Nadie podía pensar hace diez años que una serie que trataba sobre una oscura agencia que resolvía crímenes en la Marina, y que además nació como secuela de otra serie de abogados navales (JAG), iba a ser el número uno en las audiencias USA durante varios años consecutivos. NCIS (su nombre original) congrega a más de 20 millones de espectadores sólo en los USA cada semana de forma regular y ha creado una franquicia que se va incrementando con el paso de los años.
NCIS nunca ha sido una serie de moda de las que son analizadas y discutidas cada semana por cientos de sesudos análisis de blogueros, pasando bastante desapercibida desde el punto de vista mediático hasta que al ver las audiencias vemos que domina cada semana.
En un menú televisivo, como en la vida, lo mejor es tener variedad y un poco de todo y junto a series arriesgadas y originales deben tener cabida productos más sencillos y de factura impecable pero que consiguen lo más difícil, que es atraer y entretener al gran público. Hoy vamos a analizar este fenómeno de masas que es Navy Investigación Criminal (Navy a partir de ahora) y las razones de su éxito.
Ficha: Navy, 234+ episodios. Sep 2008- . CBS (USA), Fox- La Sexta (E).
Sinopsis: Un cuerpo de investigadores de la Marina dedicado a resolver los crímenes que suceden en las instalaciones navales, o que implican directamente a personal naval.
El inicio: Donald P. Bellisario es un prolífico productor con grandes éxitos de series en su nómina como ‘Mágnum’, ‘Quantum Leap’ o ‘JAG’. Precisamente esta serie nació como una secuela de JAG, donde en un doble episodio de la octava temporada se introducen los personajes centrales de la nueva serie, lo que en la jerga televisiva se llama un backdoor pilot como una manera de seguir rentabilizando su éxito.
La buena acogida del doble episodio hizo que la cadena CBS diera luz verde a la serie y la programara a continuación de su serie madre JAG: Alerta Roja, con la que compartía por obvias razones un público potencial.
La idea inicial era hacer un CSI en la Marina, propuesta que dejó indiferente a la mayoría de los críticos, pero que el público acogió con entusiasmo y lo que es más sorprendente: creciendo en audiencias cada año, cuando habitualmente pasa lo contrario.
Así pues, después de unos dos primeros años correctos pero nada deslumbrantes, al finalizar JAG después de diez temporadas, pasó a ocupar su puesto en la parrilla y junto con algunos cambios de personal empezó su ascenso irresistible.
En el siguiente vídeo pueden ver la introducción de la primera temporada de la serie:
La trama: El artículo lo hemos titulado la receta perfecta, porque es básicamente lo que Navy ha conseguido.
La serie consta de episodios independientes en la mayoría de los casos, aunque suele haber algunos pequeños hilos de continuidad que se suelen cerrar a lo largo de la temporada, con algunos episodios especiales. La promo es una buena muestra de las intenciones de la serie:
El esquema de cada episodio es el siguiente: tenemos una primera escena inicial donde se nos muestra o se descubre el asesinato de alguien de las fuerzas navales, casi siempre en extrañas circunstancias, sin desvelarnos el autor.
Después de los títulos de crédito nos encontramos a los subalternos de la unidad, los agentes Dinozzo, David y McGee, en la central de operaciones, discutiendo y bromeando sobre algún tema de forma distendida, hasta que entra el jefe de la unidad Jethro Gibbs, que corta en seco la conversación y requiere su partida inmediata para inspeccionar la escena del crimen.
El esquema continúa con una primera inspección del cadáver, con la ayuda de los forenses para tener una primera impresión sobre lo sucedido y recopilar las primeras pruebas sobre el terreno.
A partir de ese punto empieza la tarea de investigación del equipo, interrogando a los sospechosos del crimen y con visitas al forense y a la técnica científica Abby Sciutto, para ir desentrañando el caso.
Después de seguir alguna pista falsa llegan a la conclusión, basados en alguna prueba científica, de quien puede ser el asesino, que suele ser desenmascarado en la escena final.
Esta deconstrucción de un capítulo de la serie es un fiel reflejo del esquema que se reproduce sin apenas variaciones en casi todos los capítulos.
Llegados a este punto, alguno de ustedes se puede estar preguntando cómo una serie tan predecible puede ser un gran éxito, y la respuesta es sencilla: la gran calidad de su ejecución y la química y buen rollo entre los actores.
Los guionistas se esfuerzan en plantear casos novedosos cada semana y entonces la dinámica de grupo entra en acción interesando al espectador, viendo cómo van progresando en el caso. Todo ello aderezado convenientemente por dosis de humor que nos hacen sonreír dentro del drama que supone la resolución de los casos semanales.
