Las tres series que vamos a analizar en esta nueva entrada tienen en común la presencia de elementos fantásticos, que sirven como gancho para atraer a la audiencia atraída por este genero, pero que en mayor o menor medida han sido realizadas con una gran torpeza para defraudar completamente las expectativas que habían generado. El resultado final oscila entre discreto, para el caso de Touch, a execrable para las otras dos y, por ello, de vez en cuando nos gusta cambiar de registro y analizar fracasos tanto creativos como de audiencia. Hoy vamos a poder realizarlo con estas tres series, que como siempre ordenamos de mejor a peor calidad
Como siempre en estos casos, acabaremos cada reseña con una nota que titulo Podría haber sido peor, pensando en una hipotética versión española, como ya hice en artículos anteriores
Touch: Ni Kiefer Sutherland puede salvar una buena idea mal desarrollada
13 episodios + (Ene 2012-) Fox (USA), Fox (E).
Sinopsis: Un periodista llamado Michael Bohm (Kiefer Sutherland), cuya mujer murió en los atentados del 11-S, tiene graves problemas para criar a su hijo de 11 años, aquejado de problemas emocionales. El chico nunca ha dicho una palabra, pero tiene una capacidad excepcional para los números y las cifras, encontrando relaciones numéricas entre sucesos y problemas aparentemente independientes. El padre, enterado de esta habilidad, intenta resolver los problemas que su hijo le plantea a través de secuencias numéricas que le escribe de forma compulsiva y que debe descifrar para ayudar a resolverlas.
El problema: La serie es la mejor de las tres que vamos a analizar con bastante diferencia, pero hemos decidido incluirla dentro del pelotón de los torpes por malgastar y desperdiciar una idea interesante y una superestrella como Kiefer Sutherland. Un ejercicio de pura futilidad a partir del cuarto episodio.
El creador de la serie, Tim Kring (Héroes), parte de una premisa muy interesante que establece que todos los sucesos del mundo están inequívocamente comunicados a través de complejas secuencias numéricas. El niño de la serie, con una especie de autismo especial, es capaz de ver estas relaciones numéricas y se las indica a su padre para que las pueda resolver, escribiéndolas en cualquier lugar.
En el primer vídeo pueden ver sus interesantes títulos de crédito, de largo su punto fuerte:
El sistema funciona durante tres o cuatro episodios, cuando nos presentan cinco o seis personajes en todos los rincones del mundo con historias separadas. Por un cúmulo de casualidades regidas por estas relaciones numéricas que descubre el chaval, interaccionan sin saberlo entre sí resolviendo sus problemas. Pero ahí radica el problema. Como los dos personajes principales no se pueden comunicar entre sí de forma directa, la relación esta lastrada desde el principio y no evoluciona en positivo sino al revés.
A continuación les muestro un tráiler de la misma en inglés, para que se hagan una idea de la premisa explicada:
El truco de las casualidades funciona al principio, pero se agota muy rápidamente y si a eso le añadimos el hecho de que el niño se escapa constantemente de su padre, y que el pobre Kiefer Sutherland se pasa la mitad de cada episodio persiguiendo a su hijo y gritando ‘Jake’, ‘Jake’, lo que había empezado con un cierto interés deja paso a un embrollo sin pies ni cabeza. Para acabar de arreglarlo, aparece la típica conspiración de fuerzas del mal sacada del manual del guionista sin ideas, y la serie consiguió en apenas trece episodios perder todo el magnifico crédito que había ganado con su idea inicial.
La serie sobrevivió como pudo a la primera temporada, siendo renovada sobre todo debido al prestigio de Kiefer Sutherland, pero en la segunda la cosa no ha mejorado mucho con algunos cambios sustanciales que básicamente han empeorado la serie, por lo que suponemos que la cancelación está bastante próxima.
Personalmente me sabe bastante mal ver al gran Kiefer Sutherland en un papel plano y sin ningún interés, excepto perseguir a su hijo cuando se escapa, después de su esplendido Jack Bauer de 24.
En cuanto al creador Tim Kring, como ya le paso en ‘Héroes’, tiene grandes y brillantes ideas aunque se le van de las manos con cierta rapidez. Pero no a la velocidad de la luz, como le ha pasado en Touch. Una verdadera lástima.
