Desde la fulgurante aparición de ‘Mujeres Desesperadas’ han ido apareciendo ficciones protagonizadas por mujeres aparentemente normales que acaban abrazando el lado oscuro de la vida de la mano de creadores como Mark Cherry o Shonda Rhimes. En ese marco se inscribe ‘Good Girls’ creada por un alumna aventajada de Shonda Rhimes y que nos cuenta la transición de tres amas de casa hasta convertirse en tres delincuentes llevadas por su propia desesperación personal.
Las tres mujeres intentan disimular en la medida de lo posible, escondiendo esas nuevas actividades del conocimiento de sus respectivas familias. El resultado es una comedia negra que me ha parecido bastante inspirada en su primera temporada, para irse estancando con el paso del tiempo por la propia dificultad de mantener esa premisa algo disparatada con una cierta coherencia.
Si alguno está pensando en hacer paralelismos con Walter White, el tono y el estilo son muy diferentes, porque en el fondo lo que desean es seguir siendo las ‘buenas chicas’ del título de la serie y solo han intentado mejorar un poco el reparto de cartas que la vida les ha dado, pero sin resistirse a aceptar que nunca será todo como antes, como les voy a analizar a continuación.
Ficha: Good Girls 34 + ep 40m. Feb 2018 – Cadena: NBC (USA)- Netflix (E)
Sinopsis: Beth y Annie son dos hermanas que se encuentran desesperadas por su precaria situación económica que apenas les permite sacar adelante sus respectivas familias. Junto a su mejor amiga Ruby, que pasa por unas circunstancias similares, deciden atracar la gran superficie donde trabaja Annie, para conseguir algo de dinero fresco para poder respirar un poco.
Las cosas se agravan cuando en el transcurso del atraco, descubren y se llevan una enorme cantidad de dinero escondido en ese lugar por un cartel mafioso local que lógicamente no recibe de buen agrado la noticia del robo, empezando sus propias indagaciones más allá de las policiales.
La vida de las tres amigas va a sufrir enormes cambios, mientras intentan seguir con sus vidas normales gracias a esa inyección de dinero, mientras que intentan no ser atrapadas ni por la policía ni por los mafiosos.
El inicio: Jenna Bans es una guionista con la experiencia de haber trabajado primero junto a Mark Cherry en ‘Mujeres Desesperadas’ y posteriormente convertirse en una de las alumnas más aventajadas de la escuela de Shonda Rhimes, con responsabilidades importantes tanto en ‘Anatomía de Grey’ como en ‘Scandal’.
Su mentora le animó a crear su primera serie ‘Off the Map’ sobre un grupo de médicos en una clínica tropical y hace apenas cinco años empezó a volar sola con un contrato de desarrollo de series para la cadena NBC.
La idea para la serie le vino mientras seguía de forma apasionada las elecciones presidenciales de 2016 y se indignaba viendo el trato vejatorio que sufría Hillary Clinton por ser mujer. Ese enfado subió de tono con la victoria de Trump y decidió que su forma de desfogarse era crear una serie para la NBC, a la que le debía un piloto, para canalizar esa ira femenina.
El concepto de partida era tener un grupo de mujeres que siempre se habían portado bien y habían seguido las reglas al pie de la letra, pero que acaban percatándose que esa bondad les había llevado a unas encrucijadas de imposible salida, por lo que deciden salirse de las reglas y atracar una tienda para conseguir el dinero para tapar sus agujeros.
Esa desesperación por haber sido buenas chicas pero obligadas a ser malas para sobrevivir, fue la idea que vendió rápidamente a las responsables ejecutivas de la NBC que le encargaron la escritura y el rodaje del piloto.
La creación no fue un camino de rosas, puesto que Jenna Bans se vio obligada a cambiar una de las actrices del piloto, entrando Christina Hendricks por Kathleen Rose Perkins (Episodes) para conseguir finalmente la luz verde para su estreno a mitad de temporada en el mes de Febrero de 2018 con una temporada de trece episodios, promocionada con el siguiente corte.
Su estreno tuvo mejor acogida en las audiencias que en la crítica donde reinó la indiferencia ante una premisa bastante alocada que no dejaba muy claro el recorrido que podía tener durante esa temporada, pero el éxito le valió una rápida renovación para la 2T.
La trama: ‘Good Girls’ sigue la disyuntiva de esas tres mujeres que a pesar de haber sido buenas chicas toda su vida se ven obligadas a delinquir para conseguir el dinero necesario para resolver sus problemas personales.
En el caso de Beth, la líder del grupo, su problema viene dado por las infidelidades de su marido, un vendedor de coches que se la pega con su secretaria y que ha dilapidado las reservas de la familia en su amante, las juergas y el juego. Acuciada por las deudas y con cuatro hijos preadolescentes que sacar adelante, Beth es la instigadora, en parte para salir del pozo económico en que se encuentra y en parte para encontrar la independencia económica del tarambanas de su impresentable marido.
Su hermana Annie tiene unas circunstancias diferentes al haber tenido una hija siendo adolescente y que le ha obligado a sacrificarse todo lo posible para sacarla adelante. Su precaria situación económica hace que el padre de su hija insista para que la chica se mude con él, para que tenga mejores oportunidades. pidiendo incluso su custodia única.
Si a eso le añadimos el desarrollo de una identidad transexual en su hija que se siente un hijo y los costes derivados del posible tratamiento, el panorama hace que no dude en unirse a su hermana, para atracar el lugar donde trabaja.
El caso de Ruby es todavía más sangrante, puesto que su hija padece una grave enfermedad renal y no dispone de los medios económicos ni de un seguro potable para pagar el elevado coste de los tratamientos necesarios, por lo que accede a unirse a esa conspiración criminal para conseguir ese dinero. La primera escena de la serie nos muestra su bautizo criminal.
Como podemos comprobar, la desesperación es el motor que mueve a esas tres mujeres a realizar un robo a mano armada como si quisieran mitigar un poco el delito y sobre todo hacernos empatizar con ellas, más allá de su vertiente criminal.
Su creadora no duda en jugar rápidamente con el refrán de ‘quién roba a un ladrón…’ para entrar en un tono de comedia negra, con las tres mujeres atrapadas por sus mentiras a tres bandas, mientras se va estrechando el cerco sobre ellas.
Esos tres flancos son en primer lugar sus maridos, parejas e hijos, a los que deben ocultar su lado criminal, luego viene el policial que investiga a su manera el robo inicial y por último el mafioso que es el más peligroso para su integridad física como van comprobando a medida que se van acercando a ellas.
El trailer largo de ‘Good Girls’ nos presenta todos esos frentes abiertos
La 1T de ‘Good Girls’ presenta una estructura con gran continuidad pero utilizando cada episodio para poner a las tres mujeres en peligro de ser descubiertas, tanto en solitario por sus respectivas familias, como por ser una banda criminal, siendo testigos de como se escabullen en el último momento en muchas ocasiones.
A medida que avanza la serie los peligros se concentran en las personas que conocen su secreto y quieren aprovecharse de ello y las que sospechan del mismo, utilizando el humor negro en muchas ocasiones para rebajar las tensiones .
Esa dinámica de desvelar su faceta criminal va aumentando el numero de implicados a medida que los maridos y parejas acaban formando parte de esas tramas criminales, que es el punto de inflexión para el declive de la serie cuando a partir de la 2T, hay mucha más gente que está en el ajo que fuera del mismo.
Esa huida hacia adelante tiene el mejor ejemplo en la tensión sexual que se crea entre Beth y el jefe mafioso Rio, a medida que van colaborando en la red criminal de Rio, al entrar en temas de falsificación monetaria como nueva actividad para ganar dinero fuera de la ley. Un ejemplo de esa tensión lo tienen en el siguiente corte.
El fragil equilibrio que consiguieron en su primera entrega entre ser buenas chicas y unas criminales se fue yendo al garete en la 2T, con unas tramas cada vez más inverosímiles y que conseguían que en el fondo estuviera deseando que las pillaran y protagonizaran un remake carcelario de ‘Orange is The New Black’ en lugar de desear que se libraran como me sucedía en su 1T.