Esta fórmula, que se podía intuir en los primeros capítulos, fue perfeccionada a partir de la cuarta temporada, cuando por presiones de la estrella de la serie, Mark Harmon, harto del descontrol y de la poca previsión en la producción y los guiones de su creador, Donald P. Bellisario, consiguió que éste fuera reemplazado por Shane Brennan.
El australiano Brennan puso orden y perfeccionó la fórmula hasta llevarla a los niveles actuales mezclando como un gran alquimista las dosis de drama y humor para arrasar en las audiencias.
La serie ha tenido diversos cambios de personal, perfectamente explicados y justificados dentro de las tramas generales, donde sin embargo no se hace mucho hincapié en las vidas personales del equipo.
En este sentido, no hay ningún personaje de las vidas privadas del equipo que forme parte de la serie con continuidad, con algunas apariciones esporádicas de algún familiar. Pero, básicamente, el equipo está formado por una colección de seres solitarios cuya única familia son sus compañeros de trabajo.
Por supuesto, en cada temporada suele haber una gran trama general de conspiraciones a gran escala, que aparece de vez en cuando durante la temporada, para sentar las bases del gran final con que cierran cada año, donde resuelven el caso evitando muchas veces los cliffhangers, que obligan a la gente a esperar la resolución hasta la próxima temporada.
Los roles dentro del equipo están perfectamente delimitados. Los marcos de actuación y la ausencia de conflictos graves personales entre los miembros es otra constante de Navy, aunque no paren de bromear y lanzarse puyas entre ellos. Es una serie que la marcan los personajes mas que las tramas y en eso se diferencia de otros procedimentales más solemnes y científicos.
Personalmente, tengo que reconocer el gran producto comercial que es Navy. Es una serie que, como su predecesora JAG, sigo religiosamente, y que suelo mirar cuando quiero ver un entretenimiento ligero que no exija demasiada atención.
De ninguna manera estas palabras significan un desdén hacia la serie, ya que cumple fielmente con su objetivo y no hay nada más honrado que conseguir las metas propuestas. Navy no busca la polémica ni subyugar a la crítica, sino ofrecer un producto impecable dirigido a un público mayoritario que no se siente atraído por propuestas arriesgadas o complicadas, sino únicamente busca pasar un buen rato delante del televisor al final de su jornada.
Por ello, Navy tiene mi total admiración como producto televisivo familiar y popular, y no estoy de acuerdo con la gente que la denosta o la desprecia por no entrar en las modas efímeras que encumbran y defenestran series. Navy es un corredor de fondo que está ganando su carrera de las audiencias y que tiene cuerda para rato.
Los actores: La estrella absoluta de la serie es Mark Harmon, que encarga al jefe del grupo de investigación, el sargento mayor Jethro Gibbs. Es un personaje algo huraño, con un pasado personal bastante movido y que dirige con mano de hierro las investigaciones. Es el más circunspecto del grupo y el más preocupado por seguir unos criterios éticos y de justicia en todas sus pesquisas y, aunque se preocupa por todos los miembros, se mantiene siempre a una prudente distancia personal.
Mark Harmon es un veterano del medio televisivo, donde lleva mas de treinta años encadenando serie tras serie. Harmon no es un actor muy brillante, pero sí eficaz y un gran profesional que se ha adaptado perfectamente a su evolución personal. Así ha pasado de ser el guaperas mujeriego de su juventud, como su papel en ‘St Elsewhere’, a encarnar en su madurez a un personaje que le encaja como un guante de seda y que le ha reportado su mayor fama, en un registro limitado pero muy efectivo.
Además, Harmon controla muchos aspectos de la serie como productor ejecutivo y es el responsable del cambio de timón a partir de la cuarta temporada para elevar el tono de la serie.
Su segundo de a bordo, Toni Dinozzo, lo encarna Michael Weatherly, que consiguió un cierto renombre en la serie de culto ‘Dark Angel’, de James Cameron, y junto a la ahora famosa Jessica Alba.
Weatherly es el contrapunto ligero a la severidad de su jefe, comportándose muchas veces como un niño travieso, haciendo y recibiendo continuas bromas con sus compañeros, además de entrometerse en su vida privada. Esta contraposición es una de las claves del éxito de la serie, ya que permite aligerar los contenidos, esbozando sonrisas de los espectadores en medio de los casos dramáticos.
El papel de la investigadora principal fue encarnado por la actriz Robyn Lively. En el piloto fue substituida por Sascha Alexander (derecha foto) en el papel de Caitlin Todd, una exagente del Servicio Secreto que se une al equipo.
Alexander pidió abandonar la serie al final de la segunda temporada, exhausta por las largas horas de rodaje, y a pesar de ser una de las favoritas de los fans, consiguió su objetivo y fue substituida en la unidad por una agente del Mossad israelí Ziva David, a cargo de la chilena Cote de Pablo.
