La plasticidad y la elegancia de las representaciones profesionales de ballet han inspirado series que han recogido esos elementos para incluir en sus tramas la complejidad de las dinámicas de las compañías de ballet con grandes ejemplos como la genial serie francesa ‘L’Opera’ o ‘Flesh and Bone’, con los choques de egos como motor principal.
Ese testigo lo ha recogido ‘Étoile’ la última serie del matrimonio Palladino, creadores de ‘Las Chicas Gilmore’ y ‘La Maravillosa Sra Maisel’, en la que Amy Palladino vuelve a mostrar su amor por el ballet, para mostrar las diferentes formas de entender el ballet a ambos lados del océano, en Paris y en Nueva York, trasladando su peculiar ADN creativo a ese mundo desconocido para muchos.
El resultado final no ha alcanzado las cotas de brillantez de sus propuestas anteriores por una enorme descompensación y desequilibrio entre las brillantes tramas y personajes que interactúan en Nueva York con las anodinas historias parisinas que encajarían a la perfección en ‘Emily in Paris’ , como les voy a analizar a continuación.
Ficha: Étoile 8+ ep 60 min abr 2025- Prime Video( USA/E)
Sinopsis: Con el objetivo de potenciar y salvar sus respectivas instituciones las dos grandes compañías de ballet de Nueva York y Paris deciden intercambiar sus principales estrellas para revitalizar las ventas de entradas y agitar el conservador mundo de las compañías de ballet
El inicio: Amy Sherman-Palladino creció durante toda su infancia y juventud ejercitándose en el ballet, pero cuando le llegó la oportunidad de entrar a trabajar como guionista en ‘Roseanne’ decidió dejar el ballet para concentrarse en escribir, además de conocer allí al que sería su futuro marido y colaborador habitual, Daniel Palladino.
De todas formas retuvo un gran amor por esa disciplina artística que siempre ha estado presente en sus series desde su primera gran creación ‘Las Chicas Gilmore’ que la catapultó a la fama.
En 2012 Amy Sherman-Palladino intentó capitalizar su fama con su amor por el ballet. con la creación de ‘Bunheads’ la historia de un grupo de jóvenes bailarinas en un pequeño pueblo, en una clara historia de paso a la madurez, que solo duró una temporada.
Tras finalizar de una forma bastante abrupta su relación con ‘Las Chicas Gilmore’, el matrimonio volvió a triunfar a lo grande con ‘La Maravillosa Sra Maisel’, multipremiada en los Emmy en múltiples categorías.
Amy Sherman-Palladino seguía teniendo un cierto sentimiento de resquemor por el fracaso de ‘Bunheads’ y en busca de una especie de revancha personal, empezó a jugar con el concepto inicial de mirar las vidas de sus protagonistas diez años después, con algunas de ellas trabajando en ballets profesionales.
Ese concepto inicial fue evolucionando, abandonado la idea primitiva para centrarse en el mundo de las compañías de élite de ballet y sus problemas actuales para adaptarse a los nuevos tiempos y seguir manteniendo el atractivo y el glamour necesario para una disciplina tan clásica, planteándolo como un problema global con dos ubicaciones en Nueva York y Paris.
No les costó demasiado obtener la carta blanca de Amazon encantados de seguir contando con su matrimonio fetiche de creadores, por lo que empezaron una frenética búsqueda por todo el mundo de un reparto internacional con bailarines, actores y actrices que fueran fluidos tanto en francés como en inglés, algo nada sencillo teniendo en cuenta la velocidad de los diálogos de sus series.
El rodaje se produjo con dos unidades separadas tanto en Paris como en Nueva York, con el matrimonio Palladino ejerciendo de puente entre ambos lugares, escribiendo y dirigiendo entre los dos, el 75% de los ocho episodios de la 1T, aunque tenían claro que el encargo inicial era para dos temporadas.
Su estreno se produjo a finales de abril precedido del siguiente tráiler.
La recepción no fue todo lo entusiasta que se esperaban por esa enorme diferencia entre los dos escenarios principales que iba acentuándose con el paso de los episodios.
La trama: ‘Étoile’ empieza con una reunión aparentemente amistosa y cordial en Nueva York entre los responsables de dos compañías de ballet, Jack McMillan ( Luke Kirby) , el director general del Ballet Metropolitano de Nueva York y Genevieve Lavigne ( Charlotte Gainsbourgh) , la directora general interina del Ballet Nacional de Paris, para compartir problemas y posibles colaboraciones de futuro.
En el transcurso de la reunión y bajo los auspicios de Crispin Shamblee ( el veterano actor británico Simon Callow), un excéntrico multimillonario benefactor de ambas compañías y presente en la reunión, Genevieve decide proponer por sorpresa, un intercambio de sus dos principales estrellas para revitalizar ambas compañías con esos movimientos, algo a lo que finalmente accede Jack, de la forma que pueden ver en el siguiente video.
El siguiente paso es la elección por parte de los responsables de las personas que van a ser intercambiadas, con la condición previa de que no se pueden negar a aceptar la persona elegida que deberá estar durante un año en su nueva ubicación.
Jack no duda en elegir a la gran ‘Étoile’ y prima dona francesa Cheyenne Toussaint, conocida por su activismo y enorme rebeldía en muchos aspectos de su vida, pero que se transforma completamente en las tablas de un escenario, de la forma que explica el siguiente video de presentación de Cheyenne y el proceso de elección.
Para compensar esa gran perdida, Genevieve reclama a Mishi , una joven bailarina francesa que emigró a EEUU, para escapar de su posesiva y poderosa familia, así como a Tobias Bell un coreógrafo tan brillante como inepto socialmente, un auténtico bicho raro en todos los sentidos.
El traslado y adaptación de todas esas personas a sus nuevos ambientes de Nueva York y Paris va a estar repleto de recelos y problemas de todo tipo con los miembros de ambas compañías, en especial por el trato de favor que consideran que van a tener en la elección de sus personajes en los ballets.
‘Étoile’ huye del tono dramático habitual de las historias de compañías de ballet para hacerlo con un tono de comedia negra con muchos momentos en que buscan el humor o el contraste entre la cultura francesa y la estadounidense a ambos lados del océano.
Rápidamente destaca por encima de todos, el deslumbrante personaje de Cheyenne Toussaint, increíblemente interpretada por Lou de Laage, que ha captado muy bien los caprichos y el enorme perfeccionismo de una gran estrella y una prima dona del baile, con su propia lógica diferente e irrefutable al mismo tiempo.
El hecho de conseguir que todo el mundo se pliegue a sus deseos hace que Cheyenne sea un personaje imprevisible y apasionante, como muestra el siguiente video con su forma tan especial de elegir a su compañero de baile en un futuro ‘pas a deux’, montándose unas historias de lo más divertidas.
En cambio, los dos trasplantados a Paris tienen el mismo carisma que una acelga pocha, empezando por el excéntrico coreógrafo Tobias Bell ( Gideon Glick) , que se convierte en un personaje insufrible tanto a nivel personal como profesional que solo provoca un enorme deseo de tirarlo al Sena con un bloque de hormigón a los pies.
En el caso de Mishi, todo es anodino y letárgico, empezando por la insulsa interpretación de la bailarina profesional Taïs Vinolo, que baila muy bien, pero que de actuar no ha pasado de la primera clase introductoria,
‘Étoile’ va saltando de forma indiscriminada de Paris a Nueva York y viceversa, para desarrollar los diferentes problemas de las dos compañías, amenizadas por espectaculares coreografías, donde los cuerpos profesionales de ballet pueden dar rienda suelta a toda su calidad como bailarines.
El problema de hacer creíbles a los actores bailando, lo han resuelto mediante la utilización de dobles de baile, en especial para el caso de Cheyenne, con la gran estrella Constance Duvernay pero dándole incluso un pequeño papel sin intentar esconder esa colaboración en las escenas más complicadas, aunque Lou de Laåge, consigue hacer bastantes cosas por ella misma y muy bien.
Las sucesivas crisis se van resolviendo como buenamente pueden, enfretándose a amenazas de huelga, boicots personales, problemas de financiación, pero sobre todo a las continuas intromisiones del benefactor Crispin, que con el paso de los episodios evoluciona de un interesante verso libre inicial a un insoportable caprichoso en el tramo final.
‘Étoile’ es una serie de las de ver el vaso medio lleno o medio vacío, tiene partes muy brillantes tanto a nivel de interpretación como de coreografía y en general todo lo que sucede en Nueva York está al nivel de todas las grandes esencias de las series del matrimonio Palladino.
Por desgracia si quiere ver el vaso medio vacío y es incapaz de soportar las historias de Paris, lo entiendo perfectamente, porque a mi me ha costado bastante y me chirriaba mucho esa visión estadounidense llena de clichés parisinos de la vida de la capital francesa, donde solo se salvan la presencia de Charlotte Gainsbourgh, como la directora y de Yannic Truesdale como su divertido ayudante.
En el fondo ‘Étoile’ no deja de ser una carta de amor de sus creadores al mundo del ballet, mostrando sus dificultades para sobrevivir, por lo que solo por esas loables intenciones ya ha merecido mi aprobación a pesar de esos graves problemas de descompensación que les he mencionado.
Los actores:
El matrimonio Palladino tiene una forma de trabajar tan especial que prefiere trabajar en determinadas ocasiones con actores conocidos que saben lo que quieren y se adaptan sin problemas. Ese es el caso de Luke Kirby que tuvo un papel importante en ‘La Maravillosa Sra Maisel’ y que en esta ocasión interpreta al protagonista, el desbordado en varios frentes Jack McMillan.
Luke Kirby está muy bien en un personaje muy complicado que es el motor principal de la trama neoyorquina y generador de numerosas situaciones divertidas por los problemas a que se debe enfrentar.
La gran actriz franco-británica Charlotte Gainsbourgh apenas se ha prodigado en televisión, trabajando en muchas películas independientes y arriesgadas como sus continuas colaboraciones con Lars Von Trier, por eso ha sido una sorpresa verle cambiar de registro a un tono de comedia, muy poco habitual en ella.
Su interpretación y su personaje es lo mejor de lejos de la trama parisina gracias a sus brillantes diálogos con otro habitual de la factoría Palladino, el quebequés Yannic Truesdale (izq) , que interpreta a su descreído segundo en un tono cínico y sarcástico muy similar al de su inolvidable conserje en ‘Las Chicas Gilmore’.
Ya he comentado previamente que la estrella absoluta de ‘Étoile’ es la presencia de Lou de Laåge en el papel de Cheyenne Toussaint, que llena la pantalla con su presencia y oscurece a todo el mundo que está a su alrededor, consiguiendo que empaticemos con un personaje que puede ser de lo más borde y caprichoso en determinados momentos pero por razones que acaba justificando de forma brillante.
Al haber hecho casi toda su carrera en el cine francés, en mi caso era una auténtica desconocida que se ha revelado como una verdadera ‘Étoile’ interpretativa, tanto en francés como en ingles, por lo que no me extrañaría que rascara alguna nominación en los Emmy como muchas de las actrices de las series de la factoría Palladino.
En cambio todos estos parabienes se convierten en improperios para catalogar la nefasta interpretación de Gideon Glick como su infumable personaje de Tobias Bell, un verdadero desastre a todos los niveles que es un agujero negro de la trama parisina, ya que solo consigue generar un enorme odio hacia semejante inepto social, incapaz de la más mínima empatía hacia ninguna persona.
Glick solo me sonaba de haberlo visto como un mago bastante borde en un personaje secundario en las ultimas temporadas de la Sra Maisel, pero visto los precedentes no creo que me interese mucho su carrera posterior.
Final:
‘Étoile’ es una serie bastante extraña e inclasificable de la que es muy difícil generalizar una opinión porque va a depender mucho de si es capaz de entrar en ese tono de comedia negra y excéntrica que rezuma por sus poros, con la seguridad que va a tener una 2T, aprobada desde el inicio por Amazon.
Un ejemplo de ese tono raruno lo tienen en la música de la cabecera, una extraña melodía del grupo francés ‘Sons of Raphael ‘ que la primera vez que se escucha no pega ni con cola, pero luego como con la tónica se va uno acostumbrando a la misma, como pueden comprobar en el video de esa cabecera que va a cerrar el artículo.
https://www.instagram.com/etoileonprime/reel/DI1_e-qTKHF/
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Lorenzo Mejino