sé que sabe ganarlo” (refiriéndose a Rubén).
Además, también cabe destacar el papel del abogado Zarrategui (Pau Durá), mano derecha de Rubén y auténtico experto en explorar los atajos de la ilegalidad. Me atrevería a decir que este personaje forma parte de la idiosincrasia española, un país en el que la picaresca y la corrupción te abre más puertas que la honradez y la constancia.
La galería de personajes secundarios es tan extensa como el nivel de delincuencia de la serie. Miriam (Aura Garrido) es la hija de Alicia y nieta de Rubén. Afronta la adolescencia y se rebela contra el entorno familiar, lo que le llevará a explorar la independencia y catar los sinsabores del amor… Además, tenemos a Traian (Vlad Ivanov) como uno de los capos de la mafia rusa; Sarcós (Vicente Romero) como un súbdito un tanto torpe, y Collado (Pep Tosar) como un antiguo socio que se cruza en el camino de Rubén.
Sintonía: El tema musical de Crematorio es una gran canción compuesta por Loquillo: ‘Cruzando el paraíso’. Quizá su tono no pegue con el contenido de la serie, pero la letra le viene como anillo al dedo. Aquí les dejo la cabecera de la serie (suban sin miedo el volumen de los altavoces y no se preocupen si la tararean después en la ducha…):
Desde mi punto de vista, es la serie nacional de mayor calidad que he conocido. Su factura es impecable y sólo lamento que no durara más tiempo. Ya saben que se llevó el premio Ondas a la mejor serie nacional en 2011 y también atesora varios reconocimientos procedentes de la profesión. Si están acostumbrados a la manera de contar las cosas que tienen la mayor parte de las series de este país, al principio se perderán y tendrán un problema. Pero con la paciencia, cuyo fruto siempre es dulce, aprenderán a saborearla. Y el público más exigente que aún no la haya visto, tiene ante sí un auténtico caramelo para disfrutar.
Si quieren comentar alguna cosa, sepan que estoy disponible aquí y también en Twitter (@jefoce). Un placer.
Mikel Madinabeitia