Esa sensación ha ido en aumento y en la 3T no han dudado en recurrir a trucos culebronescos como resurrecciones varias para ir estirando una situación inicial que ha dado mucho juego, pero que en mi caso se ha quedado en un pasatiempo para realizar las tareas del hogar, mientras veo como escapan por enésima vez a las garras de la justicia.
En el trailer de la 3T se puede ver como el chicle de ‘Good Girls’ empieza a dar muestras de que su elongación está llegando a límites peligrosos.
A pesar de esa degeneración narrativa, ‘Good Girls’ es una de esas series que recomiendo empezar porque su desarrollo inicial es muy entretenido y en cuanto se cansen de la historia, la dejan y no pasa nada, porque se lo habrán pasado bien durante ese rato.
Los actores: El gran acierto de ‘Good Girls’ ha sido elegir a tres actrices que se han compenetrado a la perfección y que con solo con verlas en acción nos podemos olvidar de los agujeros narrativos de las historias que les tocan en suerte. Sus personajes son muy interesantes solo por la valentía que demuestran al dar ese salto al vacío en busca de su supervivencia al otro lado de la ley.
La mejor del trío es indudablemente Retta ( centro) que muestra una parte dramática que no le pudimos ver en su gran personaje robaescenas de Donna en ‘Parks & Recreation’. En esta ocasión está muy bien como Ruby, una mujer que solo quiere curar a su hija y que acaba convenciéndose que su conciencia religiosa debe aceptar el hecho que un buen fin justifica unos medios dudosos. En las partes cómicas es la más suelta del grupo y es una verdadera delicia verla en acción.
A un nivel algo inferior, pero muy bueno, tenemos a Christina Hendricks ( der) , como Beth la líder del grupo, en un personaje algo menos dramático que su insuperable Joan Holloway en ‘Mad Men’ que le valió seis nominaciones a la mejor actriz secundaria dramática, con la injusticia de no haberlo ganado nunca, pero que va a ser el papel que va a definir su carrera para siempre.
A diferencia de su compañera Retta, Christina Hendricks, apuntala mejor las escenas dramáticas que las cómicas, por lo que se complementan a la perfección y lo cierto es que un placer verla en un personaje en el que puede destacar y mucho.
En mi opinión la más floja del trío inicial es Mae Whitman (izq) como Annie la hermana pequeña de Beth, en parte porque es una actriz que nunca me ha convencido ni gustado desde que la vi en ‘Parenthood’ o en ‘Arrested Development’ donde siempre me chirriaba. Algo parecido me ha pasado en esta ocasión con su personaje que es el menos empático de los tres por las decisiones personales que toma y sobre todo por la forma en que las toma.
Los personajes masculinos de ‘Good Girls’ siempre están supeditados a los femeninos, lo que no es habitual en muchas series, donde suele ocurrir al contrario. Los tres personajes principales han sido para tres actores secundarios solventes y eficaces que cumplen con su cometido de consortes sin quitar brillo a los personajes femeninos.
El trío está compuesto de izquierda a derecha por Manny Montana ( Graceland) como el jefe mafioso Rio, Reno Wilson (Mike & Molly) como el amante marido de Ruby que acaba convirtiéndose en policía para desesperación de su mujer y por último el más conocido del grupo que es Matthew Lillard ( Scream) que hace otro de esos personajes bordes y abofeteables en los que se ha especializado como el impresentable marido de Beth, Dean
Final: Debido a la pandemia, ‘Good Girls’ tuvo que recortar a 11 episodios su 3T que estaba previsto que tuviera dieciséis, pero a pesar de ese hecho ha sido renovada para una 4T para proseguir con las andanzas de ese trío de amas de casa criminales.
Para finalizar el artículo, nada mejor que ver la gran compenetración que tienen las tres actrices fuera de la pantalla, al acceder participar en el popular programa ‘Carpool Karaoke’ como pueden ver en el último vídeo.
‘Good Girls ‘ es una buena propuesta para pasar un rato distraído siempre y cuando aceptemos esa idea inicial de tener a tres amas de casa convertidas en ladronas a mano armada, pero si la ficción no nos puede hacer soñar imposibles, pocas cosas lo pueden hacer.
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Lorenzo Mejino