Podría haber sido peor: Una adaptación de la serie llamada ‘Qué cosas tiene mi niño’, con Jordi Rebellón de Hospital Central como el padre y la presentación de Kiko Pantoja, ‘Paquirrin’, como un joven superdotado experto en detectar números ocultos y premiados en los boletos de rasca-rasca, con su visión de rayos-X. Ambos recorren el país en busca de boletos con posible premio para comprarlos y seguir sobreviviendo, perseguidos por un delincuente llamado Favre, experto en comprar números premiados.
666 Park Avenue. El tren de la bruja asusta mucho más
13 episodios (Oct 2012-Ene 2013) ABC (USA), Calle 13 (E).
Sinopsis: Una pareja de jóvenes yuppies se muda a un edificio aristocrático en pleno centro de Manhattan, donde ella se va a encargar del mantenimiento. Pronto descubrirán que el edificio, poseído por unas fuerzas demoníacas que habitan en su interior, contiene grandes secretos desde su construcción en los años 1920. Y todos sus residentes guardan secretos inconfesables.
El problema:
La serie está basada de forma somera en un libro homónimo de Gabriella Pierce, pero todo es un desastre desde el principio. En primer lugar, el tono genérico supuestamente terrorífico únicamente consigue arrancar bostezo tras bostezo al sufrido espectador por culpa de un desarrollo tedioso y lento donde el terror brilla por su ausencia. Como ejemplo, el tráiler de la serie:
El casting es un error de principio a fin empezando por el gran Terry O’Quinn, el inolvidable Locke de ‘Perdidos’, completamente desubicado en semejante marasmo y sin transmitir desasosiego o miedo al espectador como el gran maligno. En cambio, sólo vemos a un señor impecablemente vestido, con historias maquiavélicas dignas de Cuarto Milenio. El papel de su mujer lo hace Vanessa Williams y es otro inmenso error, porque la pobre hace de mujer desesperada en la casa, pero su historia y su destino no concitan el más mínimo interés.
La pareja protagonista recayó en Rachel Hunter, la bella australiana, que es una especie de Pilar Rubio de las series americanas: serie que toca, desastre al canto. Después del bodrio de ‘Los Ángeles de Charlie’, ahora aparece aquí en un papelón sin remedio. Su novio es Dave Annable, un buen actor en ‘Cinco Hermanos’, pero que aquí aparece con una pose constante de un ciervo deslumbrado por los focos de un coche.
Si esto eran las tramas principales, ya se pueden imaginar las secundarias. Una especie de triángulo amoroso entre una fotógrafa, su novio y su ayudante. Tan interesante como ver un documental sobre la fabricación de arandelas en la Rioja Alavesa.
En principio, cada episodio trataba de la habitación de la semana, donde un inquilino diferente del edificio de apartamentos era objeto de las fuerzas del mal, que descubrían algún secreto de su inconfesable pasado y se lo hacían pagar con creces. La fórmula ya daba muestras de agotamiento a partir del segundo episodio, lo que no hacía presagiar nada bueno.
La cadena ABC, suponemos que ebria de absenta, creyó en la serie y la programó los domingos por la noche en horario estelar y se pegó un batacazo monumental, dejando de emitirla en el noveno episodio de forma harto fulminante. Curiosamente, los cuatro episodios que no se emitieron en los USA han sido vistos por primera vez mundialmente en España en su emisión por la cadena Calle 13. En su país de origen serán quemados seguramente en la temporada veraniega, un honor realmente envenenado para nuestro pais.
Cada episodio era peor que el anterior apareciendo la típica conspiración proveniente de la Edad Media. En este caso eran los Illuminati, que me hacía preguntar por qué seguía viendo semejante esperpento sólo con la esperanza de llegar al final. Craso error. El final fue horripilante, un compendio de todos los errores condensados en apenas 45 minutos y donde cualquier programa de María Teresa Campos produce más terror que ese final.
Podría haber sido peor: Una serie basada en hechos reales llamada ‘999 Génova Rue´, donde un ser maligno llamado Varzenas (gran Luis Tosar) campa a sus anchas por un edificio encantado, introduciendo sobres a través de las paredes en los bolsillos de los incautos moradores del edificio, que niegan cualquier conocimiento de los hechos.
