Dani Corman es un entusiasta del vino y, además, envidiablemente joven. Hace bien poco que se metió en el mundo del vino pero lo ha hecho con tal intensidad, con tantas ganas de aprender y con humildad que no le faltan conocimientos ni amigos y eso siempre es bueno.
Puso en marcha el Bar Alex como bar de vinos haciendo una pizarra interesante a pesar de que las circunstancias obligaban a que fuera corta. Ha dejado alumnos aventajados para que no se pierda la esencia del vino. Además de idependizarse como profesor de cata se metió de lleno en el mundo de la distribución pensando que tenía mucho que aprender y enseñar al mismo tiempo.
Gracias a que aprendió más de los sinsabores y las frustraciones de ese mundo, ahora ha decidido meterse de lleno en la aventura de una tienda de vinos. Se llama Essencia y está en la calle Zabaleta, 53 muy cerca de El Lagar.
El local es pequeño y de momento está despejado (el destino de cualquier tienda de vinos que se precie es llenarse de cajas que impidan el paso) con buenas referencias (desde 4 hasta 1200 euros) e incluso con buenos vinos extranjeros. Libros, artículos de regalo (de lo más diverso), velas aromáticas, jabones y aceites en torno al vino, incluso un divertido Trivial para los que quieran pasar un rato entre amigos.
Lo mejor de la tienda es el mismo Dani. Transmite su entusiasmo y lo hace con humildad. Sabe recomendar y los clientes le escuchan, no impone su criterio porque sabe que el vino es de cada cual y cada uno lo tiene que disfrutar a su manera. Inlcuso sabe que le queda mucho camino por recorrer y el Borgoña es un mundo que le espera.
Lo único que puedo hacer es desearle lo mejor (y comprarle con regularidad) pero estoy seguro de que esta no va a ser su última parada, me imagino que habrá otras cosas, incluso algún día hará un vino y entonces se lo discutiremos con la misma pasión con que le discutimos sus gustos ahora.