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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

Retorno a Brideshead: la sublimación de la belleza televisiva

Retorno a Brideshead fue la serie inglesa que recogió el testigo dejado cinco años antes por ‘Yo Claudio’, y a partir de la fascinante novela de Evelyn Waugh hizo una recreación de las vidas de las clases altas inglesas de los años veinte y que todavía se recuerda como una de las mejores miniseries de la historia televisiva.

El relato perfectamente estructurado nos va relatando la historia de una profunda amistad entre dos amigos y la relación con la aristocrática familia de uno de ellos, y cada uno de los once capítulos nos va desgranando ese mundo fascinante y sobre todo de una increíble belleza que suponía Brideshead.

A pesar de los treinta años que tiene no ha perdido un ápice de su calidad, como he podido comprobar al revisarla para refrescar mi memoria, y creemos que en estos tiempos donde series como ‘Downton Abbey’ arrasan en las audiencias, es necesario recordar en nuestro blog la serie histórica que marcó los cánones a seguir en este género.

 

 

Ficha: Retorno a Brideshead (11 capítulos). 1981, ITV (UK) TVE (E).

Sinopsis: Un capitán del ejercito ingles, Charles Ryder, es enviado durante la Segunda Guerra Mundial a la mansión de Brideshead, donde pasó gran parte de su juventud. La serie rememora desde el  primer encuentro de Ryder con la familia de Lord Marchmain, propietaria de la mansión, hasta su partida de la mansión ocho años después y las relaciones de todo tipo que mantuvo con los miembros de esa familia.

El inicio: Evelyn Waugh ( foto inferior), uno de los mejores novelistas británicos del siglo XX, escribió en 1945 la novela Retorno a Brideshead, memorias sagradas y profanas del capitán Charles Ryder, que alcanzó un enorme éxito literario. A finales de los años 70, la cadena independiente Granada decidió adaptar la novela al cine y contrató al prestigioso guionista John Mortimer, que hizo una primera adaptación de la serie.

 

Sin embargo, los productores no quedaron muy contentos con el trabajo de Mortimer y reescribieron casi en su totalidad la serie, en especial Derek Granger, ampliándola de seis a once capítulos, pero dejando la autoría a Mortimer por razones legales.

El rodaje empezó en la isla de Gozo en Malta, donde se rodaron los principales exteriores correspondientes a Marruecos y Centroamérica, pero al volver a Londres una huelga salvaje de los trabajadores de la ITV demoró la producción cuatro meses, lo que obligó a cambiar al director Michael Lindsay-Hogg por Charles Sturridge, debido a compromisos previos del primero.

A pesar de tan tormentoso comienzo, consiguieron finalizar la serie y desde el momento de su estreno el público inglés se dio cuenta de que estaba asistiendo a algo diferente y fascinante nunca visto antes en la televisión, empezando el mito que es hoy esta serie.

En el primer vídeo que les presentamos, tienen la excelente banda sonora como fondo a unas imágenes de la serie que ilustran perfectamente el estilo de la misma, y que a buen seguro les van a traer recuerdos a muchos de ustedes:


 

La trama: La miniserie respeta en gran medida la novela de Evelyn Waugh, que narra en tiempo lineal a partir del suceso que supone el retorno a Brideshead del capitán Ryder su relación con la familia propietaria de la mansión desde el momento en que conoce en Oxford al benjamín de la familia, Lord Sebastián Flyte, entrando en su circulo íntimo de amigos.

A pesar de las advertencias de sus familiares, Charles Ryder entra de lleno en la vida licenciosa y loca de Sebastian y su grupo de amigos, de fiesta en fiesta y con una total despreocupación por el mañana. A través de Sebastian, Charles Ryder entra en el circulo familiar entablando amistad tanto con el hermano mayor y heredero Bridey, como con sus dos hermanas, la piadosa Cordelia y sobre todo la fascinante Julia.

Los padres de los cuatro vástagos, Lord y Lady Marchmain, acogen a Charles en su casa como otro hijo, con la esperanza de que controle y atempere los ánimos de Sebastian, gracias a su cordura y control.