Los manejos del siniestro Varzenas, con algunos flashbacks de sus sicarios Korrea, Lahuerta y Braseiro, son el eje central de una trama terrorífica que les pondrá los pelos de punta, y les hará comprobar sus bolsillos cada diez minutos, tanto para ver si se lo quita o se lo pone el dinero.
El círculo secreto. El diseñador de vestuario no es más importante que el guionista
Ficha: El Circulo secreto (Secret Circle), 22 episodios. Sep 2011–May 2012. CW (USA), Syfy (E).
Sinopsis: Drama adolescente, donde una joven descubre a su llegada a un pueblo costero que desciende de una estirpe de brujas. Para completar sus poderes debe unirse con otros cinco jóvenes brujos y formar el poderoso Círculo Secreto.
El problema: El Círculo Secreto es básicamente unas ‘Crónicas Vampíricas’ lights, edulcoradas y sin cafeína, basadas en una serie de libros del mismo autor que Crónicas, L.J. Smith. El material inicial no le llega ni a la altura de la suela del zapato a la de la primera serie y es un lastre insuperable.
Dirigida claramente a un público adolescente, seguidor de la saga ‘Crepúsculo’ y de ‘Cronicas Vampíricas’, el producto falla de forma miserable en conseguir atraer a ese público juvenil que buscaba.
La trama es blanda y parece más propia de aquellos libros de nuestra juventud que protagonizaban la pandilla de ‘Los Cinco’, escritos por Enyd Blyton, como si estuvieran reunidos alrededor de una tabla Ouija.
Los chicos y chicas intentan controlar sus nuevos poderes enfrentándose a sus enemigos, a la vez que intentan controlar sus hormonas desatadas con las múltiples relaciones que van estableciendo entre ellos. Todo ello envuelto en una solemne ansiedad juvenil que sólo transmite aburrimiento al incauto espectador que ha caído en sus garras. El tráiler es una muestra clara de lo explicado:
Las historias genealógicas de su pasado brujeril se entremezclan con los enemigos que llegan al pueblo y que intentan destruir el poder que atesora el círculo, aderezado por continuas fiestas semanales que sirven para que el diseñador de vestuario demuestre que es la persona más importante de la serie por encima de los guionistas.
Los actores y actrices están cortados por el mismo patrón (excepto Britt Robertson, la espléndida Lux de ‘Life Unexpected’) y la verdad es que cuesta diferenciarlos. Todos maravillosos y súper guapos, pero completamente inexpresivos.
Ahora una curiosidad. Para promocionar la serie en nuestro país, los espectadores pudieron tuitear en directo uno de sus episodios junto a los componentes de La Oreja de Van Gogh uno de sus episodios. Para que se den cuenta a lo que tienen que recurrir los músicos en nuestro país.
La serie fue emitiéndose con más pena que gloria y, aunque consiguió una cierta base adolescente, fue mucho menor que otras series al uso. Por ello, cuando la cadena CW decidió cancelarla al final de la primera temporada, apenas hubo protestas de sus escasos seguidores. Suponemos que aliviados de soportar semejante tortura semanal.
Podría haber sido peor: La serie ‘El Balón Secreto’, donde seis árbitros españoles de Primera División, bajo los auspicios de una mafia de apuestas ilegales deportivas china con base en Singapur, se conjuran en un círculo secreto de magia arbitral negra para conseguir que el Tudelano gane la Copa del Rey para conseguir unos pingües beneficios en las apuestas.
Los problemas surgen cuando una perodista (Elsa Pataky), acérrima seguidora de la Peña Sport de Tafalla, sospecha de los arbitrajes que está teniendo el eterno rival en la Copa y empieza a tirar de la manta de tan sordida conspiración poniendo en riesgo su vida y la de sus seres queridos.
Hoy les hemos analizado tres series fallidas. Algunas desde su concepción y otras por su pésimo desarrollo a pesar de sus enormes posibilidades, pero que tienen en común errar en lo único que debe cumplir una serie: entretener al público.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.
Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino