La creación de series televisivas a partir de películas de éxito es uno de los fenómenos más viejos de la industria televisiva, al jugar sobre seguro esperando que los espectadores cinematográficos seguirán viendo esos subproductos televisivos. El rey de ese terreno en los años ochenta fue sin lugar a dudas el productor Glen A. Larson que no dudó en contactar con los productores de ‘Tron’ para crear conjuntamente ‘Automan’, nuestra propuesta del recuerdo de este viernes.
La historia de un holograma cibernético que cobraba vida propia para ayudar a un policía en su lucha contra el crimen era solo una excusa para mostrar toda una serie de efectos especiales provocados por su inseparable compañero, un minúsculo dispositivo juguetón llamado ‘Cursor’ que tenía hasta su propio nombre en los títulos de crédito.
‘Automan’ no disimulaba sus intentos de distraer a un público principalmente juvenil, amante de la película ‘Tron’ y que solo quería ver una y otra vez ese traje deslumbrante y las cosas que podía crear ‘Cursor’ de la nada. El problema es que ha envejecido fatal y al revisarla para escribir el artículo me he reído más de una vez al convertirse en una comedia involuntaria por la obsolescencia de su tecnología como les voy a analizar a continuación.
Ficha: Automan 13 episodios. Dic 1983-Abr 1984 . Cadena: ABC (USA)- Telecinco (E)
Sinopsis: Walter Nebicher es un agente de policía de Los Ángeles que es un experto programador informático, por lo que su jefe directo lo tiene anclado en la sala de ordenadores del departamento de policía, con la prohibición expresa de no pisar las calles.
Nebicher estaba realizando un programa de inteligencia artificial para luchar contra el crimen, con el resultado inesperado de crear un holograma real que se convierte en un arma muy eficaz, elevando el prestigio de su compañero que es el único que conoce su verdadero origen.
Ambos luchan en secreto contra los delincuentes que se encuentran cada semana, con la inestimable ayuda de ‘Cursor’, un poliedro flotante que puede dibujar y generar de forma automática, cualquier elemento en cuestión de segundos.
El inicio: Glenn A. Larson fue uno de los más prolíficos guionistas de Hollywood, con innumerables éxitos televisivos, de entre los que podemos destacar ‘McCloud’, ‘Battlestar Galactica’ o ‘Magnum. P.I.’ entre muchas otras series de los 70 y los 80.
En 1982 tras crear su gran éxito ‘El Coche Fantástico’ y ver la película ‘Tron’ no tardó ni un momento en contactar con los productores de ‘Tron’ Donald Kushner y Peter Locke, para crear una serie de televisión en la que poder seguir usando sus innovadores efectos gráficos de la película.
Ambos productores estuvieron encantados de seguir trabajando en esa línea de efectos especiales y no dudaron en asociarse con Larson para crear alguna serie de ese estilo. Larson aprovechó la naciente computerización de principios de los años ochenta para diseñar ese personaje cibernético que era absolutamente invencible siempre y cuando tuviera un punto cercano de recarga eléctrica.
Con todo su prestigio intacto, no le costó convencer a la cadena ABC para producir un piloto de 75 minutos, para plantear la premisa inicial que empezaba con la siguiente escena explicativa que en apenas tres minutos se ventilaba la creación de Automan, para pasar directamente a la acción, lo que se llama ir directamente al grano.
El piloto gustó a los ejecutivos que le hicieron un encargo para una temporada corta de trece episodios que por razones estratégicas estrenaron cerca de las Navidades de 1983, buscando el público juvenil y familiar que suele estar más en casa en el periodo invernal.
La trama:
‘Automan’ se puede describir perfectamente como un procedimental ochentero con máquina, en la estela de series de la época como ‘Airwolf’, ‘El Halcón callejero’ y por supuesto ‘El Coche Fantástico’ en la que un elemento con poderes singulares y muy especial sirve a la policía en su lucha contra el crimen.
En este caso, al ser un organismo completamente cibernético pero con forma humana, su principal característica diferencial era ese traje luminoso que brillaba continuamente como las bombillas del ferial de Sevilla que desconcertaba por completo a sus enemigos que no sabían a lo que se estaban enfrentando.
Por supuesto, su origen debía mantenerse en secreto para el resto de personas de la comisaria, en especial para su capitán, un gruñón antitecnológico que era lo más parecido a un antagonista que tenía la pareja protagonista con piques semanales que siempre acababan dejándolo en evidencia. El truco estaba en hacer pasar a Automan por un amigo excéntrico de Walter Nebicher de nombre, Otto J.Man y la excusa colaba sin apenas problemas.
La única persona que era conocedora del origen tan especial de ‘Automan’ era una joven y dulce detective Roxanne Caldwell, que servía además para poner la única nota femenina en el grupo protagonista.
La cabecera de la serie era toda una declaración de intenciones, empezando por la habitual música de sintetizador de Stu Philips, el compositor habitual de las series de Glen A. Larson. A destacar esa sorprendente introducción en los créditos de Cursor, como si fuera un actor más, como si el poderoso Sindicato de Actores no estuviera mucho por la labor precisamente.
