Hace años trabajaba yo en un bar de los que pedías una copa de champagne y te ponían cava. En aquella época se entendía que cuando alguien pedía un vino era vino, un blanco el que hubiera y el rosado era de Chivite cuando era un lujo, por supuesto que el champagne era cava y en paz.
Han pasado más de 20 años y en cualquier bar puedes decir si quieres un vino un poco mejor que el habitual (crianza, incluso reserva) y los blancos se piden por denominación de origen (un Rueda). Incluso hay bares que te abren vinos un poco más especiales si estás dispuesto a pagar la copa.
Hoy ya hay bares especializados en vinos con pizarras llenas de vinos con diversas denominaciones, precios para todos los gustos, hay bares que tienen una maquinita que conserva los vinos durante varios días lo que permite pedir vinos muy caros por copas (también muy caras). Y en la pizarra incluso tienen la posibilidad de pedir champagne o cava por copas. Es lo bueno que tiene la especialización que sé que cuando pido un champagne me van a servir un cava, porque les da igual. Tantos años, tanta pizarra, tanto enseñar una nueva manera de tomar vinos para tener que seguir diciendo “champagne francés”.