La trama avanza bastante veloz en cada capítulo y pasamos sin ánimo de continuidad de las andanzas de un grupo de ricachones despreocupados, únicamente movidos por los placeres hedonistas de la vida, a ver cómo el propio Sebastian, incapaz de cumplir los deseos paternos, va cayendo por una espiral de alcohol y depravación como una huida hacia adelante pero en ninguna dirección.

La relación entre los dos amigos es el primer centro de atención de la serie, viendo cómo uno intenta hasta el final salvar al otro del descenso a los infiernos, sin conseguirlo. En paralelo, su relación con la hermana de Sebastian, Julia, va haciéndose cada vez más cercana, a pesar de estar ambos comprometidos por separado, y va tomando el protagonismo de la serie a medida que Sebastian se va convirtiendo en un caso perdido.

Un factor muy importante, y que subyace durante toda la trama, es la religión católica y la fe con gran parte de la familia obsesionada por este tema, en especial Lady Marchmain y su hija Cordelia. El sentimiento de culpa de la religión católica guía muchos de los actos de la familia, donde el catolicismo es minoritario en territorio inglés.

Por ello, de forma muy sutil y visto a través de los ojos de un extraño y no católico como el Capitán Ryder, asistimos a la evolución religiosa de casi todos los miembros de la familia en busca de alcanzar la gracia divina por encima de todo, incluso el amor.

Tanto la novela como la serie muestran esta evolución religiosa de forma gradual y muy inteligente, hasta que es demasiado tarde para darnos cuenta y quedar totalmente atrapados en su red. Esta búsqueda nos lleva por medio mundo: Marruecos, México y Centroamérica.

Otro detalle a tener en cuenta es el tratamiento de la homosexualidad, huyendo de los tópicos prevalecientes hasta la época, describiendo las relaciones de forma ambigua pero sin juzgarlas como parte integrante de la trama.

Otro punto a reseñar es la ausencia casi total de personajes de clase media y baja en el retrato de la sociedad inglesa. Es una visión de una familia aristocrática y los sirvientes son considerados como parte del atrezzo sin apenas aparecer en primera línea, por lo que la lucha de clases brilla totalmente por su ausencia excepto en la figura del protagonista, que es menos rico que sus anfitriones pero también pertenece al mismo grupo social.

La serie es realmente exquisita, una verdadera delicia para los ojos y para los oídos. Si la pueden ver en versión origina, es de lo mejor que se ha hecho jamás en televisión. Personalmente, siempre he preferido la primera parte por su tono mas alegre y desenfadado al estar centrada en la amistad de dos personas, mientras que en la segunda parte la componente religiosa hace que sea un poco más sombría, ayudada por el hecho del destino irremediable al que se ven abocados varios de los personajes. En el vídeo del primer episodio completo pueden disfrutar el rato que quieran de la dicción de esos maravillosos actores, en especial de Jeremy Irons:

Los once capítulos se pasan en un santiamén y con grandes saltos temporales entre ellos, lo que permite hacer avanzar las tramas de una manera muy ágil y a la vez entretenida, con una producción  inmaculada y una  belleza que emana de todas y cada una de sus escenas, lo que la ha convertido en un verdadero mito para los amantes de la televisión.

Los actores:

El papel protagonista del capitán, Charles Ryder, recayó en un poco conocido actor inglés nacido en la isla de Wight, Jeremy Irons, que hasta el momento había realizado su carrera principalmente en el teatro y con un pequeño papel en el cine en la película ‘Nijinsky’. Irons aprovechó la oportunidad a la perfección e hizo una recreación majestuosa del personaje externo a la familia, pero del que a través de sus ojos podemos ver todas las historias del clan Marchmain.

 

 

Con este papel Irons consiguió la fama inmediata, reforzada por su aparición casi simultánea en ‘La Mujer del Teniente Francés’, que le puso en el candelero cinematográfico en el que aún sigue en la actualidad, teniendo en sus alforjas unÓOscar al mejor actor por ‘El Misterio Von Bulow’. Como muestra de su nivel les invito a presenciar esta escena donde vemos al mejor Irons en versión original, con esa dicción de libro de texto que tanto admiramos.

Irons está fascinante, evolucionando de su ternura inicial cuando descubre ese nuevo mundo aristocrático, convirtiendose en una persona curtida por los avatares de la vida, sin conseguir llegar a la felicidad que añoraba de sus tiempos de Brideshead. Además, recogió el testigo de dos monstruos de la escena como Laurence Olivier y John Gielgud, con los que compartió muchas escenas y no les perdió la cara en ningún momento.

Anthony Andrews fue el actor elegido para dar vida a Lord Sebastian Flyte, el miembro libertino de la familia Marchmain, el personaje que introduce a su amigo en la alta sociedad. Actor teatral de formación, Andrews tenía más experiencia que Irons y le tocó el papel más complejo de la serie. En la foto lo podemos ver con Aloysius, su mascota que le acompaña a todos los sitios.

 

 

Andrews borda la evolución de su papel desde las primeras juergas juveniles hasta su caída física y mental por su alcoholismo, con una caracterización perfecta de su regresión como persona. Posteriormente, ha tenido una carrera sólida, cumpliendo como un eficaz secundario tanto en cine, teatro y televisión, aunque sin alcanzar la actuación magistral de una persona autodestructiva que lo pierde todo a cambio de nada.

El papel de la hermana de Sebastian recayó en Diana Quick, una bella actriz londinense que enamoró a toda una generación con su interpretación de Julia Flyte. Julia era la miembro más responsable a la vez que la más dulce de toda la familia e intentaba, junto con Charles Ryder, salvar a su hermano de la autodestrucción, lo que les llevó a ambos a congeniar mucho.

 

 

Su relación centra la segunda parte de la serie con uno de esos amores imposibles que, por diversas razones, tanto gustan a los escritores ingleses, pero con la religión católica como ingrediente común de los problemas.

A pesar de su gran papel, Quick no consiguió hacer despegar a su carrera y permaneció en una segunda división de actores ingleses, a pesar de su gran papel en la serie.

 

Además del trío protagonista, hay que destacar la presencia de famosos actores ingleses en papeles secundarios como Claire Bloom o John Gielgud, pero entre todos ellos deslumbraba la presencia de Laurence Olivier como Lord Marchmain, el patriarca de la familia.

 

 

Olivier es uno de los mejores actores de la historia en Inglaterra con unas interpretaciones de Shakespeare, absolutamente memorables. En Retorno a Brideshead, Olivier recrea a la perfección a un aristócrata de alta cuna, que se resiste a los cambios vertiginosos que se suceden por el mundo, intentando aferrarse a sus valores y a su fe para defender sus principios y su posición en la sociedad.

Olivier, como siempre, era un imán en la pantalla y su sola presencia llenaba cualquier escena, dándole un toque de excelencia en el desenlace de la serie.

Curiosidades:

En el año 2008, después de diversos intentos, se llevó al cine la novela original de Evelyn Waugh, dirigida porJulian Jarrold, y con Emma Thompson como actriz destacada, resumiendo en 133 minutos toda la novela. El resultado fue decepcionante, ya que cualquier comparación con la serie televisiva era realmente odiosa.

Aunque la producción era exquisita y Emma Thompson estaba deslumbrante, la compresión en poco mas de dos horas de la novela original resultó ser una trama atropellada rodada a un ritmo parsimonioso, con enormes vacios temporales de una escena a otra, además de explicitar de forma innecesaria temas como la homosexualidad, tratado con una ambigüedad programada tanto en la novela como en la serie.

A continuación, pueden ver un tráiler de la película:

Retorno a Brideshead es la Angula de Aguinaga de las series televisivas, un lujo de serie que muy pocos han alcanzado a realizar, un plato exquisito que creemos que es de visión obligatoria para todos ustedes, que por su juventud o por no haberla podido ver en su momento se la perdieron. La belleza de la serie sigue inalterada al cabo de treinta años y su trama tan fresca como el primer día, y les podemos asegurar que serán once horas que no habrán malgastado delante del televisor revisando uno de los clásicos, en especial si han encontrado ‘Downton Abbey’ de su gusto. Esperamos que se animen y la disfruten.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.

Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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