Ambos papeles tenían en común ser mujeres fuertes acostumbradas a sobrevivir en entornos machistas y violentos y con vidas personales poco satisfactorias. Alexander, después de su salida de la serie, hizo varias películas hasta aterrizar en ese engendro que se llama ‘Rizzoli & Isles’, donde hace el papel de la forense Maura Isles.
De Pablo, un chilena educada en Miami, era una total desconocida antes de entrar en la serie, pero su entrada ha sido otro de los ajustes que ha mejorado el producto y su relación con su compañero Dinozzo, que nunca acaba de evolucionar en temas amorosos, es una de las constantes de la serie.
El tercer investigador de campo del grupo, Tim McGee, es interpretado por Sean Murray, en un papel de genio informático que como novato era objeto de todo tipo de bromas por parte de Dinozzo, para ir evolucionando y convertirse en otro personaje clave del equipo, dando también pinceladas cómicas en los episodios.
Murray había tenido una carrera limitada, destacando un pequeño papel en la serie madre JAG, pero es otro de los mayores aciertos de la serie, en un personaje tierno y entrañable, que ayuda a resolver los casos con sus conocimientos informáticos.
Pauly Perrette es la científica Abby Sciutto, encargada del laboratorio. Su aspecto físico con muchos tatuajes y piercings, así como su indumentaria gótica, es un claro contraste en un entorno militar donde no encaja en absoluto. En cambio, su genialidad para encontrar pistas del más mínimo detalle la hace uno de los miembros más valorados del equipo, jugando con ese contraste con los miembros más tradicionales del equipo. Su ámbito se circunscribe casi en su totalidad al laboratorio del que apenas sale y en el que es visitada con asiduidad por el jefe, siendo la única persona a la que Gibbs admira y respeta como a una hija.
Perrette, como la mayoría de sus compañeros, no había hecho nada digno de mención antes de entrar en Navy, pero ha sido la gran revelación como científica excéntrica pero brillante en un entorno tan rígido como la Marina.
El último papel principal es el del forense Ducky Mallard, que ha recaído en manos del ilustre veterano de ochenta años David McCallum. El escocés McCallum lleva una longeva carrera de más de cincuenta años en televisión, donde tuvo un megaéxito en los años 60 como el agente Ilya Kuryakin, en la mítica serie ‘El Hombre de Cipol’, que le convirtió un autentico ídolo en aquella época en nuestro país. Posteriormente, ha seguido trabajando en innumerables series, hasta que en vísperas de su jubilación fue elegido para hacer de forense.
McCallum borda su papel de veterano forense, brillante pero un poco de vuelta de todo, con una cierta tendencia de hacer de abuelo cebolleta con sus jóvenes congéneres y, sobre todo, de confidente de su mejor amigo, el jefe de la Unidad Jethro Gibbs.
Curiosidades: La serie se encuentra en su décima temporada, pero sigue en plena forma y sin presentar síntomas de desgaste. En la introducción de la décima temporada se pueden valorar los cambios físicos de los personajes y de imagen durante los últimos diez años:
La cadena CBS, para rentabilizar el enorme éxito de la serie, lanzó una primera secuela en 2009 con el nombre de NCIS-Los Ángeles, con la misma estrategia del inicio de esta serie en un doble capítulo en la temporada regular de Navy.
A pesar de repetir la misma estructura, la nueva serie, de la que algún día les hablaremos, está varios puntos por debajo en calidad de la original, pero ha conseguido capitalizar el enorme éxito de la serie madre y ambas forman un tándem imbatible en la noche de los martes.
Vistos los resultados, la cadena CBS ha decidido lanzar otra secuela llamada NCIS: Red, sobre otro equipo de NCIS que se mueve por toda América, estrenada hace una semana en los USA como un episodio doble de NCIS: Los Ángeles, repitiendo la estrategia que tantos réditos les ha reportado.
La nueva serie trata de resolver casos en aquellos lugares donde no existen unidades fijas, buscando prolongar la gallina de los huevos de oro lo máximo posible. Como adelanto aquí tienen el tráiler con varios actores conocidos en la nueva serie, que recordemos que es la cuarta secuela de la historia que empezó con JAG alerta roja:
Navy Investigación militar pertenece a ese tipo de series que no van a pasar a la historia de la televisión como innovadoras o rompedoras, pero que en cambio van a perdurar en los recuerdos de muchos de ustedes de aquí a varios años, por los buenos ratos que les hizo pasar.
Por esta razón hemos creído conveniente dedicarle este espacio a un producto seguro y de calidad, ideal para ser consumido de forma regular sin correr ningún peligro de empacharse, y que esperamos que puedan seguir disfrutándolo a este nivel durante varios años más.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.
Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino