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Iñigo Galatas

Sopa de ganso

Novedad en Barcelona

Se acaba de abrir la Fonda Gaig donde antes estuvo el Gargantúa y Pantagruel (Córcega, 200) un clásico que tuvo que cerrar. Con ese nombre está claro que el restaurante es de Carlos Gaig el estrellado cocinero catalán que tiene otros dos locales en la ciudad. ¿Y qué hace que este sea diferente y que merezca la pena? Por decirlo de una manera clara, esta Fonda parece lo que siempre ha querido hacer el genial cocinero. Cocina sencilla y con raíces, en un lugar de diseño con un comedor atendido de una manera sencilla sin grandes pretensiones, para mucha gente, con muy buenos vinos y, por encima de todo, económico. Lo que se dice dar de comer bien a mucha gente por poco dinero.


Es una cocina tradicional con platos de los que se saben son muy catalanes como los buñuelos de bacalao, sardinas en escabeche, canelones, conejo a la brasa o a la cazuela, albóndigas con sepia o perdiz, pero los platos no pasan, en la mayoría de los casos de los 14 euros. (5 canelones por 12,75 mientras que en el restaurante Gaig de estrellas Michelín sólo dos piezas suben a más del doble)


Atiende la sala la mujer de Carlos Gaig y lo hace con mucha efectividad con un equipo joven a pesar de ser un local en el que entran en torno a las 100 personas y algunos camareros aún están por despertar. La carta de vinos es más que suficiente, todas las zonas catalanas están perfectamente representadas además del resto de la península con precios razonables.


Es una idea genial basado en el concepto bistró que ya empezaron a aplicar algunos de los grandes franceses y que está tardando en ponerse en práctica aquí.  


Muy recomendable.


 

gastronomia, restaurantes, vinos, recetas

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