Al principio ‘Automan’ estaba muy centrada en la adaptación de ese holograma cibernético en el ambiente humano, donde intentaba pasar desapercibido, algo que con ese traje no es que sea una tarea muy sencilla. El problema recurrente en esos primeros episodios era encontrar un punto de energía para recargarse, por lo que era habitual que se desvaneciera en medio de una misión al agotarse su batería, lo que obligaba a nuestro protagonista humano a buscar algún ordenador para poder reactivar de nuevo su programa.
En esa adaptación al entorno para cada misión, no dudaba en programarle la información necesaria para su misión, que en el caso del segundo episodio era los bailes disco de ‘Fiebre de Sábado Noche’ como pueden ver en esta escena.
Poco a poco, la cosa fue derivando en el show de ‘Cursor’, para adaptarse a lo que consideraban que era el elemento más interesante de la serie y esa capacidad de convertir en realidad cualquier dibujo. Un ejemplo de los más sorprendentes es el siguiente video, donde pueden ver como convierten una guitarra en un Lamborghini como quién no quiere la cosa.
Entre el comodín de Cursor y las funciones que Automan se iba sacando de la manga, no tenían ningún problema para resolver los casos semanales y poner a buen recaudo a los malos de la semana, incluyendo persecuciones a lo ‘Tron’ con el coche girando 90º en ángulo recto sin preocuparse por nimiedades como la fuerza centrifuga o la inercia.
En el siguiente video pueden ver algunas de las habilidades que demostraba ‘Cursor’ en ‘Automan’
‘Automan’ en su momento ya me la tomé como un divertimento sin pretensiones, aunque no le hizo mucho bien que tardará siete años en estrenarse en España, hasta 1990 en los primeros tiempos de Telecinco, como una de sus primeras apuestas para el público juvenil.
En esa franja de edad me consta que tuvo cierto éxito, obnubilados ante todos esos efectos especiales luminosos que todavía eran poco habituales en esas épocas, en especial para los adoradores de ‘Tron’, una película que me gustó mucho en su momento.
Como he comentado en el prólogo lo que no me ha sorprendido es lo pésimamente que ha envejecido, tanto a nivel narrativo como de efectos especiales, lo que la ha convertido en una comedia involuntaria si tienen las ganas de revivir esos recuerdos. Tienen los episodios completos por Youtube, aunque si tiene buenos recuerdos, lo mejor es que los mantenga y no los mancille con un revisionado.
Los actores: La pareja protagonista estaba formada por Chuck Wagner como Automan y Desi Arnaz, Jr ( der) como el detective Walter Nevichek, una pareja muy poco convencional en la lucha contra el crimen.
Desi Arnaz, Jr ha sido una figura popular desde que estaba en el vientre de su madre Lucille Ball durante el embarazo de la actriz en su serie ‘I Love Lucy’ y su nacimiento coincidió con el del bebe en la ficción.
Más adelante interpretó al hijo de Lucille Ball junto a su madre en la comedia ‘Here’s Lucy’ y de una forma u otra nunca ha podido desembarazarse del peso de su apellido y de su madre. Nunca fue un gran actor y el intento más importante de volar por cuenta propia fue en ‘Automan’ pero tras su rápida cancelación se fue desvaneciendo poco a poco de las pantallas hasta desaparecer en 1992 y dedicarse a gestionar el importante patrimonio y legado familiar hasta la fecha.
Mucho más oscura ha sido la carrera de Chuck Wagner cuyo momento más luminoso en todos los sentidos fue embutirse en el traje de Automan e interpretar a su alter ego humano que respondía a ese curioso nombre de Otto J. Mann. Nunca se le puede pedir expresividad a un organismo cibernético, algo que cumplía a la perfección Chuck Wagner, aunque tengo serías dudas de si era capaz de poner otra cara que no fuera de pasmarote intensito.
El resto de personajes eran meros secundarios arquetípicos como la irrelevante Heather McNair como la rubia detective de policía y dos ilustres veteranos como Gerard S. O’Loughlin ( The Rookies) que interpretaba al malhumorado capitán Boyd y Robert Lansing (El Ecualizador) que hacia lo que podía como el enigmático teniente Curtis y poco se puede decir de las escasas escenas en que aparecían en pantalla.
El Final:
‘Automan’ no consiguió llegar nunca al gran público y nunca salió de la zona baja de las audiencias en comparación con el resto de la parrilla, por lo que la cadena ABC, no dudó en cancelarla dejando hasta de emitir el último episodio, que tampoco es que cerrara gran cosa, como pudieron ver cuando se incluyó entre los extras de la edición en DVD, de la que pueden ver el tráiler a continuación.
A lo mejor les he despertado alguna neurona memorística aletargada en su cerebro al recordarles ‘Automan’ y su corto recorrido, pero hay imágenes icónicas que no se olvidan y ese traje luminiscente es una de ellas.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino